Tres muertos en una sola semana, son muchos muertos. Pero ese es el número de intérpretes de narcocorridos (canciones alrededor del tráfico de drogas) asesinados estos días.
Primero fue Zayda Peña, vocalista de 28 años de Zayda y Los Culpables, quien sufrió un intento de asesinato del que salió herida, pero estando en el un hospital de la ciudad de Matamoros, estado norteño de Tamaulipas, fue «rematada».
Un par de días después, Sergio Gómez, vocalista del grupo K-Paz de la Sierra, fue secuestrado y hallado muerto en un camino rural del poblado de Chiquimitío, en el estado suroccidental de Michoacán.
Por último, ayer mismo era asesinado José Luis Aquino, trompetista de Los Conde. Su cuerpo fue encontrado en el sureño estado mexicano de Oaxaca.
Desconocemos si esto es un aviso para navegantes por las letras de denuncia que incluyen los narcocorridos, pero pertencer a las llamadas «bandas gruperas», comienza a ser un oficio de alto riesgo.
