“‘Chinatown’ es simplemente un logro tremendo, incluso para los estándares de Goldsmith, una de las mejores bandas sonoras por excelencia de todos los tiempos”
Fernando Fernández revela la historia de “Chinatown”, a su juicio una de las mejores bandas sonoras de la historia, concebida en solo diez días tras desechar la partitura original.
“Chinatown”
Música de Jerry Goldsmith, 1974
Una sección de FERNANDO FERNÁNDEZ.
Retorno a los clásicos para mencionar otro de esos casos donde una gran película cuenta con una gran banda sonora. Esta vez en un terreno que puede servir para ilustrar las diferencias entre la composición clásica y la actual: los thrillers. Las bandas sonoras de este género suelen centrarse en terrenos ambientales y atmosféricos, olvidando completamente la necesidad de destacar el trasfondo humano y de múltiples emociones que suele ser la base de dichas historias. No es el caso de “Chinatown”, que es, además, una de las mejores películas de la historia, leyenda de la historia del cine.
El proceso de creación del film fue casi tan interesante como lo que narran sus imágenes. El productor, Robert Evans, estaba decidido a llevar a la pantalla grande el clásico literario de F. Scott Fitzgerald, “El Gran Gatsby”, y contrató a Robert Towne por 175.000 dólares para escribir el guion. Towne, sin embargo, logró convencer a Evans para producir su propio thriller policíaco titulado «Water and Power» por 25.000 dólares, uno de los más perfectos ejemplos de guion y trama nunca realizados, utilizado prácticamente en todas las escuelas de cine. Evans disfrutó mucho su colaboración con Roman Polanski en “La semilla del diablo” (1968) y lo escogió para dirigirla. La elección (y tormentosa relación laboral) hizo míticos a Jack Nicholson, Faye Dunaway y John Huston (que rechazó anteriormente dirigir la cinta). Todo eso hace que “Chinatown” tenga un aura muy especial, rematado por un último detalle: fue la última que rodó Polanski en Hollywood antes de huir del país, acusado de abuso sexual a una menor en Los Ángeles.
Retitulada «Chinatown», es todo un clásico del cine negro moderno. Un oscuro drama psicológico lleno de misterio, intriga, drama y traición. La película fue un gran triunfo para Roman Polanski. No solo alcanzó un gran éxito comercial, sino que obtuvo once nominaciones a los premios de la Academia, incluyendo Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz, Mejor Fotografía, Mejor Guión Original, Mejor Dirección de Arte, Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Sonido y Mejor Banda Sonora Original, ganando sólo uno por Mejor guion original.
Curiosamente, Philip Lambro fue el compositor contratado para componer la partitura, creando una banda sonora moderna y totalmente vanguardista en la que incluyó varios elementos de la época e introdujo acentos chinos en referencia a su título. El famoso barrio del que toma nombre en realidad solo aparece en la mítica escena final, y su sentido en la historia es más psicológico y emocional. La leyenda cuenta que Robert Evans rechazó la partitura de Lambro al invitar a un pase privado de uno de los montajes iniciales de la película a un gran amigo de Roman Polanski: el veterano maestro Bronislau Kaper (“El motín de la Bounty”, “Lili”, “Los hermanos Karamazov” o “Con él llegó el escándalo”). Karper, tras verla digo que la película era realmente magnífica, pero le recomendó que de deshiciese de la banda sonora. En un pase posterior con público, la sensación fue la misma.
Para arreglarlo llamó a Jerry Goldsmith, recién salido del éxito de “Papillion” (1973), y al que le concedieron apenas diez días para componer y grabar la nueva banda sonora. Evans solo le pidió a Goldsmith que escribiera música que aportara una sensación de época, que permitiera capturar la vida en la ciudad de Los Ángeles en los años 30. Pero, como era habitual en el gran maestro, no solo aportó ese sonido a su música. Goldsmith comprendió que la película en el fondo era una tragedia y compuso música que trajera a la luz ese núcleo emocional. Convenció a Evans de que era necesario un enfoque más modernista argumentándole que «las emociones son atemporales». Terminó utilizando un pequeño conjunto orquestal de cuerdas, cuatro pianos, cuatro arpas, dos percusionistas y una sola trompeta, la del maravilloso Uan Rasey.
Su impresionante e inolvidable partitura se encuentra impulsada por una preciosa elegía para solo trompeta, la cual capturó perfectamente el drama, el misterio y el suspense de una de las mejores películas de cine negro de todos los tiempos. Para su tema principal, que es en realidad el tema del amor de la película, compuso una melodía melancólica y delicada, dirigida por esa trompeta, que capta perfectamente todas las sensibilidades ocultas y el ambiente que le proporciona la atmósfera a la historia. Entre ellas, el clima árido de esta ciudad cercana al desierto (con ese sonido de las cuerdas del piano siendo tocadas con un cepillo), yuxtapuesto con la importancia del agua para la vida en la misma y eje principal de la trama de poder de la película (utilizando las notas de arpa, así como diversos glissandi)
“Chinatown” de Roman Polanski es probablemente la mejor película para la que Jerry Goldsmith haya compuesto la música. Ese tema de amor es, probablemente, una de las mejores piezas de música que Goldsmith haya escrito, y una muestra maravillosa de ese compositor moderno que se encontraba dentro de su exterior más romántico y clásico, solo esperando para salir cuando llegaba el momento adecuado. Y todo ello con solo algo más de 25 minutos de música en una película de más de 2 horas de duración. Esta necesidad de aprovechar el escaso tiempo del que disponía para componer la música tuvo un resultado brillante. Cada pieza tiene una identidad específica y única, y todo consigue tener mucho más impacto en la película como resultado. Esa maravillosa toma final es aún mejor gracias a los melancólicos tonos del tema de amor de Goldsmith, un impacto que se vería gravemente reducido si el compositor hubiera estado toda la película utilizándola. “Chinatown” es simplemente un logro tremendo, incluso para los estándares de Goldsmith, una de las mejores bandas sonoras por excelencia de todos los tiempos.
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