Se cumplen 20 años del primer elepé de La Habitación Roja, buen momento para repasar la carrera de la banda valenciana a través de diez de sus grandes temas que señalan las rectas y las curvas de su carretera musical. Se encarga de ello Javier Escorzo.
Selección y texto: JAVIER ESCORZO.
Es ciertamente difícil escoger solo diez canciones de un grupo tan longevo, prolífico y regular como La Habitación Roja. A lo largo de sus más de veinte años de carrera se han acercado a diversos estilos, pero en todos ellos han mantenido su calidad, convirtiéndose en lo que son: una de las apuestas más seguras del pop rock nacional.
1. ‘Sofá’ (“La Habitación Roja”, Grabaciones en el mar, 1998).
La década de los noventa fue la de la eclosión de la nueva generación de bandas independientes. En 1998, tras un epé, llegó el primer álbum de una banda que estaba destinada a perdurar entre los grandes grupos nacionales. Venían de Valencia, aunque Jorge, el cantante, había empezado a componer en su habitación de Barcelona, que era, efectivamente, roja. Su debut estaba lleno de grandes canciones, como ‘Sofá’. Años más tarde, El Canto del Loco publicaría el single ‘Son sueños’, cuyo estribillo guardaba un gran parecido con el de este tema (algo, por otra parte, bastante habitual en el mundo del pop y del rock)
–
2. ‘Un día perfecto’, (“Radio”, Grabaciones en el mar, 2001).
Aunque en muchas de sus letras reinaba la melancolía, La Habitación Roja también era capaz de escribir un himno tan optimista como este, si bien no exento de sutil ironía. Cuerdas, órgano y una melodía contagiosa se abrían paso bajo un machacón ritmo de batería. Por cierto, en un momento en que las radiofórmulas nacionales empezaban a dar la espalda a los nuevos grupos españoles, un verso de esta canción lanzaba una puya al respecto (“así que apaga esa radio, gracias a Dios eso está en nuestras manos”). En ‘El hombre del espacio interior’, otra canción de este disco, se mostraban incluso más incisivos: “¿Has escuchado la radio? No nos queda ni una canción. Todo es vacío y hueco, ya no hay emoción”.
–
3. ‘La edad de oro’ (“4”, Grabaciones en el mar, 2003).
En sus canciones pueden rastrearse sus influencias musicales: el pop rock anglosajón, desde el más clásico al más independiente, y también muchos grupos nacionales. En el primer single de su cuarto disco mencionaban a la ‘Chica de ayer’, de Nacha Pop (o mejor dicho, se rasgaban las vestiduras ante la versión que acababa de publicar Enrique Iglesias), entre muchos otros referentes (Maradona, Tierno Galván, The Clash, Dylan…). Sin ir más lejos, el título recordaba al mítico programa de Paloma Chamorro, “La edad de oro”.
–
4. ‘Restos del naufragio’ (“Un mundo perdido”, Grabaciones en el mar, 2004).
Este grupo siempre ha sido muy prolífico, como bien se puede comprobar si repasamos la gran cantidad de discos, singles y epés que a lo largo de los años han ido publicando. En 2004 decidieron editar “Un mundo perdido”, un álbum de rarezas que recogían temas que no aparecían en los discos oficiales. En general, eran más introspectivos, con desarrollos instrumentales más largos, pero que mantenían el mismo nivel de calidad que habían exhibido hasta esa fecha. Y para muestra, el botón que abría este trabajo.
–
5. ‘Van a por nosotros’ (“Nuevos tiempos”, Mushroom Pillow, 2005).
En 2005 tuvo lugar uno de los giros más drásticos en el seno del grupo. Hubo cambio de discográfica (hasta entonces habían grabado para Grabaciones en el mar y a partir de ese momento lo harían para Mushroom Pillow). En cuanto al sonido, decidieron endurecerlo considerablemente, y para conseguirlo viajaron a Chicago, a los estudios de Steve Albini, productor de, entre muchos otros, Nirvana. Con él registraron dos discos: “Nuevos tiempos” (2005) y “Cuando ya no quede nada” (2007). También decidieron cambiar su forma de afrontar los textos, dando más espacio a temáticas sociales, como hicieron en ‘Van a por nosotros’: Jorge escribió la letra después de leer un reportaje sobre Amónico Ortega (aunque, como él mismo quiso aclarar, la canción no habla de ningún caso concreto).
–
6. ‘Younger’ (“Universal”, Mushroom Pillow, 2010).
