Doce singles destacados de The Style Council

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Tras profundizar en The Style Council dentro del último número de “Cuadernos Efe Eme”, Xavier Valiño recopila doce de los mejores sencillos que editó la banda que lideró Paul Weller tras The Jam.

 

Selección y texto: XAVIER VALIÑO.

 

Paul Weller empezó la década de los ochenta con sus discos en lo alto de todas las listas y su banda de entonces (The Jam) como la más admirada del momento. Una década más tarde se hallaba prácticamente desahuciado, después de que su compañía hubiese rechazado su último disco, con su segundo grupo The Style Council prácticamente desaparecido, sin seguidores a los que les preocupase lo más mínimo la suerte del Weller al que habían idolatrado y, lo que es más alarmante, sin interés alguno por su parte en volver a tener nada de todo ello. Esa historia es la que recogemos en el número 15 de los Cuadernos de Efe Eme, lo que nos sirve como pretexto para recordar aquí su docena de singles más afortunados.

 

1. ‘The Paris match’ (1983).

The Style Council nació como un grupo que pretendía ofrecer un coctel de soul, jazz, pop, sonidos latinos o bossa nova, justo lo que se escuchaba en clubes londinenses como The Mudd o The Wag. Sus primeros pasos se acercaban bastante a lo que hacían artistas como Working Week, Carmel, Sade, Animal Nightlife o Everything But The Girl. De hecho, una canción de su álbum debut, “The Paris match” (que también apareció en su epé “À Paris” y como doble cara a con ‘Long hot summer’), contó con la vocalista de este último grupo, Tracey Thorn, en una interpretación más jazz, aunque la primera versión, más pop, estaba cantada por Paul Weller. Ben Watt reconocería después que “Weller nos llamó para grabar la canción y lo próximo que supimos es que iba en su primer disco, en el que aparecía con su gabardina y todas las fotos se habían hecho en París. Sonaba como Everything But The Girl. Si soy realmente honesto, me frustró. Obviamente Paul, si soy generoso, nos había escuchado mucho”.

Alternativa: ‘The Paris match’.

2. ‘Speak like a child’ (1983).

En los últimos tiempos de The Jam, Paul Weller dejó claro que escuchaba mucho soul, algo que continuó y en lo que profundizó con The Style Council, como demostraba ya su segundo single, ‘Speak like a child’. ‘Cuando era un niño a principios de los setenta, todos esos clásicos de la Motown estaban reviviendo y aparecían de nuevo en las listas de éxitos. Después me distancié del soul durante un tiempo. No me gustaban esos grupos súper suaves como The Stylistics, pero a principios de los ochenta el funk empezó a volverse más duro, y eso revitalizó mi interés. Hay un resurgimiento de la música negra. Lo que llega de Nueva York es excitante. Creo que eso es lo que se echa de menos, la excitación intensa en los clubes. Y ahora hay muy buenos discos de artistas negros con mensajes brillantes”.

Alternativa: ‘The lodgers’.

3. ‘Money go round’ (1983).

Concebido en su origen como un colectivo abierto, The Style Council fue sumando al principio nuevos músicos. Una de ellas sería Dee C. Lee, de nombre real Diane Katherine Sealy, una corista que había grabado con Wham! Tras recibir una llamada del entorno de Weller para cantar en el single ‘Money-go-round’, Lee acudió al estudio Solid Bond sin haber oído hablar nunca de él. De hecho, al ver los discos de oro enmarcados en la pared, preguntó “¿Quiénes son The Jam?”, a lo que Weller le respondió: “Un grupo de mierda que grabó aquí”. Lee acabaría convirtiéndose en su esposa, con quien tendría dos hijos y con quien grabaría todos los discos de The Style Council y varios a su nombre.

Alternativa: ‘Come to Milton Keynes’.

4. ‘Long hot summer’ (1983).

