“Ruido negro”, de Automatics

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DISCOS

“Ni se han reinventado ni han madurado, simplemente amplían su horizonte, y este oxígeno les hace parecer más luminosos”

 

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Automatics
“Ruido negro”
CLIFFORD RECORDS

 

Texto: CÉSAR PRIETO.

 

Todo parece apuntar, en estos últimos tiempos, que nos aborda una recuperación de los años 90. Uno de los indicios es la recuperación de formaciones que ni siquiera llegaron a grabar más allá del 2000, como es el caso de Automatics. La banda nativa de Linares ya lleva dos elepés en un par de años, y les falta uno para igualar su producción de juventud. Es más, en esa vuelta al noise y al shoegaze, por primera vez se apuntan a cantar en castellano e incluso a beber de influencias que era contra las que luchaban en la época de su nacimiento. ¿Cómo se han de entender, si no, esas alusiones a Roxy Music y a maniquíes, esos teclados y programaciones de ‘Ninette ‘? Con una melancolía casi decadente. Es como si el Zurdo hubiera renacido ahora y pasara por uno de sus mejores momentos.

Lo cierto es que este vuelco a lo hispano les sienta de maravilla. En ‘Ruido negro’ no sabe uno si la balanza se inclina hacia el costado de Jaime Urrutia por la voz y esa instrumentación crepuscular que mana del ‘Que Dios reparta suerte’ o a Los Coyotes primigenios. El caso es que parecen haber encontrado la fórmula mágica que daba soltura a las canciones de aquellos años 80.

También tienen su parte Beatle. En ‘On a ride’ se muestran psicodélicos y en ‘Golden staff’ combinan este tono con unas guitarras arties a lo Tom Verlaine. Y poniéndonos en los sesenta, ‘Shine on’ nos sorprende con una intro clavada al ‘Be my baby ‘, como si las Ronettes hubieran nacido en 2017, y con un final a lo The Jesus and Mary Chain. Y tiempo para la épica; esa electricidad marcada en el disco se convierte en punteos y voces de registros mucho más sutiles —el cambio de cantante les ha hecho bien—, que crean a veces paisajes abruptos, a veces horizontes claros.

Abriendo los criterios, hay un par de cortes que son —de diferente manera— ultrapop. ‘El fin de los días’, que roza la forna de hacer de Cheap Trick y ‘Sebastian’, adictiva y machacona, que gustará a los seguidores de Los Planetas y al público indie que no le hace ascos a que sus grupos aparezcan en la radiofórmula.

Pero, esperen un momento, ¿no hay manifestaciones de ese estilo con el que empezaron su andadura Automatics? Pues sí, y bien buenas. En ‘Across the nation’ las guitarras van a tope, como en el grunge —aunque la voz es más brillante y no se revela desesperada— y las melodías están pegadas a la sección rítmica. En todo caso, Automatics ni se han reinventado ni han madurado, simplemente amplían su horizonte, y este oxígeno les hace parecer más luminosos.

Anterior crítica de discos: “A ninguna parte”, de Sierra.

 

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