The Beatles. ¡Qué banda la de aquel año!
Tim Griffith / Andrés López
OCÉANO AMBAR
Aunque en conjunto no parezca que este volumen añada nada nuevo a la copiosa bibliografía Beatle disponible, sólo por el abundante cargamento de fotografías que aporta –muchas poco conocidas– merece la pena ser tenido en cuenta no sólo por el fan acérrimo, naturalmente, sino también por cualquier lector que aprecie los libros de temática musical cuidados en cuanto a la edición y que estén equilibrados en cuanto al texto y al aparato gráfico que lo acompaña. En este caso tanto el trabajo del recopilador anglosajón como el del traductor y editor de nuestro país que se han ocupado respectivamente del original y de la traducción ampliada al español, deben ser destacados por que han logrado una síntesis de lo más acertado de lo que supuso la aportación artística del cuarteto de Liverpool junto a una indudable repercusión social. Divido en dos partes estancas aunque absolutamente complementarias, una “Cronobiografía en imágenes”, y una “Historia de todas sus canciones”, esta nueva revisión de la Beatlemanía, acaba constituyendo una lectura amena debidamente engordada –como ya se ha dicho– de más de un millar de magníficas fotografías en blanco y negro que son en sí, el auténtico gancho del libro en cuestión. Aunque un mes y otro también, lleguen a las estanterías de nuestras librerías nuevas entregas de esta temática inagotable, provenientes de los lugares más insospechados del orbe internacional, ésta se agradece más si cabe, sobre todo, porque se ha acuñado en nuestro idioma, cosa que sin duda facilita un más rápido acercamiento a sus más de 300 páginas.
JAVIER DE CASTRO.
Una historia de la censura musical en la Radio Española (años 50 y 60)
José Manuel Rodríguez, “Rodri”
RTVE MÚSICA
Muy interesante y revelador aunque un tanto escaso se nos antoja este disco-libro escrito por el veterano periodista musical José Manuel Rodríguez. Escaso porque seguramente el tema objeto del estudio se hubiera merecido una mayor profundización temática y, sobretodo, analítica y porque se detiene, justo, a comienzos de la década de los 60, cuando los primeros ejemplos de la auténtica “canción protesta” comenzaban a surgir en nuestro país. No obstante, y aunque a título anecdótico, el libro acaba cumpliendo de forma sobrada su objetivo que es desvelar e ilustrar unos cuantos ejemplos de qué clase de temáticas le resultaban inconvenientes y perseguía la censura franquista. Cómo no, todas aquéllas que, según el censor civil o el religioso –muchas veces una misma persona–, atentaban contra el pudor y la moral (la mayoría) o (el resto) las que podían rechinar sobre las bases ideológicas y políticas que los fueros del Movimiento imponían. Curiosamente la censura no atendía a excepciones y fueron objeto de persecución todos los géneros y estilos musicales y tanto artistas internacionales como los de nuestro país. Curiosamente los discos cantados en lenguas foráneas “colaban” mejor que los cantados en castellano, puesto que los censores –gente poco culta normalmente– aunque se podían “defender” algo en italiano o francés, desconocían casi absolutamente la lengua de Su Graciosa Majestad. El autor se explaya analizando los textos objeto de los “cortes”, e incluye una descripción muy precisa de los métodos expeditivos que solían utilizar los funcionarios ocupados en estos menesteres. Desde la simple indicación de que tal o cual canción no se radiase, con un nota o una pegatina que se adjuntaba a tal efecto, hasta la pura y dura inutiliización definitiva del surco mediante incisiones practicadas sobre el vinilo con una tijera o cualquier otro utensilio punzante. Con la perspectiva que da el tiempo, el lector acaba obteniendo como conclusión a la agradable lectura del libro una única idea: la desproporcionada respuesta que el Régimen daba a muchas de aquellas inocentes creaciones y que hablaba mucho más de la pecaminosa y retorcida inteligencia del censor que de la inocencia de los compositores y letristas que la mayoría de las veces –seguro– no aspiraban con sus metáforas a nada más que alegrar un rato y hacer bailar al sufrido personal. Afortunadamente ya hace muchos años que “Se fue el Caimán”…
JAVIER DE CASTRO.