El humor privado de Weller y su compinche Mick Talbot fue malinterpretado casi desde el inicio. Ahí está el vídeo de ‘Long hot summer’, rodado en un río de Cambridge, y en el que se podía ver a Weller y Talbot acariciándose en la hierba medio desnudos o usando un poste como símbolo fálico. Prohibida su emisión en televisión por su aparente contenido homosexual (y eso que se eliminaron planos en los que se mordisqueaban en los lóbulos de las orejas), todo había sido convenientemente planeado anticipando las consecuencias: “En el vídeo todo está hecho de forma sugerente”, aseguró Weller. “Los chicos franceses son los más hermosos del mundo. Creo que en Francia hay una corriente subyacente de tensión que, oh, pongamos en Singapur no tienen”.

Alternativa: ‘You’re the best thing’.

5. ‘A solid bond in your heart’ (1983).

Finalizando una racha de cinco singles perfectos en menos de 12 meses, el grupo despidió 1983 con ‘A solid bond in your heart’, single no incluido en ninguno de los álbumes del grupo y que encontró acomodo en el recopilatorio editado nueve años después de su separación, “The complete adventures of the Style Council” (1998), en el que también estaba el álbum “Modernism: a new decade” no editado en su momento porque su discográfica no veía en él calidad ni potencial. Esta canción había sido compuesta en tiempos de The Jam y su maqueta acabó apareciendo en el recopilatorio de este grupo de 1992 titulado “Extras”.

Alternativa: ‘Have you ever had it blue’.

6. ‘My ever changing moods’ (1984).

Grabado en su propio estudio Solid Bond, esta canción contó con dos versiones. En la del álbum “Café bleu” Weller se acompañaba solo del piano. Para el single se grabó otra toma con toda la banda, de cuatro minutos, aunque la versión maxi llegaba casi a los seis minutos. Siendo uno de sus temas más celebrados, sirvió para dar título al primer álbum en Estados Unidos, evitando el título en francés que era, aparentemente, menos comercial en aquel país.

Alternativa: ‘My ever changing moods’.

7. ‘Shout to the top!’ (1984).

‘Shout to the top’, su siguiente single de octubre de 1984, fue una gloriosa celebración de la solidaridad de los trabajadores cantada sobre un fondo sonoro digno del soul de Filadelfia, que se promocionó con anuncios en los que se leía “No te equivoques. Es una guerra de clases. Contraataca. ¡Grítalo a pleno pulmón!”, y que en su contraportada declaraba “¡No! A la abolición de los consejos locales de la administración. ¡Sí! A un mundo sin energía nuclear. ¡Sí! A todos lo que luchan por los derechos animales. ¡Sí! A los fanzines. ¡Sí! A creer”.

Alternativa: ‘It didn’t matter’.

8. ‘Soul deep’ (1984).

Poco después, Paul Weller editaba “Soul deep” bajo el nombre de The Council Collective, un colectivo junto a otros artistas como Jimmy Ruffin, la estrella de Motown, cuyo padre había sido minero. En este caso, el dinero que se recaudase estaba destinado a las mujeres de los mineros en huelga en aquel año contra el gobierno de Margaret Thatcher, aunque, cuando un taxista del Sur de Gales murió al caerle encima de su vehículo un bloque de cemento lanzado por los mineros de un piquete, Weller decidió compartir los beneficios con su viuda. La cara b de ese single la ocupaba ‘A miner’s point’, una entrevista en la que se daba la voz a dos de los mineros.

Alternativa: ‘How she threw it all away’.

9. ‘Walls come tumbling down!’ (1985).

‘Walls come tumbling down’ sería la culminación del período de concienciación de Paul Weller a mediados de los años 80. Con una urgencia post-punk sobre un ritmo de northern soul, Weller se deja los pulmones en una canción que contaba con las armonías de su pareja, Dee C. Lee. Su propósito, bien claro, era empujar a la gente a decidir de qué parte estaban: “No tienes que aceptar esta mierda, no debes sentarte y relajarte, en realidad puedes intentar cambiarlo / Yo sé que siempre hemos sido enseñados a confiar en los que tienen autoridad / Hasta que lo intentes nunca sabrás cómo podrían ser las cosas si nos unimos con fuerza / ¿Vas a tratar de que funcione o vas a pasar tus días revolcándote en la basura? / Las cosas pueden cambiar, sí. / ¡Los muros pueden derrumbarse!”.

