“‘Turnedo’ es una canción que sienta bien cantar. Te desahoga y realmente lo ves en el público, que está cantando y está deseando masticar cada palabra”
Marta Sanz describe la presentación de “Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia”, celebrada en la madrileña Fnac de Callao. Allí estuvieron Iván y Amaro Ferreiro, la autora, Arancha Moreno, y el moderador del acto, Óscar García Blesa.
Texto: MARTA SANZ.
Fotos: BEATRIZ POZA / J. PEREA.
Por las paredes rojas del mítico fórum de la Fnac de Callao aún corretea seguro el parloteo alegre de Iván Ferreiro, que el Día de la Música, y sin ser él de Literatura ni reporteros, se sentó para hablar de un libro sobre sus canciones escrito por una periodista. Bien rodeado, cuenta a la diestra con su hermano Amaro, que completa sus memorias. A su izquierda está la escritora, Arancha Moreno, que casi asiste más que participa de la charla, porque como hace magistralmente en su libro, deja que Iván cuente. El maestro de ceremonias es Óscar García Blesa, compañero y amigo de todos ellos. Completa el cuadro una multitud que rebosa la sala, asistentes que entre el silencio y la risa enmarcan una fiesta. Porque hablar de presentación puede dar lugar a equívoco. Allí se estaba celebrando un libro: “Iván Ferreiro. 30 canciones para el tiempo y la distancia”, recién editado por Efe Eme y el número 1 de libros musicales más vendidos estos días en la Fnac.
Al escuchar durante una algo más de una hora las continuas reflexiones de Iván, capaz de enlazar dialécticamente a Mónica Naranjo con el Brexit sin que su discurso pierda sentido, uno no puede sino rendirse al talento de la autora, que ha sido capaz de desmigar su elocuencia para hilar su historia musical. Las canciones, que ya decían mucho, resulta que tenían mucho más que decir. El gallego, con humor, reconoce la hazaña: “Se comió una chapa mía muy importante. De hecho cuando se fue era morena”. A su lado Arancha, muy rubia, resplandece al escucharle. Y ríe con él, con las historias que ya conoce y con las que se saca de la chistera. También cuando se desdice sin hacerlo de las mentiras y verdades que cuenta en la obra que están celebrando. “No es mi historia es tu libro, lo escribes tú y lo firmas tú, yo ya he dicho que puede no ser verdad”, dice de nuevo entre carcajeos, con la cara del niño que cree esconder una verdad. Y es que aunque no lo quiera reconocer, Iván tiene pinta de mentiroso mentiroso, sin comas, y todo lo que dice suena a verdad.
La charla distendida hace repaso de las canciones que cuenta el libro, y refleja ese tono de confidencia en sobremesa feliz a la que te invita cada una de sus páginas, con las migas aún en el mantel y las risas sabor chupito de hierbas. Es amable por la honestidad del que cuenta, que lo hace sin solemnidad ni pena. Y por la voz de Arancha Moreno, que se quita de la costumbre de relatar opinando: “No es una crítica porque me parece muy difícil hacer crítica sobre la obra de la gente, así que yo prefiero narrar las historias, es lo que a mí me gusta”. Como en el libro, la tarde va de recuerdos. Empezamos con Piratas, y su agridulce éxito de los ‘Años 80’, hasta el incomprendido “Relax”, por el que recibieron muchos palos, pero del que Iván saca un hito positivo: “Por primera vez el ‘Rock Deluxe’ escribió sobre nosotros y nos puso a parir, que fue el momento más grande de mi vida: ver cómo me daban de hostias en el ‘Rock Deluxe’. Llevaba muchos años deseando salir, no necesariamente positivamente. Para mí fue la gran triunfada de la prensa ese año”, asegura.
