LIBROS
“La herramienta perfecta para entender la evolución de la industria musical en estas casi cuatro décadas”
Carlos Pérez de Ziriza
“Indie & rock alternativo”
REDBOOK
Texto: XAVIER VALIÑO.
Casualidad o no, mientras doy fin a la lectura de este libro me cruzo de bruces con una entrevista hecha a J de Los Planetas por Francisco Camero en el “Diario de Sevilla” con un titular que, no por menos repetido últimamente y cierto –en buena parte–, reclama su atención como una losa: “El ‘indie’ ha acabado siendo la nueva música comercial”.
Pues resulta que sí, que una época en la que los grandes reclamos comerciales de la música ajenos al rock venden ya solo algunos miles de copias, los nombres que aparecen recurrentemente en los festivales españoles (Love of Lesbian, Vetusta Morla, Lori Meyers…) no les andan precisamente a la zaga. La diferencia ahora es mucho menor que hace unos años y el ‘indie’ se ha convertido, además de un cajón de sastre en el que caben muy diferentes propuestas, en el nuevo mainstream.
Por suerte, tenemos a Carlos Pérez de Ziriza para poner orden en esta confusión actual del ‘indie’, máxime teniendo en cuenta que es esta ciertamente una palabra odiosa a la que el término elegido para acompañarlo en la portada de este libro, rock alternativo, le hace bastante más justicia. Había algunos precedentes en nuestro país, como “Teen Spirit, de viaje por el pop independiente”, coordinado por Javier Blánquez y Juan Manuel Freire (Reservoir, 2004), “Pequeño circo de Nando Cruz” (Contra, 2014), “Música alternativa. Auge y caída 1990-2014” de Ramón Oriol (Milenio, 2015) o incluso, más tangencialmente, “Fragmentos de una década. Tendencias y claves del rock del nuevo milenio del mismo autor” (Milenio, 2011), aunque sin contemplar el fenómeno en toda su dimensión.
Por ello este libro se presta, desde el principio, a señalar de qué hablamos cuando mencionamos tal etiqueta o cuándo se puede fijar sus inicios, para saber de qué partimos y si lo que hoy se califica así tiene algo que ver con lo que fue entonces. Y la piedra fundacional bien podría ser ese concierto de Sex Pistols en Manchester el 4 de junio de 1976 que se cita, con unos cuarenta espectadores que con los años han pasado a ser miles, según las declaraciones de todos los que han pretendido estar allí, y que incluso tiene un libro dedicado a ese histórico acontecimiento: “I Swear I Was There: The Gig That Changed the World” (“Juro que estuve allí: El concierto que cambió el mundo”) de David Nolan, publicado en 2006. Si a partir de ahí se trenzaron alianzas de las que surgieron bandas como Joy Division, New Order, The Smiths, The Buzzcocks o The Fall, está claro que nos acercamos, y mucho, al meollo del asunto. Como bien señala el autor, fue una crítica a un disco del grupo Modern English en el semanario “Record Mirror” en 1981 donde la palabra apareció por primera vez.
Es en la introducción de este libro y en su primer capítulo dedicado a glosar su historia donde se recoge lo más valioso del análisis, completado con dos apéndices finales dedicados a los sellos discográficos y los festivales, uno, y el otro a los cincuenta discos fundamentales elegidos por su influencia en generaciones posteriores, por su especial significación o por su valor de gemas a descubrir. Es en esas páginas donde el conocimiento acumulado en años de artículos y entrevistas sobre y con buena parte de los artistas clave del rock alternativo aflora en un relato fluido, conciso, claro y para nada excluyente, tan divulgativo para el profano como atractivo para el iniciado.
El grueso del libro, más de las dos terceras partes, sigue la estructura impuesta por la colección “Guías del rock & roll” de la editorial Redbook dentro de su colección Ma Non Troppo, de la que ya se han publicado volúmenes centrados en el soul, el rockabilly, el reggae, el heavy metal, el hard rock, la música de baile y electrónica o las rockeras: en ellos, cada artista tiene una entrada con un titular que lo define, su fecha y lugar de aparición (y desaparición, de ser el caso) y, a continuación, el texto sobre su carrera, su importancia en el mundo del rock y un repaso por encima a su discografía.
Ahí, a pesar de la injusticia que representa darle el mismo tratamiento a unos que a otros de los 180 nombres escogidos (pongamos por caso, a R.E.M. que a The Field Mice), Pérez de Ziriza traza unas definiciones de cada uno de ellos y sus semblanzas con tanto rigor como pasión, situando adecuadamente la importancia de cada uno en el breve espacio del que dispone, para después repasar alguno de sus discos imprescindibles. Del mismo modo, al igual que en el resto de los volúmenes de la colección, se reserva un espacio final para los artistas españoles a los que se le suma acertadamente una selección a modo de introducción para iniciarse en los nombres latinoamericanos más relevantes. Todo ello lo convierte, a pesar de su desafortunada portada sin reflejo por suerte en su contenido, en la herramienta perfecta para entender la evolución de la industria musical en estas casi cuatro décadas, del público que lo sigue y, en definitiva, de un término que no ha dejado de transformarse asumiendo todo tipo de giros estilísticos y, también, queda claro, una mayor exposición pública.
–
Anterior crítica de libros: “Los casos de Horace Rumple, abogado”, de John Mortimer.