LA SEMANA SPRINGSTEEN
Las canciones de Springsteen pueblan el celuloide, ha compuesto temas para varias bandas sonoras y hasta se ha atrevido con algún papel en la pequeña pantalla. Fernando Fernández se adentra en la relación del Boss con el cine.
Texto: FERNANDO FERNÁNDEZ.
Es difícil ser una de las grandes figuras vivas del rock en el mundo y que tu influencia no se deje sentir en la gran pantalla. Cuando esa figura es Bruce Springsteen, dicha influencia va mucho más allá de que sus canciones tengan presencia en la banda sonora de cientos de películas. Hay cerca de 220 créditos oficiales de sus canciones en series de televisión y películas desde 1980. Himnos como ‘Born to run’, ‘Born in the U.S.A.’ y ‘The river’, aunque es ‘Hungry heart’ la que parece más presente en este campo. Entre los últimos ejemplos, esa estupenda y vital escena de “Mi novio es un zombie adolescente”, una película lastrada por el horroroso título en español que merece bastante más atención.
El Boss siempre ha tenido una relación bastante cercana con el universo cinematográfico, y Hollywood también se vuelca con él. Ejemplo de ello es el guiño de la última reina de la comedia, Melissa McCarthy, quien apoyó públicamente a Springsteen al cancelar sus conciertos en Carolina del Norte por impedir a los transexuales el acceso a los servicios públicos del sexo elegido.
Su influencia en la gran pantalla también se palpó en la primera película como director de Sean Penn, que eligió las canciones de Bruce como base. El actor tenía solo 21 años, y más de una vez ha recordado que, después de haberse bebido 15 o 17 cervezas, se le ocurrió llamar a Springsteen para despertarle y pedirle permiso para adaptar la historia de su canción ‘Highway patrolman’ (de su disco “Nebraska”) para su película “Extraño vínculo de sangre” (“The Indian Runner”, 1991). Aquel proyecto dio a conocer a un estupendo Viggo Mortensen, y nos dejó la interpretación final de una leyenda como Charles Bronson. Curiosamente, la cinta no incluye una sola canción de Springsteen en su banda sonora por el elevado coste que suponía para la producción.
Las canciones del músico de Nueva Jersey siempre son algo más que simple música de fondo en una película. Los ejemplos son numerosos: la presencia y energía de la denostada ‘Lucky town’ en los créditos de “Lucky you” (Curtis Hanson, 2007), el genial uso del ‘Rosalita (Come out tonight)’ y la ineptitud de los protagonistas al intentar cantarla en el remake de “Matrimonio compulsivo” (los Hermanos Farrelly, 2007), la perfecta utilización de ‘The fuse’ en el homenaje de Spike Lee a las consecuencias del 11 de septiembre en ‘La última noche’ (Spike Lee, 2002) o el peso de ‘Secret garden’ en la historia y tono de “Jerry Maguire” (Cameron Crowe, 1996).
Hablar de “Jerry Maguire” da pie a sumergirnos en las maravillosas canciones que ha compuesto específicamente para cine. Muchos piensan que ‘Secret garden’ está entre ellas, pero no es así. Fue compuesta para el disco “Human touch”, aunque finalmente no la utilizó, y la grabó en el grandes éxitos que publicó en 1995. Algo similar pasa con ‘Missing’, que destaca en otra película de Sean Penn, “Cruzando la oscuridad” (1995). Es el pago de la deuda y homenaje de Penn en su segundo trabajo como director, pero también un tema extraído del recopilatorio. Springsteen solo ha compuesto tres canciones originales para bandas sonoras. La primera de ellas es la preciosa y oscarizada ‘Streets of Philadelphia’ utilizada de manera magistral en los créditos de la película de Jonathan Demme (“Philadelphia”, 1993) sobre escenas de la gran ciudad y sus gentes. Demme recurrió a grandes figuras del rock para formar parte de la banda sonora y llamar la atención del público sobre el tema del SIDA, eje central de la cinta.
El éxito de esta primera colaboración pudo provocar que el actor Tim Robbins le ofreciese colaborar en uno de sus primeros proyectos como director, “Pena de muerte”. El resultado fue una de las visiones más poéticas y duras de lo que conllevan las sentencias a muerte en los Estados Unidos. Con Springsteen colocándose en la propia mente del condenado, construye una narración desoladora de lo que pasa por la mente de una persona en esos momentos. Y al mismo tiempo, un golpe directo desde los mismos títulos de crédito de la película. La canción, ‘Dead man walkin’.
Su última canción escrita para el cine lleva el mismo título que la película, “El luchador” (Darren Aronofsky, 2008). Tiene un tono melancólico y duro perfecto para el personaje encarnado por un resucitado Mickey Rourke. Aunque se alzó con el Globo de Oro, ni siquiera fue nominada entre las mejores canciones a los Oscar.
Ese pequeño hueco ha quedado casi saldado con mayúsculas gracias a la serie “Lilyhammer”, producida por su guitarrista, Steve Van Zandt. Una serie que no habíamos tenido ocasión de disfrutar en España desde su estreno en el 2012. Narra la historia de un jefe mafioso que decide esconderse utilizando el programa de protección de testigos en la ciudad olímpica de Noruega, Lillehammer, para retomar sus antiguas costumbres. La serie pertenece a la cadena de pago Netflix, y cuenta con un Van Zandt que no solamente produce, si no que protagoniza al jefe mafioso e incluso dirige varios episodios. Él fue quien convenció a Springsteen para interpretar un pequeño papel (para nada un cameo) como Giuseppe Tagliano, alias Joey, “El enterrador”. Encarna a un especialista en deshacerse de pruebas, hermano mayor del jefe mafioso, que forma parte del final de la tercera temporada de la serie.
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Anterior entrega de Bruce Springsteen: Springsteen, prisionero del rock and roll.