Fueron una de las bandas españolas más masivas desde finales de los ochenta hasta su disolución, en 1998. Su catálogo, disco a disco, forma parte del nuevo Cuadernos Especial sobre Manolo García que ha editado EFE EME. Hoy revisamos esos trabajos eligiendo solo diez perlas de la discografía del mítico dúo. Por Javier Escorzo.
Selección y texto: JAVIER ESCORZO.
El Último de la Fila es, que duda cabe, uno de los grupos imprescindibles del pop rock español. Manolo García y Quimi Portet crearon un estilo propio que aún hoy les sigue haciendo inconfundibles. Fueron años muy intensos, con cifras de ventas estratosféricas y conciertos multitudinarios. Aquí repasamos diez de sus mejores canciones.
1. ‘El loco de la calle’ (“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”, 1985, PDI).
En 1985 llegó “Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”, primer disco de El Último de la Fila. Realmente, Manolo y Quimi llevaban ya tiempo trabajando como Los Burros, pero justo antes de la grabación de este trabajo, decidieron cambiarse el nombre. Su debut mantenía la energía que ya habían exhibido con su anterior banda, pero añadía ciertos aires aflamencados y morunos. En una de las canciones pedían que les abriesen paso, pero no lo necesitaban: ellos mismos encontraron su hueco a fuerza de grandes canciones.
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2. ‘Querida Milagros’ (“Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana”, 1985, PDI).
Todavía en Los Burros, Manolo García, Quimi Portet y compañía grabaron una maqueta que tenía como piedra angular el futuro himno ‘Querida Milagros’. La pasearon por todas las discográficas de Barcelona, pero ninguna mostró interés, por lo que viajaron con ella a Madrid. Allí tuvieron alguna respuesta más esperanzadora. Finalmente ficharon por la barcelonesa PDI, con la que registraron su puesta de largo. Una de las canciones más celebradas fue precisamente ‘Querida Milagros’, epístola convertida en alegato pacifista.
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3. ‘Aviones plateados’ (“Enemigos de lo ajeno”, 1986, PDI).
Con su primer álbum todavía vendiéndose a buen ritmo, Manolo y Quimi comenzaron a trabajar en nuevas canciones. Cada vez se compenetraban mejor y, poco a poco, iban perfeccionando su técnica primigenia. Uno de los temas que mejor resumía sus señas de identidad era ‘Aviones plateados’, el fresco costumbrista de un hombre bohemio, enamorado y algo voyeur. Aquí puede apreciarse la inspiración flamenca en la forma de cantar de Manolo, especialmente en las voces dobladas del estribillo final, potenciadas por palmas.
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5. ‘Sara’ (“Como la cabeza al sombrero”, 1988, PDI).
Tras sus dos prometedores primeros discos, llegó el esperado tercer álbum, ese al que muchos se refieren como el de la consagración. Cada vez llegaban a más público y, en consonancia, el presupuesto fue algo más holgado. Eso se tradujo en un sonido más pulcro y lucido. Quizás esa sensación de desahogo pudo influir también en los tempos, porque en esta ocasión predominaron las baladas y los medios tiempos sobre los ritmos acelerados de los comienzos. Una obra sólida, como si fuese una versión mejorada del propio grupo, más pensada y meditada. La ascensión del grupo continuó, imparable, gracias a canciones como ‘Sara’.
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6. ‘Llanto de pasión’ (“Como la cabeza al sombrero”, 1988, PDI).
Aunque El Último de la Fila siempre tuvo una personalidad muy marcada, con esa inclusión de elementos flamencos y arábigos como rasgo diferencial, también gustaba de incluir pinceladas de otro tipo, como la flauta que se escucha en ‘Llanto de pasión’, que nos remite inmediatamente a Sudamérica. Muchos años más tarde, en 2015, volvieron a grabarla para la caja “El Último de la Fila, Los Burros y Los Rápidos… Historia de una banda (Autobiografía sónica)”.
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7. ‘Cuando el mar te tenga’ (“Nuevo pequeño catálogo de seres y estares”, 1990, EMI).
Tras haber dado un gran salto de popularidad con “Como la cabeza al sombrero”, Manolo y Quimi se encerraron para componer y grabar su siguiente disco. El proceso les mantuvo ocupados desde mayo desde 1989 hasta febrero de 1990 y el resultado, titulado “Nuevo pequeño catálogo de seres y estares”, vio la luz bajo el paraguas de Perro Records, sello creado por Manolo y Quimi para trabajar con mayor libertad (también llegaron a un acuerdo de colaboración con EMI). Entre su última remesa de canciones brillaba con luz propia ‘Cuando el mar te tenga’, construida alrededor de un sabio proverbio árabe: “Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas”.
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8. ‘Mar antiguo’ (“Astronomía razonable”, 1993, EMI).
Aunque El Último de la Fila ya era uno de los grupos más importantes del pop español (“Nuevo pequeño catálogo de seres y estares” vendió medio millón de copias), su explosión definitiva llegó con su siguiente álbum, “Astronomía razonable”. Grabado en los estudios Real World de Peter Gabriel, el disco superó incluso las expectativas más optimistas, duplicando las cifras anteriores. En el terreno musical, Manolo se propuso reducir el quiebro flamenco de su forma de cantar; el grupo perdía así una de sus señas más características, optando por un sonido preciosista, anticipando, de alguna manera, lo que sería la posterior carrera en solitario del cantante. Entre los temas de instrumentación más excelsa destacaba la balada ‘Mar antiguo’, que, de hecho, también aparecía como tema instrumental al final del plástico
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9. ‘Como un burro amarrado a la puerta de un baile’ (“Astronomía razonable”, 1993, EMI).
Pero, sin duda, la canción más conocida del disco, y, muy posiblemente, de toda la segunda época del grupo, fue ‘Como un burro amarrado a la puerta de un baile’. Esta celebérrima rumba, que fue radiada hasta la saciedad, catapultó al dúo a a una gira tan multitudinaria como extenuante. Curiosamente, el estribillo incluía una frase cantada en catalán, un guiño lanzado por Manolo hacia Quimi, que cada vez iba sintiendo una mayor necesidad de expresarse en ese idioma. De hecho, ese acabó siendo uno de los motivos de su posterior separación, que aquí empezaba a estar latente.
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10. ‘Sin llaves’ (“La rebelión de los hombres rana”, 1995, EMI).
En 1995 llegó “La rebelión de los hombres rana”, que a la postre terminó siendo el último disco en la carrera de El Último de la Fila. Aunque la acogida por parte del público fue buena, finalmente sus cifras quedaron muy lejos de las alcanzadas con “Astronomía razonable”. Musicalmente también daba la impresión que el grupo ya había ofrecido lo mejor de sí mismo. Quizás fue a causa del cansancio (habían llevado un ritmo de trabajo agotador), o quizás se sentían más motivados por emprender sus respectivas carreras en solitario, pero, a día de hoy, la decisión de separarse parece la más acertada que podían tomar, antes de emprender una hipotética cuesta abajo comercial y artística. Eso sí, su particular canto del cisne contenía grandes momentos, como ese ‘Sin llaves’ que Manolo continúa tocando a día de hoy en sus conciertos.
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Bonus track: ‘Carta e inchiostro’ (Lápiz y tinta en italiano)
Al igual que otros grupos de la época como Duncan Dhu, Héroes del Silencio o Mecano, El Último de la Fila también viajó con sus canciones por otros países europeos. Para apoyar aquellas giras, Manolo y Quimi adaptaron algunas de sus canciones al italiano. La cosa no pasó a mayores, pero hoy en día son una buena curiosidad.