José Antonio García: “Después de veinte años sin haber tocado juntos no sabíamos lo que podía ocurrir, teníamos el pellizco ese de ver qué ocurriría”
Los granadinos 091 afrontan la última recta del año de su regreso. En menos de tres meses, la banda volverá a disolverse, pero antes de hacerlo han dejado un buen testimonio de su regreso: el disco en directo “Maniobra de resurrección”. Una entrevista de Juanjo Ordás.
Texto: JUANJO ORDÁS.
Fotos: JAVIER MARTÍN RUIZ.
El retorno de 091 se acerca a su final. El año que viene ya no habrá banda y sus miembros regresarán a sus actividades solistas, lo cual también tiene su parte buena. Como testimonio de lo que ha sido tan esperado retorno se ha editado “Maniobra de resurrección” (Warner, 2016), un doble disco más deuvedé que registra el concierto que dieron en su Granada natal. Sin duda alguna, un nuevo disco mítico que añadir al Olimpo de la música popular española, lugar en el que también se encuentra el resto de su discografía. Digámoslo claro: no ha habido ni una banda en este país que haya superado el legado de 091. La poesía de José Ignacio Lapido no es de este mundo, sus canciones tampoco, igual que la voz de José Antonio García, siempre directa a las entrañas y prueba de que el alma existe cuando él la acaricia. Además de ellos, en la entrevista también participan los inevitables Víctor Lapido y Jacinto Ríos, guitarra y bajista que fueron fundamentales para que los últimos discos en estudio del grupo fueran monumentales.
El ambiente en la sala donde realizamos la entrevista es fraternal y vivo, todos están contentos de cómo ha salido su gira de retorno. Son cordiales y muy divertidos, muy cercanos, tanto que sorprende cuando uno piensa que está delante de los arquitectos del mejor rock and roll español. Es sorprendente lo cómodo que se está entre estos cuatro hombres (con la excepción ese día del batería Tacho González) y lo humildes que resultan cuando en realidad son una fuerza creativa sin igual. Tienen la energía de quien es artesano, les miras a los ojos y entiendes algo especial, las musas les rodean aunque no las veas. Y de algún modo, uno respira de alivio al pensar que todo eso está plasmado para siempre en su obra discográfica, que consiguieron volcar esa tormenta invisible de la que hablo en su colección de canciones. Hubo cosas que les fueron bien y otras que les fueron mal, pero tuvieron la fortuna de verter correctamente todas sus reacciones emocionales en sus discos.
Curiosamente, en su día se fueron con un trabajo en directo y ahora vuelven a marcharse igual, por lo que empezamos ya entrados en conversación comentando la tecnología para grabar discos en directo, comparando aquel lejano “Último concierto” con “Maniobra de resurrección”.
José Ignacio Lapido: Con el tiempo se han hecho unas mejoras increíbles en ese aspecto. En el resultado final se nota un empaque de sonido más potente que en aquel, que también tenía su encanto y en su momento nos pareció que ofrecía bastante fielmente lo que el grupo ofrecía en aquella época. Ahora no solo ha cambiado la tecnología, nosotros también, porque veinte años no pasan en balde para nadie. Y veinte años hablando en términos de música pop podríamos decir que son una eternidad. Este disco en directo no estaba previsto. Nuestra previsión con esta gira era hacer un año de conciertos de celebración por el vigésimo aniversario, lo que pasa que, no sé, debido al revuelo causado por el anuncio de nuestra vuelta han ido surgiendo cosas, como la reedición remasterizada de nuestro catálogo discográfico, que estaba por ahí perdido y la grabación y edición de este disco y deuvedé recogiendo el concierto de reencuentro con el público de nuestra ciudad veinte años después.
Me ha gustado mucho como ha quedado el deuvedé. Teníais un reto por delante, conscientes de que se grababa, con las cámaras enfrente y en un concierto tan emotivo para vosotros. Está bien resuelto, con un montaje dinámico e interesante. ¿Qué idea teníais a la hora de enfocar la grabación?
Víctor Lapido: Han sido Las del Cine, más bien.
José Ignacio: Como dice mi hermano, la producción ha corrido a cargo de Las del Cine, una productora de Granada que había hecho un documental sobre la música granadina (“En Granada es posible”) que había gustado mucho a la gente de Warner y se lo encargaron a ellas.
¿Hasta qué punto creéis que el documental “En Granada es posible” influyó en que decidierais regresar?
José Antonio García: No estaba previsto en absoluto ni ha influido en ningún aspecto.
Víctor: Quizá fue un acercamiento, pero nosotros nos hemos seguido viendo todos estos años. No hemos sido un grupo que haya dejado de tener relación.
José Antonio: No lo decidimos porque eso ocurriera.
