Nuestros especialistas escogen las quince mejores películas del año, entre las que hay títulos nacionales y extranjeros, drama, thriller y hasta terror. Una selección realizada por Héctor Gómez, Elisa Hernández y Jordi Revert.
1/
“Carol”
Todd Haynes
La mejor película estrenada este año lleva el sello inconfundible de Todd Haynes, el mejor continuador de la tradición del melodrama americano en la actualidad. “Carol” es un muestrario de la capacidad del cine de Haynes para narrar una historia que consigue emocionar sin caer en el sentimentalismo. Un prodigio de planificación, de iluminación y de dominio del encuadre y el montaje puesto al servicio de unas actrices (impresionantes Cate Blanchett y Rooney Mara) capaces de transmitir hasta el último atisbo de emoción en esta historia de Patricia Highsmith sobre el amor que lucha contra todo y contra todos. Una película con hechuras de clásico instantáneo. Por Héctor Gómez.
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2/
“Elle”
Paul Verhoeven
Una película de Paul Verhoeven exige una agresión contra la mirada, contra el espectador acomodado, contra la corrección política. “Elle” no se queda ahí, sino que parece mostrar a un director buscando la última frontera que transgredir. Aquí esa frontera es la violación y la respuesta personal/social frente a esta, pero en esa inspección perversa caben la gestión de los monstruos internos, la violencia inherente al ser humano o el sexo como revelación atroz de uno mismo. Contar todo eso en forma de comedia negra con una ironía rayana en lo cruel y extrañas dosis de humanidad en el camino es algo que hoy quizá solo esté al alcance del director holandés. Por Jordi Revert.
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3/
“El hijo de Saúl”
László Nemes
Es imposible terminar de ver “El hijo de Saúl” sin sentirse desbordado por el poder de la historia que cuenta y, sobre todo, por cómo la cuenta. László Nemes nos propone adentrarnos en uno de los aspectos más sórdidos del Holocausto, esos Sonderkommando compuestos por judíos que conducían a la muerte a sus propios compañeros antes de correr la misma suerte. En este viaje que nos lleva a hombros (literalmente) de un prodigioso Géza Röhrig, ese hijo de Saúl (literal o metafórico) representa esa parte de nuestra condición humana que quedó manchada para siempre. Por Héctor Gómez.
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4/
“Kubo y las dos cuerdas mágicas”
Travis Knight
Siguiendo con la tendencia de algunos de sus filmes anteriores, el estudio Laika Entertainment vuelve a darle una vuelta de tuerca al cine de animación, liberándolo de lo edulcorado y maniqueo de las películas asociadas a un público infantil. “Kubo y las dos cuerdas mágicas” no sólo no tiene miedo de ser oscura y sombría, sino que abraza esas cualidades y las hace suyas, creando un universo mágico, poético y, sobre todo, único. Su preciosa banda sonora y su espectacularidad visual y técnica complementan una narrativa original y emocionante para crear una obra de arte total. Por Elisa Hernández.
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5/
“La llegada”
Denis Villeneuve
Sin recurrir a la acción y la violencia para construir una historia en torno al desconocimiento, fascinación y miedo que la figura del Otro nos provoca, y con un ambiente de suspense y tensión que rápidamente atrapa al espectador, “La llegada” enfatiza el valor del lenguaje y basa toda su emocionante narrativa en la importancia de intentar comprender y compartir la visión del mundo de aquellos a los que consideramos diferentes. Como sólo la mejor y clásica ciencia-ficción sabe hacer, Denis Villeneuve nos otorga una de las mejores oportunidades para la reflexión sobre la sociedad contemporánea del cine reciente. Por Elisa Hernández.
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6/
“Todos queremos algo”
Richard Linklater
“Es hermoso que podamos sentir pasión en este mundo —por cualquier cosa”, dice el personaje de Zoey Deutch. Esa pasión es la que desborda la película de Richard Linklater. Una oda al momento que se escapa entre los dedos. La espontaneidad y verdad que desprende cada una de las secuencias de “Todos queremos algo” es una invitación a sumergirnos en el sentimiento arrebatado que acompaña las locuras de juventud o el primer gran amor. Es la vida en esencia, al desnudo y sin condiciones. Por Jordi Revert.
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7/
“Los odiosos ocho”
Quentin Tarantino
La película de Quentin Tarantino es una indómita matrioska de géneros, referencias y autorreferencias que forjan una identidad única y bastarda: un western de cámara, un «whodunnit» de Agatha Christie, un diálogo entre modelos del cine de terror, un remake encubierto de “Reservoir Dogs” (Tarantino, 1992). Y bajo su complejísima piel, un poderoso subtexto político que libera los fantasmas de la Historia y asesta un golpe mortal a los cimientos míticos de una nación, en forma de carta de Abraham Lincoln. Por Jordi Revert.
