“In concert / MTV plugged” (1993), de Bruce Springsteen

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ACÚSTICOS

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“No hubo reinvenciones, pero tampoco hits: ocho de los trece temas pertenecían a sus últimos dos álbumes, que habían sido recibidos con mayor frialdad”

 

Se cumplen veinticinco años del directo que Bruce Springsteen grabó para la MTV. Un concierto eléctrico que realizó con diez discos a sus espaldas, después de editar dos discos recibidos con menor entusiasmo, que marcaron el repertorio de esta puesta en vivo. África Egido recuerda el contexto y recorre el contenido del disco.

 

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Bruce Springsteen
“In concert/MTV plugged”
COLUMBIA RECORDS, 1993

 

Texto: ÁFRICA EGIDO.

 

No existe carrera musical que no atraviese periodos de nubes y claros, ni si quiera la de Bruce Springteen, aunque hoy sea uno de los pocos que pueden presumir de mantener casi intacta la fe de su público 45 años después de su bautismo discográfico, con aquel “Greetings from Asbury Park, N.J.” de 1973.

Pero es precisamente su “In concert/MTV plugged” (Columbia Records, 1993) una de las pocas nubes que han acompañado al de Nueva Jersey en su trayectoria, pese a tratarse de un formato que se ajustaba como anillo al dedo a un artista con una asombrosa capacidad para fundirse con su público en directo. Ni eso fue suficiente para que este trabajo no atrajese unas cuantas críticas de prensa y público, decepcionados ambos con el resultado. ¿Los motivos? El formato, el repertorio y las ausencias, además del recelo con el que cierto sector de sus seguidores le recibían en los últimos años.

Para entender el tropezón —si lo fuera— volvamos brevemente atrás. En los ochenta, el norteamericano había logrado tocar el cielo con discos elevados hoy a la categoría de clásicos. Tras “Born to run” (1975) y “Darkness on the edge of town” (1978), la década de los ochenta encumbró su música: “The river” (1980), “Nebraska” (1982), “Born in the USA” (1984) y “Tunnel of love” (1987) dieron brillo a un periodo soberbio que dejó el sello Spingsteen para siempre en la historia de la música.

En los últimos años de la década, sin embargo, la vida personal y profesional de Springsteen empezaba a resquebrajarse, desatando una profunda borrasca profesional y personal. La gira de “Tunel of love” acabó con su divorcio de la actriz Julianne Philips (y el inicio de su relación con su corista Patti Scialfa) y el desmantelamiento de la E-Street Band, el histórico combo de músicos que le habían arropado desde sus primeros trabajos. Se abría una época —como él mismo confiesa en sus memorias— de impotencia, de rabia e incluso de «crueldad emocional». «Destrozado por la confusión», el músico decide romper también con su ciudad natal y asentarse en California.

 

Giros malentendidos

Ni su abandono de la Costa Este ni su ruptura con la E-Street Band fueron bien recibidos por el público, acostumbrado a sentirse en una especie de mística comunión con el cantante. Desde California, confeccionó una nueva banda con el teclista Roy Bittan (el único componente de la E-Street Band), y empezó un larguísimo proceso de creación de nuevas canciones. Dos años tardó en nacer “Human touch” y, un mes después, impulsado por un repentino caudal creativo, “Lucky town”. Ambos discos se publicaron simultáneamente en 1992 y contenían algunas composiciones a la altura de su trayectoria hasta la fecha. Sin embargo, con ninguno obtuvo el respaldo esperado en ventas ni en su gira posterior. Sus seguidores echaban de menos las texturas de la E-Street Band y muchos percibieron a un Springsteen musicalmente desubicado y apoyado en una producción más floja.

En este contexto, la cadena MTV le ofrece grabar uno de los ya reconocidos conciertos acústicos «desenchufados». Aceptó con una condición: sería un concierto eléctrico. ¿Cómo iban a negarse? Pese a atravesar su etapa menos brillante, el de Nueva Jersey seguía siendo el autor del “Born in the USA” y, en cualquier caso, su condición parecía un ejercicio de coherencia con su sonido.

