DISCOS
“Se han marcado algunas de las mejores canciones de su ya dilatada trayectoria dando así forma, de largo, a su mejor disco”
Schizophrenic Spacers
“It better be good”
AUTOEDITADO
Texto: EDUARDO IZQUIERDO.
Empieza la cosa con un breve tema a piano y voz y te das cuenta que pinta a algo grande. No es solo que Schizophrenic Spacers se hayan atrevido con un disco doble y se hayan largado a grabarlo con Hendrik Röver a sus Guitar Town Studios, también se han marcado algunas de las mejores canciones de su ya dilatada trayectoria dando así forma, de largo, a su mejor disco.
Tras la apuntada ‘Nice job’ arrancan las guitarras con el trallazo que es ‘Gonna be good’ para demostrar parte de lo citado. El grupo suena mejor que nunca gracias a la labor del líder de Los Deltonos, y la canción engancha. Además prueba a las claras que el grupo ha evolucionado. Si en un principio de su carrera sonaban como una banda intentando parecerse a sus decenas de influencias, ahora han dejado que esas referencias, siempre presentes en su música, acaben formando parte de una personalidad singular y probablemente única en el estado. Ahí están para demostrarlo la adictiva ‘Night’s squirrels’ (¿No parece a ratos que vaya a arrancar el ‘My sharona’ de The Knack?), el tonteo funk de ‘Physiotherapist’, el magnífico medio tiempo de ‘Anyhow’, más cercana al rock americano clásico con aromas de power-pop, la sensibilidad soul de ‘The long goodbye’ o la explosividad de ‘Montpellier’.
Dicho esto, queda plantearse el tema del disco doble. Eterna pregunta: ¿hubiera sido mejor disco este “It better be good” de haber sido sencillo? Los grupos suelen caer en el error de optar por este formato, oliendo a pretenciosidad por todas partes, pero no es el caso de los Spacers. Por algo estamos insistiendo en que esta es su obra magna. Está claro que si de veintidós buenos temas seleccionas los diez mejores, la cosa puede resultar de matrícula de honor, pero no lo es menos el que se hace difícil decidir qué canciones dejarías fuera en una hipotética selección, y eso habla muy bien del álbum. Superando el notable de calle, se han situado en la excelencia que muchos les reclamábamos hace tiempo. Y amenazan con seguir ahí.
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Anterior crítica de discos: “Girls are messin up my mind. Vol. 2”.