Clapton. La autobiografía
Eric Clapton
GLOBAL RHYTHM
Resulta más que extraño que una autobiografía de un personaje famoso, en este caso un figura musical de la trayectoria y calibre del guitarrista de Surrey, rebele tanto y con tanta crudeza como ésta. Y es que tras 45 años de larga trayectoria artística y vital, el bueno de Eric Clapton ha aprovechado ésta, su primera y, suponemos, única autobiografía, para desnudarse y sacar fuera de su cuerpo y su mente, todos los demonios que han jalonado su inestable existencia. Una personalidad y un devenir artístico inestables y cambiantes que han convertido todos estos años en sí, un envidiable reguero de éxitos profesionales y experiencias musicales junto a lo más granado de la profesión, pero absolutamente condicionado por los sinsabores de tipo personal e íntimo de todo signo que, por diferentes razones, han jalonado invariablemente su existencia. Las drogas primero y el alcohol, a continuación, parecen haber sido las vías de escape que Slowhand, utilizó de forma consciente durante años como contrapunto a una insatisfacción vital a veces injustificable y que fue dejando “víctimas” en forma de esposas, amigos o compañeros de negocio por el camino. Lo más sano del relato, al margen del innegable papel de auto-terapia que ejerce en el famoso guitarrista, es el reconocimiento sin ambages de toda la responsabilidad para bien o para mal de lo que le ha acontecido a Clapton durante su existencia y hasta la fecha. El caso aparte de la desdichada pérdida de Connor, su pequeño de seis años, tras caer por la ventana del apartamento de su madre en Nueva York, puede servir de ejemplo del tipo de cosas que le han ido sucediendo y que ha superado refugiándose en una fuerza que uno no sabe de dónde diablos le puede venir. Haciendo como una suerte de “tabula rasa” en todos los momentos malos –muchísimos– que le han tocado vivir, la conclusión última que el lector obtiene de las más de 300 páginas de este apasionante volumen, es que Clapton, al margen de ser un grandísimo artista, ha vivido una auténtica vida de perros pese al dinero a raudales y el “glamour” que la profesión le ha permitido disfrutar. Desde los Yardbirds a Derek & The Dominos, pasando por Cream, la Plastic Ono Band, Blid Faith, los Bluesbreakers, Delaney & Bonnie & Friends, y otro largo etcétera y haber compartido trabajo y amistad con la gente de más calibre de estas cuatro últimas décadas musicales, a saber, personajes como por ejemplo Jimi Hendrix, Bob Dylan, George Harrison, Pete Townsend, Steve Winwood, Steve Ray Vaughan, Phil Colllins, Billy Preston, J.J. Cale, Aretha Franklin, los Rolling Stones o todos los bluesmen habidos y por haber, entre muchos otros más, esta biografía acaba siendo una auténtica revisión del cielo y los infiernos de la historia reciente del pop-rock occidental contextualizada en sus últimas cuatro décadas a través de los ojos y de la opinión del más bohemio e inestable de los guitarristas contemporáneos.
Y, como la manera más plausible de ilustrar un relato de tantas aristas como éste es añadirle la mejor banda sonora posible, nos viene a pelo en esta ocasión y junto la edición de la biografía que acabamos de comentar, la reciente publicación ¿casualidad o marketing del bueno? de una recopilación perfecta en formato de doble CD titulada Complete Clapton. Se trata de la primera recopilación que, de verdad, reúne de una única tacada los grandes éxitos de todas sus etapas creativas desde los lejanos años 60 hasta su más inmediata y reciente actualidad. Resulta obvio que resumir en sólo 40 canciones una trayectoria tan nómada y cambiante y repleta de tantas colaboraciones como la de Clapton era tarea ardua y difícil y quien busque una retrospectiva completista de toda su carrera aquí no la va a encontrar. No obstante, para todos aquellos incondicionales o seguidores de reciente hornada que deseen disponer de una selección muy bien realizada de lo más notable de su actividad como compositor, arreglista e intérprete éste es su disco y verán colmadas absolutamente sus expectativas.
JAVIER DE CASTRO.