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8/
“Paterson”
Jim Jarmusch
Con su nueva película, Jim Jarmusch nos recuerda que la vida no se construye a partir de grandes y sorprendentes momentos, sino de multitud de pequeños detalles y situaciones que podrían pasar desapercibidos a la espera de lo extraordinario. Al poner en el punto de mira en aquello que podría parecer mero relleno, el día a día sencillo y rutinario de Paterson (conductor de autobuses y poeta en sus ratos libres) se convierte en bello y precioso precisamente por ordinario. “Paterson” nos permite así enfrentarnos a nuestra propia cotidianidad con una mirada diferente. Por Elisa Hernández.
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9/
“Tres recuerdos de mi juventud”
Arnaud Desplechin
Antoine Doinel se enamora y baila canciones de George Clinton. Sufre el desengaño, juega a ser espía, recupera el amor, sigue bailando. “Tres recuerdos de mi juventud” es una película libérrima que resucita a François Truffaut con espíritu pop y cantidades ingentes de pasión. Su narrativa parece prácticamente improvisada y su relato embriaga convenciéndonos de que nosotros también somos, hemos sido Paul Dédalus (magnífico Quentin Dolmaire). Por Jordi Revert.
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10/
“The tribe”
Miroslav Slaboshpitsky
La atrevida propuesta estética de “The tribe” se basa en recurrir a la lengua de signos ucraniana para hacer avanzar la narración, con lo que la atención del espectador se centra en los sonidos, las imágenes, los roces y los golpes, ofreciendo así una experiencia cinematográfica única. Y sin embargo, el film no es un simple experimento audiovisual, sino una desesperanzadora historia sobre cómo la degradación y deterioro de la Ucrania actual obliga a sus jóvenes a recurrir a la violencia y el crimen para salir adelante. El resultado, una original y poderosa representación de una situación de crisis y decadencia. Por Elisa Hernández.
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11/
“El extraño”
Hong-jin Na
Con la magistral “Memories of murder” (Salinui chueok, Bong Joon-ho, 2003) aún como referente, Na Hong-jin pervierte el thriller coreano para forjar un texto mutante que transita la comedia patética, el terror psicológico de atmósferas densas y la variante zombi sin que deje de funcionar como un todo perfectamente orgánico y perturbador. Una nueva cumbre del cine coreano contemporáneo que demuestra la capacidad de sus talentos para regenerar modelos sin despeinarse. Por Jordi Revert.
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12/
“Julieta”
Pedro Almodóvar
Por primera vez en su carrera, Pedro Almodóvar prescinde totalmente de esas fugas cómicas y surrealistas que impregnaban incluso sus dramas más potentes. En “Julieta”, sin embargo, no hay concesión al humor y mucho menos a la frivolidad. Un Almodóvar cada vez más ensimismado (para bien) nos sacude con esta historia sobre la pérdida, el dolor y la culpa que, en ocasiones, parece pura abstracción. Una película tan contenida que parece que va a explotar en cualquier momento, pero donde las maravillosas actuaciones de Emma Suárez y Adriana Ugarte consiguen llevarla al terreno del melodrama más redondo del mejor Almodóvar. Por Héctor Gómez.
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13/
“Que Dios nos perdone”
Rodrigo Sorogoyen
La obsesiva y angustiosa persecución de un asesino en serie en el Madrid reciente sirve como excusa para mostrarnos un universo oscuro en el que sólo es posible la decadencia, la perversión y el horror. “Que Dios nos perdone” se construye con un ritmo de thriller casi perfecto, sabiendo qué información ofrecer en cada momento y de qué manera ponerla en pantalla para que el espectador se sienta atrapado y parte de la desesperación que comparte con los protagonistas del film. Haciendo una sombría y cínica representación de la sociedad española actual, Rodrigo Sorogoyen se confirma como uno de los cineastas más interesantes de nuestro cine. Por Elisa Hernández.
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14/
“Swiss army man”
Dan Kwan, Daniel Scheinert
Intenten buscar una película que, en argumento y puesta en escena, se parezca a “Swiss army man”. Cuando se hayan dado por vencidos, simplemente queda disfrutar de esta película marciana, bizarra e imprevisible, que bajo la apariencia hípster de videoclip de algún grupo indie esconde una lectura profunda sobre la necesidad de inventar un mundo paralelo que nos haga superar las miserias del nuestro. Y de paso, aplaudan a Paul Dano y Daniel Radcliffe, una de las parejas de hombre y muerto que mejor química han demostrado en la pantalla. Por Héctor Gómez.
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15/
“The witch”
Robert Eggers
Como ya ocurriera en 2015 con “It follows”, siempre hay alguna película de terror que consigue colarse de forma sorprendente en los listados de lo mejor del año. Y es que la cinta de Robert Eggers consigue hacer de su sencillez su mejor virtud, y opta por situar el terror no en una amenaza externa (la bruja del título es casi un macguffin) sino en dónde más miedo da: en nuestra familia y nuestro entorno. “The Witch” es una película que juega a las mil maravillas la carta de un ambiente (físico y psicológico) alienado por la religión y la superstición en el que el despertar sexual se utiliza como metáfora del horror para recordarnos que lo más terrible vive dentro de nosotros mismos. Por Héctor Gómez.
Puedes consultar las mejores bandas sonoras de 2016 en este enlace.
