LIBROS
“Son doblemente valiosas sus memorias porque llegan justamente hasta el año 80, reflejan esa época desde la perspectiva de quien estuvo en los sitios adecuados y están escritas con pluma bien templada”
Chrissie Hynde
A todo riesgo. Memorias airades de una Pretender”
MALPASO
Texto: CÉSAR PRIETO.
No son muy dados los chicos del punk y de la nueva ola a ponerse a pensar en sus memorias. Hay historia oral y hay libros muy jugosos, pero en ese movimiento explosivo y fugaz parece haberse borrado todo de la mente de los protagonistas. La generación anterior y posterior va desplegando textos, pero los chicos del 77 apenas nada. Por eso son doblemente valiosas las memorias de la cantante de Pretenders, Chrissie Hynde, que llegan justamente hasta el año 80, porque refleja esa época desde la perspectiva de quien estuvo en los sitios adecuados y porque está escrita con pluma bien templada.
Así es: la pintura de su casa, los árboles, las colinas de Akron, la ciudad de los neumáticos, donde nació está focalizada con mano maestra. También la descripción de su infancia, libre y feliz, hasta que vivió la explosión de los Beatles, el conflicto generacional, las revueltas de los 60 y el nuevo modelo de sociedad norteamericana, que valora en poco atenta a valores que se han perdido. Se alía con los abuelos.
Ya allí, en su ciudad natal, forma sus primeros grupos, que llegan a telonear a Cream, y ve a todos los que pasan por su ciudad, que son muchos. Curiosa anécdota: coincide con Ray Davies al azar, el líder de los Kinks se encuentra a una adolescente a la que ayuda a recoger algo que se le cae al suelo, encuentro fugaz. Años más tarde se casarían. El retrato de esos años en la joven América, pues, correcto.
Le cambia la vida la gira de David Bowie con el “Ziggy Stardust”, conoce a Iggy Pop, se junta con moteros –es estremecedor asistir a los párrafos en los que nos cuenta cómo la violaron– y prueba todo tipo de sustancias. De hecho, confiesa que el libro es un tratado sobre el abismo de las drogas. Con todo ello, decide instalarse en Inglaterra. Y lo primero que hace es describirnos el Londres cutre de los tiempos del glam.
Allí conoce a su primer amor, un crítico del New Musical Express y casi sin sentirlo empieza a escribir en la revista. De golpe, se ve una temporada acompañando a Malcolm McLaren en su tienda y así puede comentarnos la visión de lo que ocurría ahí dentro desde una mirada poco interesada. Ahí es donde empieza a darse cuenta de que todo apuntaba que tenía que explotar alguna cosa. También vive con jamaicanos y conoce su ambiente.
Las cosas se enredan, sus amigos punk le hablan de ella a un antiguo cazatalentos, al que presenta unas maquetas. Empiezan los conciertos de tanteo, uno de ellos curioso: junto a Steve Strange – pre-Visage – y con bolsas de basura en la cabeza. Es al ser novia de Lemmy de Mötorhead cuando van apareciendo los miembros de lo que enseguida será Pretenders. Los convence de la validez del proyecto y convence a Nick Lowe para que los produzca. Si algo no le falta a la señora Hynde es labia.
La historia de los Pretenders hasta su segundo disco cierra la obra. En definitiva, es una buena mirada sobre tres aspectos: sobre el ambiente musical en la América de los sesenta y el Londres de los setenta, una buena narración de la dinámica de un grupo y un estudio sobre ella misma, entre líneas, que nos revela una Chrissie Hynde fascinante. Lleva su carrera con una extraña mezcla de intuición y meditación razonada, parece estar en el momento justo donde toca y convive con una especie de fortuna personal. Quizás a todo ello junto se le llame talento.
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Anterior crítica de libros: “Lou Reed era español”, de Manuel Vilas.