Alternativa: ‘Boy who cried wolf’.

10. ‘The internationalists’ (1985).

El sábado 13 de julio de 1985, The Style Council participó en el macroconcierto de Live Aid retransmitido en directo para todo el mundo, a partir de las 12 horas y 19 minutos de la tarde desde el estadio de Wembley. Delante del mismo Príncipe Carlos y la Princesa Diana, ante la mayor audiencia que Weller haya tenido y vaya a tener jamás, el grupo interpretó cuatro canciones, entre ellas ‘The Internationalists’ (editada como single de promoción para aprovechar el tirón) y ‘Walls come tumbling down’, con sus explícitas referencias “al maldito Gobierno Conservador” y “al enemigo público Número 10” [el número 10 de Downing Street, residencia del Primer Ministro Británico, entonces Margaret Thatcher]. A continuación se dirigieron a un plató de televisión y grabaron en playback ‘Come to Milton Keynes’, con una orquesta vestida de monjes benedictinos en uno de sus tantos actos inexplicables de aquellos años.

Alternativa: ‘Heavens above’.

11. ‘Headstart for happiness’ (1987).

Weller seguía manteniendo su devoción por bandas de los años sesenta, especialmente Small Faces y The Who, aunque como había advertido más claramente en los últimos tiempos de The Jam con versiones de Curtis Mayfield o The Chi-Lites, su interés por la música negra se había incrementado. “Todavía me paso horas mirando a las fotos de los Small Faces”, comentó en esos primeros meses de su nuevo proyecto. “Creo que mi otro grupo favorito en este momento es The Modern Jazz Quartet porque realmente es una banda y dentro cada uno de ellos tiene su papel, como ocuparse de los negocios, del transporte… Eso es un grupo de verdad. Solo porque no estoy golpeando mi Rickenbacker y mi amplificador no está al máximo, la gente se hace una idea equivocada. La intensidad está ahí. Si escuchas alguno de los discos del principio de The Temptations como “Papa Was a Rolling Stone”, puedes comprobar que ahí hay mucha tensión entre esas guitarras poderosas”. En esa línea iba, por ejemplo, ‘Headstart for happiness’, ya conocida anteriormente pero que acabó apareciendo en el epé “Café bleu” en 1987.

Alternativa: ‘Promised land’.

12. ‘Mick’s up’ (1987).

Aunque la canción ya se conocía también desde su aparición en 1983 en “Introducing The Style Council”, lo cierto es ‘Mick’s up’ se publicó finalmente en el epé en “Mick Talbot is Agent 88” en 1987 (continuando, pues, la recuperación de canciones antiguas que sirvieran para reconciliarse con un público que se estaba distanciando del grupo a toda velocidad), con cuatro canciones en las que la estrella era el teclista Mick Talbot. Aparecía acompañada de ‘Mick’s blessings’, ‘Mick’s company’ y ‘Party chambers’, en un vinilo que era una orgía de órganos Hammond, teclados y sintetizadores.

Alternativa: ‘Mick’s company’.

Bonus track: King Truman, ‘Like a gun’ (1988).

El presupuesto del cuarto disco del grupo, “Confessions of a pop group”, fue superior al millón de euros, y en él se establecía una penalización por cada día de retraso en su entrega. Paul Weller, que ya estaba claramente enfrentado a su discográfica, respondió al envite enviando la copia final del disco en una casete de 90 minutos con una documentación anexada que simulaba ser la ficha policial del capo de su compañía Polydor. Poco después Weller reconocía que el sello había quedado “totalmente perplejo con el disco. Esto va a ser difícil, va a traer problemas”. Para enredarlo más, Weller decidió editar de incógnito un single instrumental llamado ‘Like a gun’ con otra discográfica, Acid Jazz, bajo el seudónimo de King Truman. Enterado de su intención, un ejecutivo de Polydor mandó llamar al dueño de Acid Jazz, Eddie Piller, y lo amenazó poniéndolo contra la pared: “¡Si continúas adelante con el disco, te vas a enfrentar a una jodida demanda!”. Al día siguiente, el disco fue descatalogado.

 

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