Víctor: Quizá el rumor se alimentó cuando ellos dos (se refiere a José Antonio y José Ignacio) hicieron un par de temas en el concierto aquel (filmado en el documental), pero pasaron tres años desde aquello hasta que hubo una propuesta para hacer esta gira.
José Ignacio Lapido: “Quiero creer que el paso del tiempo ha sido benévolo con nuestras canciones”
Desde el comienzo de la gira de regreso las críticas fueron muy buenas, se vio que la magia seguía ahí. Cuando os juntáis por primera vez para ensayar, ¿tenías cierto miedo o confiabais?
José Antonio: Había un miedo de ver qué pasaba. Después de veinte años sin haber tocado juntos no sabíamos lo que podía ocurrir, teníamos el pellizco ese de ver qué ocurriría.
Víctor: Bueno, hicimos un trabajo previo también.
José Antonio: Sí, miramos las canciones.
Víctor: En realidad fue muy normal el primer ensayo.
José Antonio: Parecía como si no nos hubiéramos separado esos veinte años. Esa fue mi percepción, decir: “Coño, pero estamos sonando y llevamos veinte años sin tocar”.
José Ignacio: Con los primeros acordes se disiparon rápidamente las dudas, ese pequeño temor de ver qué pasaba después de tanto tiempo. Quiero creer que el paso del tiempo ha sido benévolo con nuestras canciones.
José Antonio: Y con nuestro físico (risas).
Pues la verdad es que no se os ve nada mal en el deuvedé.
José Antonio: Por eso lo digo, para matizarlo (risas).
José Ignacio, ¿te resultó extraño volver a situarte a la derecha del escenario como guitarrista cuando ya estás habituado a ser el frontman de tu carrera?
José Ignacio: (Sonríe) No, hubiera resultado más extraño hacer el movimiento contrario. Para mí es menos arriesgado estar a un lado del escenario que en el centro.
José Antonio: Vamos, que estaba aliviado (risas).
José Ignacio: Me costó mucho más trabajo cuando nos separamos y me puse al frente de una banda.
Imagino que preparar el set list de cara al regreso tuvo que ser muy duro. Entre lo que quedó oculto y os gustaría poner de relieve, los hits que hay que tocar porque sí…
Víctor: Y el tiempo, el tiempo… lo que dura. Que llega un momento en el que tienes dos horas y media y hay que quietar por algún lado.
Y eso el cuerpo lo nota.
José Antonio: No ya porque el cuerpo lo note, sino porque quieres hacer muchos temas, pero no tienes tiempo material. Hay mucha gente que se queja porque no hemos metido tal tema, me preguntan y respondo que es que es imposible. ¿Cómo lo metemos?
José Ignacio Lapido: “Quiero creer que el paso del tiempo ha sido benévolo con nuestras canciones”
Es imposible que repertorio contente a todo el mundo.
José Ignacio: Quisimos mantener nuestras canciones más representativas e introducir algunos cambios respecto al repertorio de la última gira que hicimos. En “Maniobra de resurrección” creo que se refleja bastante bien. Hay siete canciones que no estaban en el disco anterior. Obviamente, no podíamos sacar ‘La torre de la vela’, ‘Qué fue del siglo XX’, ‘Esta noche’ o ‘La vida que mala es’, porque es inevitable, pero queríamos dar ese plus de novedad tocando canciones como ‘Para impresionarte’, ‘Si hay tormenta’, ‘Esperar la lluvia’…
Víctor: También hemos ido metiendo y sacando temas, ahora hemos incorporado dos más y seguiremos así.
¿Quién es el encargado de preparar el setlist y pensar en la dinámica del concierto?
José Antonio: Normalmente, Jose.
Lo que aprecio en el concierto de “Maniobra de resurrección” es que posee un setlist muy pensado, se aprecia cuando va hacia arriba, hacia abajo, está hecho para mantener la atención del espectador constante.
José Ignacio: Eso es lo que se intenta siempre. No es una cuestión fácil hacer un repertorio. Primero hay que elegir las canciones del repertorio tan grande que teníamos y segundo hacerlo orgánico, que tenga un sentido de principio a fin, es un poco como una obra de teatro, que tiene sus altibajos, pero debe acabar en todo lo alto.
En algunas canciones destacan las armonías vocales, muy trabajadas.
José Ignacio: Buscar la tesitura para hacer segundas voces con el tono tan alto que tiene José Antonio me ha costado bastante. Y creo que a Jacinto también.
Jacinto: Sí, han cambiado las voces y quizá hemos tenido que trabajar otros tonos para lograr ese acompañamiento.
Pero quedan más bonitas ahora.
José Ignacio: Sí, hemos armonizado.
Jacinto: Víctor, que antes no hacía coros, ahora los está haciendo.
