“Mi relación con él es un poco telúrica, es como si se tratase de un encantamiento”
Escoger un disco que haya dejado poso en los comienzos siempre es un reto difícil. Luis Brea no duda al señalar el debut de The Velvet Underground, grabado bajo la dirección de Andy Warhol (que diseñó la famosa banana de portada), y nos cuenta por qué fue crucial en su carrera. Lo hace días antes de arrancar su gira de salas, que pasará el 17 de noviembre por Madrid (sala Joy Eslava).
The Velvet Underground
“The Velvet Underground & Nico”
VERVE RECORDS, 1967
Texto: LUIS BREA.
Compré ese disco hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana, no recuerdo bien dónde, era un sitio grande rollo Fnac o El Corte Inglés, y también recuerdo que estaba barato. Lo compré en cedé, en aquella época en la que se remasterizaba todo para este formato, eso nos puede dar una pista sobre la fecha porque no lo recuerdo exactamente… a lo mejor tenía que haber avisado: tengo la memoria de Dori, la amiga de «Nemo», para acordarme de cuándo hice determinadas cosas. Pero “The Velvet Underground & Nico” no fue mi primer disco, porque ya tenía una buena colección entonces. El primero que compré fue «Thriller», de Michael Jackson, con unos nueve años. El de la Velvet le flipaba a un colega mío y me lo recomedó.
En una primera escucha me quedé con una sensación extraña. No es que no me gustara, me pareció raro, tenía la sensación de no estar preparado todavía para esto. Cambiaba radicalmente la concepción de una banda de rock, se basaba en algo muy conceptual y no ponía en primer plano la ejecución técnica, era como un cambio de paradigma, basado en la idea de que cualquiera puede tener una banda, porque sí, porque tú lo vales, mientras seas tú mismo y busques dentro de ti, en la pura emoción, aunque sea en dos notas. Creo que este disco cambia el concepto estético de la música pop.
Me gustan todas las canciones, pero si tuviera que elegir una me quedaría con ‘All tomorrows parties’, la atmósfera ritual que crea esa pieza explora en lo más profundo del ser humano, sin miedo a mirar al lado más oscuro. Esa mezcla de solemnidad y honestidad me sigue atrapando. Los discos siguientes de la Velvet me encantan, pero este es el que juega con el factor sorpresa y eso en el pop rock tiene un gran peso.
Lo sigo oyendo y me sigue gustando como el primer día. Mi relación con él es un poco telúrica, es como si se tratase de un encantamiento. Me ha marcado mucho, dejé de practicar escalas virtuosas en favor de la búsqueda de otro tipo de emoción. Creo que fue el que abrió la puerta al punk, y a una música con una mayor connotación conceptual.
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