El concierto, grabado en los estudios de la cadena en Los Ángeles, se publicó el 13 de abril de 1993 bajo el nombre de “In concert / MTV plugged”, evidenciando así que se trataba de un concierto para MTV, sí, pero no «desenchufado». El álbum incluyó trece canciones grabadas por el cantante con la banda que le había acompañado en la última gira: Shane Fontayne a la guitarra, Tommy Sims al bajo, Zachary Alford a la batería, Roy Bittan a los teclados, y los coros de Gia Ciambotti, Carol Dennis, Cleopatra Kennedy, Bobby King, Angel Rogers y Crystal Ferro (también a cargo de guitarras y percusión). Su ya mujer Patti Scialfa incorporó guitarra y coros en ‘Human touch’. Posteriormente, se editó en VHS el concierto con cinco canciones más que no estaban incluidas en el álbum.

Una grabación en formato eléctrico no presagiaba grandes cambios en la identidad de las canciones, ni insólitas reinvenciones de sus hits. Efectivamente, no hubo reinvenciones, pero tampoco hits: ocho de los trece temas pertenecían a sus últimos “Human touch” y “Lucky town”, los dos álbumes que habían sido recibidos con mayor frialdad por parte del público. En realidad, pocas opciones tenía el cantante en el repertorio si no quería mostrar la diferencia sonora de sus clásicos sin la pátina musical de la E-Street Band. Eso sí, aun sin grandes éxitos, sin reinvenciones y sin el robusto respaldo de su ex banda, el cantante lograría establecer ese diálogo musical a la vez tierno y áspero que siempre ha sabido mantener sobre un escenario.

El álbum arranca con el único oasis acústico del show: el country ‘Red Headed Woman’, un emotivo homenaje a su esposa. A partir de ese momento, la electricidad envuelve el álbum. ‘Better days’, una de las mejores canciones de “Lucky town”, es la perfecta antesala de dos clásicos: ‘Atlantic city’, de su valiente “Nebraska”, resucitada aquí más enérgica y alejada de su intimismo original, y ‘Darkness on the edge of town’, más penetrante en esta versión y lúcidamente enriquecida por su coro gospel.

Entra entonces el álbum en un retrato de su momento musical, con cuatro canciones de “Human touch” y “Lucky town”: el poco atrayente ‘Man’s job’, la conmovedora ‘Human touch’ (con Scialfa a la guitarra y los coros), la punzante y directa ‘Lucky town’ y la sobre electrificada ‘I wish you were blind’. No prepara mal esta canción el momento álgido del álbum, que llega —cómo no— cuando Springteen arranca, con armónica, guitarra y voz, los primeros compases de Thunder Road, una de las mejores composiciones de “Born to run” y de toda su carrera. No importa el formato ni los músicos que acompañen esta canción: siempre funciona. En esta versión desnuda, solo los teclados de Roy Bittan arropan la voz y la guitarra de ‘El Boss’.

No habría sido un mal cierre para el televisivo concierto, pero parece que Springsteen quería despedirse desde el presente y no desde el pasado. Así, el arrollador y robusto ‘Light of day’, compuesto para la película del mismo nombre, da paso a tres canciones extraídas de nuevo de “Lucky town”: el aterciopelado medio tiempo ‘If I should fall behind’, el rugiente ‘Living proof’ y el templado ‘My beautiful reward’, una canción algo descafeinada para concluir un álbum en directo, pero quizá —de nuevo— un buen reflejo del modo en el que El Jefe encaraba la década de los noventa.

Este “In concert/MTV plugged” no se recordará por ser un concierto legendario, pero su valor como retrato de una época de transición y búsqueda es incuestionable. Y, en cualquier caso, siempre es mejor tener discos en directo de Springsteen que no tenerlos.

Anterior entrega de Acústicos: “Flores raras” (1998), de Christina Rosenvinge.

 

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