Víctor: Por eso quedan más bonitas (risas).
Si hay un momento en el que dices: “Guau, aquí está Víctor”, es en ‘Huellas’. Para mí esa canción te pertenece en gran parte.
Víctor: ¿Sí?
Joder, el riff sí…
Víctor: El riff es suyo, el riff es suyo (señala a José Ignacio Lapido).
Sí, es suyo pero el que lo hace eres tú con el wha wha, ¿correcto?
Víctor: Sí… Hay partes en las que quizá destaque un poco más mi guitarra. Y hago el solo final.
Bueno, si no quieres, no.
(Risas) Víctor: Sí, sí… ¿sabes qué pasa? Que es que no he escuchado el disco…
Pero tú sabes la tralla que das en ‘Huellas’.
Víctor: Sí, la he escuchado en Youtube.
Ya que estábamos hablando de los registros altos de José Antonio, ¿cómo fue volver a estas canciones que te los exigen? Yo te veo muy bien, pero no sé el trabajo previo que habrás hecho, si ha sido mucho o dijiste: “Anda, esto sigue saliendo”.
José Antonio: Al principio, cuando empezamos a ver las canciones pensé que por qué no bajábamos un poquito el tono para que cantase más desahogado y tal. Lo intentamos, pero las canciones no quedaban igual. Y al final se han quedado todas en el mismo tono. Simplemente intento concentrarme más.
Víctor: ¡Apretando el diafragma! (le toca en el abdomen a José Antonio).
En los conciertos se te ve comodísimo.
José Antonio: Sí, es que es mi tono. Lo que pasa es que también tienes miedo a fallar, por eso propuse bajarlo, pero se desechó rápidamente.
Ahora termina la “Maniobra de resurrección” y cada uno vuelve a sus historias personales. José Ignacio, creo que tienes tu nuevo disco escrito.
José Ignacio: Sí, así es. No está grabado, las canciones están casi listas, tenía previsto grabarlo con mi banda antes de que surgiera la idea de esta gira para que saliera a principios de este año, pero vi que era incompatible hacer las dos cosas a la vez y creo que tomé la sabia decisión de postergarlo un año. En cuanto acabe la “Maniobra de resurrección” me pondré manos a la obra.
José Antonio, lo último que te escuchamos fue ese epé compartido con El Hombre Garabato, ¿qué planes tienes?
José Antonio: He estado un poco como Jose. Ahora quería hacer un disco en solitario totalmente y cuando ocurrió la reunión lo paré todo. Estaba con el tema de las canciones. Ya tengo algunas. Este año volveré a retomar el proyecto, intentaré grabar y darle salida.
Víctor, tú continúas con Grupo de Expertos Solynieve.
Víctor: Sí, hemos seguido tocando este año. Teníamos muchas cosas firmadas antes de saber lo de 091 y las tuvimos que hacer. Seguimos grabando, con nuestro discurso y nuestra historia y va bien.
Jacinto, ¿qué podemos esperar de ti?
Jacinto: Pues no lo sé ni yo. Me he tirado veinte años sin tocar y en principio no tengo ningún plan, pero la verdad es que ahora que he vuelto a tocar me gustaría seguir haciendo algo. Necesito una banda que busque bajista (risas).
091 se ha caracterizado siempre por tener bajistas con mucha personalidad y mucho ataque en el instrumento. Aprecio que cuando Jacinto entra en la banda las líneas tienen un mayor protagonismo. No sé si recuerdas cómo fue tu llegada y que quisiste incorporar al grupo, porque eso sigue en “Maniobra de resurrección” todavía.
Jacinto: Yo fui el último bajista de 091, y he tenido que manejar uno de los problemas que ha tenido la banda, que ha sido el cambio de bajistas a lo largo de toda su historia y discografía, algo que se puede convertir también en una de sus grandes virtudes porque al haber varios hay distintos estilos en el repertorio. Cuando ves un concierto actual de 091 estoy interpretando bajos que ha sacado Antonio Arias, Ángel Doblas o Pacoco. Lo primero que yo hice con 091 fue grabar una maqueta de “El baile de la desesperación” porque se habían quedado sin bajista, como otras veces, y esos bajos posteriormente los grabó en el estudio Pacoco adaptándolos a su estilo, recogí esas canciones y readapté lo que Pacoco había hecho con los bajos que yo había hecho antes. Cuando toco, toco los bajos que sé que ha hecho Antonio Arias, pero le doy mi aire o puedo coger el bajo de ‘En la calle’ o alguna canción más antigua, y a lo mejor la línea principal la compuso Antonio Arias, pero luego la tocaron dos bajistas más que le metieron variaciones y luego llegué yo con mis gustos propios… Hay una construcción ahí, cada uno hemos aportado con nuestros gustos e influencias.