LIBROS
“Smith se revela como una atenta observadora de profunda mirada poética sobre la vida cotidiana, al tiempo que revela buena parte de sus obsesiones”
Patti Smith
“M Train”
LUMEN
Texto: XAVIER VALIÑO.
“No es tan fácil escribir sobre nada”. Con esta frase casi lapidaria comienza “M Train”, el último libro publicado por Patti Smith hasta el momento, ya que las palabras finales nos indican que seguramente habría más por cuanto no puede dejarlo: “…y entonces me sentaré en la silla de detective, abriré mi cuaderno y empezaré a escribir algo nuevo”.
No es el primer volumen de la cantante escrito en clave autobiográfica: en los últimos años ha editado también “Éramos unos niños” (2010), “El mar de coral” (2012) y “Tejiendo sueños” (2014). Ninguno de los cuatro, incluyendo “M Train”, se puede considerar estrictamente sus memorias, pero en todos ellos hay suficientes elementos para componer con su suma el volumen definitivo sobre su vida y su obra.
“Todos los escritores son vagabundos”, asegura en otro de los pasajes de “M Train”, un volumen compuesto a partir de momentos muy distintos de su vida, en los que influyen el azar, las huellas del tiempo y, cómo no, sus viajes. Hay relatos de momentos vividos en Larache (en la tumba de Jean Genet), México, Tokio, Tánger, Berlín, Londres (en la tumba de Sylvia Plath)… De todos ellos, el más detallado es su accidentado periplo a principios de los años 70 por la Guayana Francesa, movida por un impulso repentino y un tanto inconsciente de seguir los pasos del libro “Diario del ladrón” de Genet.
Hay capítulos que describen su visita a la Casa Azul de Frida Kahlo o su participación en la manifestación de Valencia para salvar el Barrio del Cabañal de la especulación inmobiliaria, aunque aquí se echan de menos más detalles por la parte que nos toca. También asistimos asombrados a su increíble encuentro con el campeón mundial de ajedrez Bobby Fischer en su retiro en Reikiavik en sus últimos años y somos partícipes de sus reuniones en distintos lugares como miembro del Continental Drift Club (Club de la Deriva Continental), sociedad secreta que constituye una rama independiente de la Comunidad de Ciencias de la Tierra.
Sin embargo, y a pesar de su naturaleza nómada, lo que sobresale en el trasfondo de buena parte del libro es su interés por reconstruir una casa desvencijada en Rockaway Beach, que llama “mi Álamo” y que parece ser el lugar que ha escogido como hogar, dejando atrás sus años en Michigan junto a su marido Fred ‘Sonic’ Smith, que centran otro de los capítulos. Es el antiguo guitarrista de MC5 una de las pocas citas musicales, a la que se suman cuatro o cinco canciones escasamente, en un libro que presta más atención a autores como Leon Tolstoi, William Blake, Jim Carroll, Paul Bowles, Haruki Murakami, Antonin Artaud…
Por sus páginas van cayendo argumentos que conectan varios capítulos y que reaparecen una y otra vez, como, por ejemplo, su inesperada devoción por los thrillers televisivos, especialmente la serie “The Killing” y más concretamente su protagonista Sarah Linden, encarnada por la actriz Mireille Enos. Otros serían las cafeterías en las que reconoce pasar bastante tiempo o, por extraño que resulte, las sillas, con una referencia especial a la de la casa de Roberto Bolaño en Blanes.
Más que como autora de un libro musical, Smith se revela aquí como una atenta observadora de profunda mirada poética sobre la vida cotidiana, al tiempo que revela buena parte de sus obsesiones. La conclusión, respondiendo a la primera línea del libro, es que ella sí tiene algo que contar. De hecho, así lo deja claro en un pasaje de su obra en la que se plantea la pregunta y se contesta a sí misma:
“–¿Qué es nada?– pregunté con impetuosidad.
–Es lo que puedes ver de tus ojos sin un espejo– fue la respuesta”.
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Anterior crítica de libros: “Ellos y yo”, de Jerome K. Jerome.