Cuando recuerdan la carrera en solitario de Iván, empieza a intervenir Amaro, porque su voz suena en cada uno de los discos y escenarios de esta nueva etapa. Firma de hecho ‘Turnedo’ como punto de partida, la canción que les hace siempre felices. Con mil palabras intentan explicar este cambio de rumbo, de este clásico sin estribillo. Iván la trata de terapia. “Es una canción que sienta bien cantar. Hay canciones que a mí me gustan pero cuando las canto me aburro un poco, y hay otras que te diviertes todo el rato. Y ‘Turnedo’ tiene eso, que te desahoga y realmente lo ves en el público, que está cantando y está deseando masticar cada palabra. Nada, aquí el chaval que me hace unos singles cojonudos”, dice palmeando la espalda de su hermano, que ríe agradecido. Y recuerdan juntos el vídeo, esa gamberrada a la industria en la que frente a dispendiosas producciones decidieron grabarse en el salón de su casa, con juguetes de los niños. “Era maravilloso ver el vídeo y de repente ver a un cantante melódico con una camisa blanca bañándose en la playa. Nos hacía parecer superhéroes porque todo lo demás era ridículo. Cuando haces algo por cero euros, todo lo que cueste más de tres ya es ridículo, y esa era un poco nuestra jugada para todo el disco”. Eso, y la confesión de Amaro: “También es cierto que un realizador nos dijo que nos iba a hacer un vídeo increíble, pero nunca volvió a llamar. Hasta hoy”. La anécdota tiene una pirueta final: “Cuando a Warner les llegó el vídeo, como no sabían si era una mierda o era una genialidad decidieron llamar a las televisiones para preguntarles si lo iban a emitir. Y acabamos siendo el vídeo más rotado”, cuenta Iván, previa ovación por la que hace levantarse a su hermano para recibir con cortesía teatral. Al sentarse, apostilla: “Y ahí acabó nuestra carrera audiovisual”.
Por suerte, la musical continuará, muchos años, desde la brevísima “Siete y media’ hasta su última “Casa”. La tarde sigue y las inquietas zapatillas de los hermanos Ferreiro parece que van a saltar en cualquier momento. El repaso paralelo al libro, con anécdotas maravillosas como las de ‘Farenheit 451’, esa fantasía cumplida del autor de “hacer una canción preciosa cagándome en todo”, hasta la “maquetitis” que le enfermó en ‘Pensamiento circular’. De todas esas historias que Arancha ha podido contar. “He de decir que cuando yo empecé a leer el libro hace unas semanas estaba realmente aterrorizado”, confiesa el personaje principal de esta novela-realidad. “Es un poco desagradable leer cosas sobre ti. Pero la verdad es que me divertí porque es lo que dice Arancha, es una interpretación de los hechos. El que vaya a leer el libro se va a divertir porque hay momentos en que yo digo cosas, y Amaro dice que pasó lo contrario, y Suso dice que pasó otra cosa. Y me parece bien”. Amaro añade que al final la realidad es la suma de percepciones.
Con muchas de estas percepciones se creó el libro que hoy se celebra, y entre anécdotas, Santi Alcanda, desde el fondo de la sala, pide que hable la autora. Aplaude la idea el artista, pero las frases breves de Arancha demuestran que ella quiere que su voz suene en tinta. Curiosamente, no hubiera llegado a la imprenta si una jovencísima Arancha hubiera hecho caso a un camarero llamado Iván Ferreiro, cuenta él: “Yo la conocí cuando se deshicieron Los Piratas y yo trabajaba en un bar. Tenía una barba, pero era de depresión, no de optimismo como la que tengo ahora. Y yo era camarero, me encontró borracho en la barra y me preguntó: ‘¿Tú eres el de los Piratas?’. Le dije que sí y la tuve tres horas hablándole de lo mierda que era el mundo, de que no se hiciera periodista, que no le iban a dejar escribir jamás lo que ella quisiera. Me hizo la hostia de caso y ahora escribe sobre lo que le da la gana”. La risa final se prolonga el tiempo que pacientemente autora y personaje reciben a la larga lista de lectores que ya sí despuntan la sala, casi una hora después. Al salir a la calle Preciados, el calor aprieta y Mikel Erentxun canta en Callao. En un rato Iván se subirá con él a compartir micrófono para cantar juntos ‘De espaldas a mí’. Un gran día a la altura de lo que la música se merecía.
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