DISCOS
“Puro pop sin complejos, tradicional y eléctrico, bien cosido y sincero”
Eladio y los seres queridos
“Historias de caza”
AUTOEDITADO
Texto: CÉSAR PRIETO.
¿Cómo puede ser que un disco en el que aparentemente nada destaca te asalte así, de esa manera tan emotiva? ¿Por qué resulta tan difícil explicar dónde está el germen de esa emoción? De acuerdo, está todo medido, ajustado a la perfección, sin aristas; voces, bases, melodías de buena factura. Y hay canciones que en vez de enamorarnos por algo en especial, nos enamoran por su diseño compacto. Es el caso de ‘Tormenta’, escúchenla. Entra una voz casi titubeante, de temblorosa dejadez, la melodía es agradable, la historia de amor bien trabada; pero más que todo eso hay algo en ella que, cuando acaba el corte, te das cuenta de que embruja. Y no sabes por dónde ha entrado.
El grupo gallego publica este quinto disco de estudio, aunque en este caso el estudio sea su casa, y hace dominar en él los medios tiempos y los estribillos luminosos. ‘Tormenta y tú’ es el ejemplo perfecto de esta combinación, pero en conjunto la visión que nos queda tras escucharlo es más sutil, suave y embriagadora. ‘Algún iluminado’ acaricia con su tono menor y, aunque bucólica y con arpegios de guitarra, va creciendo. También es pastoril, con esa flauta travesera de claridad sonora, la que da título al conjunto, con sus claves de historias escuchadas alrededor del fuego. De la misma forma a la ochentera ‘Carlota se fue’ la dulcifican unos violines.
Sin embargo, reservan para el final del disco dos ensayos experimentales. ‘Ella’ se inicia con aires morunos para expandirse finalmente con una instrumentación y una letra que son pura poesía popular. Y en este camino, tienen la valentía de asumir una versión de ‘La leyenda del tiempo’ en la que, claro está, le falta el pellizco. Sin él, aparece como lo que realmente es: una perfecta canción pop de instrumentación acogedora y envolvente.
En esencia, se trata de eso, de puro pop sin complejos, tradicional y eléctrico, bien cosido y sincero. No está exento de cierta melancolía y un indefinible aire atlántico y cercano, con los ruidos de la casa colándose sin problemas. Emoción de la mano de unos perfectos maestros de artesanía musical.
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Anterior crítica de discos: “Flamaradas”, de Flamaradas.