Después de dos trabajos luciendo músculo rockero con Steve Albini, los valencianos decidieron volver a abrazar el pop y grabaron su siguiente álbum en casa, concretamente en Gandía. Ellos mismos se encargaron de la producción, con la ayuda de Marcos Collantes. El resultado fue “Universal”, un elepé más natural, cálido y amable que sus dos entregas anteriores. Predominaban los sonidos acústicos, los coros y los arreglos preciosistas. Todo ello quedaba patente en ‘Younger’, un tema que compuso Jorge en el porche de su casa de Noruega, país en el que reside desde hace años junto a su pareja y sus dos hijas, mientras veía los copos de nieve caer.
–
7. ‘Annapurna’ (“Fue eléctrico”, Mushroom Pillow, 2012).
Cuando entraron a grabar su noveno disco, los miembros de La Habitación Roja se marcaron una única premisa: que todas las canciones fuesen tan enérgicas que pudiesen abrir cualquiera de sus directos. Además, según explicaban en las entrevistas de aquella época, venían de pasar una época difícil (con separaciones, depresiones, enfermedades, malos momentos económicos…), por lo que decidieron sacar toda la rabia que llevaban dentro y transformarla en optimismo. A fe que lo consiguieron: “Fue eléctrico” es un trabajo guitarrero, con una base rítmica fuerte y tempos acelerados. Todos estos ingredientes se concentraban en ‘Annapurna’, una canción inspirada en la historia de Iñaki Ochoa de Olza, montañero navarro que murió mientras intentaba ascender a la cumbre de esta montaña nepalí. Buena metáfora para unos músicos que llevaba años alcanzando sus propias cimas artísticas pero que, por entonces, se sentían desfallecer.
–
8. ‘Taxi a Venus’ (“20 años de canciones”, Mushroom Pillow, 2015).
Con su infatigable ritmo de trabajo no les había dado tiempo a mirar atrás, pero en 2015 lo hicieron. El motivo, desde luego, bien lo merecía, ya que cumplían dos décadas como grupo. “20 años de canciones” fue su manera de celebrarlo, un disco recopilatorio que contenía diecinueve de sus mejores temas y una novedad: ‘Taxi a Venus’.
–
9. ‘24 de marzo’ (“Sagrado corazón”, Mushroom Pillow, 2016).
Habiendo cumplido con la onomástica, no se durmieron en los laureles y en 2016 publicaron ‘Sagrado corazón’. Si nunca se habían cohibido por opiniones externas, en este disco tampoco lo hizo con las propias y hubo rienda suelta; las canciones distorsionadas era muy distorsionadas (‘La vida es muy corta’), las piezas bailables eran muy bailables (‘La deriva continental’) y las baladas, auténticos baladones; ese era el caso de ’24 de marzo’, una canción que, por sus arreglos, nos remitía al pop español más clásico y melódico de Juan y Junior, Nino Bravo o Joan Manuel Serrat. Además, invitaron a cantar a Zahara.
–
10. ‘Nuevos románticos’ (“Memoria”, Mushroom Pillow, 2018).
Lejos de acomodarse en los buenos resultados de sus últimos trabajos, que son los que les han reportado mayor aceptación entre el público y la crítica, han vuelto a dar un nuevo giro a su carrera. Para ello se fueron al estudio de Paco Loco en el Puerto de Santa María, donde registraron ‘Memoria’, un álbum en las que sus siempre reconocibles guitarras se mezclan con sonidos de teclados, cuerdas y sintetizadores, como ocurre en el tema de apertura, ’Nuevos románticos’, cuya letra habla de un amigo del hermano de Jorge a quien, hace ya muchos años, unos ultraderechistas le dieron una paliza por ir vestido como un “nuevo romántico”. Como siempre sucede en sus discos, por encima de cualquier barniz sonoro con el que quieran sorprender prevalecen sus canciones, sus letras y sus enormes melodías. Ese es, en realidad, su sello distintivo.
–
Bonus track: ‘La fuerza de la costumbre’ (“Para ti, Vol. 2”, Mushroom Pillow, 2011).
Se ha comentado anteriormente que La Habitación Roja, además de claras influencias internacionales, también las tienen nacionales. Lejos de esconderlas, ya han publicado dos epés con versiones de algunas de sus canciones españolas favoritas de Golpes Bajos, Lluís Llach, Los Burros, La Dama se Esconde, Sr. Chinarro o Paraíso, de cuyo clásico (‘Para ti’) tomaron prestado el título para estos dos trabajos. Otra de las bandas a las que rendían tributo era Gabinete Caligari, concretamente ‘La fuerza de la costumbre’.