DISCOS
“Muestra un poco de su universo musical, de cómo su mano desliza su guitarra hacia el género que él desee”
Alan Boguslavsky
“Alanthology”
AUTOEDITADO
Texto: IGNACIO REYO.
Es curioso cómo ciertos músicos son tratados con el mayor de los desapegos, y otros con el menor de los halagos. Alan Boguslavsky gravita entre ambos mundos. Para muchos fue el escudero a la guitarra rítmica del maestro, legendario Juan Valdivia, en Héroes Del Silencio. Otros recuerdan su rol en el primer salto de red de Bunbury, “Radical sonora”. Esta antología revela un orfebre de la canción, ecléctico en la concepción de la misma.
Si a uno le hubieran dicho que tras su marcha del proyecto de Bunbury, se hubiera alistado en Orgy o en L.A. Guns, conjuntos tan dispares entre sí, no le hubiera sorprendido, dada la versatilidad camaleónica del llamado azteca de oro. Pero eligió otros caminos. Primero con Bogusflow, combo surgido del grupo inicial de Bunbury, mostrando rock alternativo de calidad que los llevó a tocar en el escenario principal del FIB. O las tres canciones que contiene de “The art of waiting”, seguramente en el podio de los mejores discos de un héroe del silencio en solitario junto con Las Consecuencias. En su sensibilidad, sencillez se respiran los aires de Jeff Buckley, del Lanegan más narcótico y humilde. Nacido en Los Ángeles, su dicción en inglés es tan válida como para que esos discos hubieran tenido su hueco en el mercado internacional.
Desgraciadamente, el mundo no es lugar para bohemios sinceros. En su tercer proyecto en Zaragoza, E.B.A., se atrevió, con notable resultado, a cantar en castellano. Hay temas al servicio de otras personas, como ‘Rainbow bridge’ que canta Naome Weissmann, o ‘Medicina para mi hermana’ cuya voz pone Zhanna Dymchenka. Entre los inéditos destaca ‘Monster’, que parece firmada para los Soundgarden de “Badmotorfinger”, furiosa y llena de intensidad.
Con este recopilatorio Alan solo nos muestra un poco de su universo musical, de cómo su mano desliza su guitarra hacia el género que él desee, e incluso se permite recitar un poema al final. Ni siquiera incluye ninguna canción de su disco de flautas, o de los combos donde ha ejercido de guitarrista en su México querido. Como demostró Valdivia con la canción ‘Cactus’, siempre se abre esa esencia que hizo de cada uno de los engranajes de Héroes del Silencio algo único. Boguslavsky les dio más empaque, y ha demostrado ser, en solitario, casi tan prolífico como quien cantara ‘Planeta Sur’. Un recopilatorio para no iniciados y completistas. La mejor forma de descubrir un artista injustamente olvidado en su faceta solista.
El disco, autoeditado, se puede adquirir escribiendo aquí.
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Anterior crítica de discos: “As long as I have you”, de Roger Daltrey.