“La reedición del álbum en vinilo es la síntesis de esa historia breve pero intensa e inolvidable que fueron Almodóvar & McNamara”
La reedición de “¡Cómo esta el servicio…de señoras!”, el único disco de Pedro Almodóvar y Fabio McNamara, lleva a Rafa Cervera a analizar su intensa y breve trayectoria conjunta.
Almodóvar & McNamara
“¡Cómo está el servicio… de señoras!”
LEMURIA
Texto: RAFA CERVERA.
Hubo un momento en Madrid en el que la coincidencia de una serie de factores y, sobre todo, de personas, dieron forma a una especie de tormenta perfecta. Cuánto duró y cómo se llamaba todo aquello son asuntos que, francamente, ya dan igual. Diría que empezó a suceder justo cuando el resto de España tuvo noticia de lo que sucedía en algunos puntos públicos y privados de la capital, y a continuación se dejó contagiar por aquella locura. Probablemente empezó el día que ‘Bailando’ comenzó a oírse en las radios comerciales, con el asentamiento del “Diario pop” y las maquetas que sonaban desde “Esto no es Hawai”, y la irrupción de los sellos independientes que nos aproximaron al magnetismo oscuro de Parálisis Permanente, Gabinete Caligari y Derribos Arias. Y seguramente se perpetuó cuando pudimos contemplarlo en nuestras televisiones, en los vídeos de “Pista libre”, en las actuaciones en “Caja de ritmos”, y en el deslumbrante espectáculo que era “La edad de oro”.
Todo aquello era nuevo y sorprendente entonces; lo era sobre todo porque se estaba haciendo aquí. Y las cosas no eran tan fáciles ni tan evidentes como nos puede parecer desde un presente en el que tecleando unas cuantas palabras podemos investigar cualquier rastro del pasado. A nivel general había, por ejemplo, una cierta constancia de lo que había sido la Factory de Warhol, así como del mismísimo Warhol y de su obra (que, como tantísimas otras cosas, no eran temas que entonces estuvieran en boca de medio país, o al menos no hasta que el artista visitó Madrid a principios de 1983); lo mismo con Divine y John Waters: si no recuerdo mal, “Polyester”, estrenada en 1981, fue la primera suya en llegar a España. El glam era un concepto exótico que solo manejaban los seguidores de Bowie, Roxy Music y T. Rex. Todo ese imaginario cultural que hoy nos parece tan cotidiano estaba en construcción, especialmente para nosotros, un país reprimido política, social, cultural y sexualmente, por cuatro décadas de dictadura de las que llevábamos saliendo pausadamente durante los siete años anteriores
El dúo musical que formaban entonces Pedro Almodóvar y Fabio McNamara pertenece a ese contexto y hasta diría que fue la sublimación de ese momento histórico, no el de la llamada Movida, sino el de una liberación necesaria que abogaba por la frivolidad y la diversión, por la ruptura de tabúes en un país asfixiado por su pasado. Como algunas otras manifestaciones culturales ligadas a la Movida, Almodóvar & McNamara no tienen parangón porque son algo exclusivamente de aquí de la misma manera que Candy Darling solo podía existir en Nueva York o Leigh Bowery en Londres. El dúo, fiel a una naturaleza efímera que era la que tenía que ser, dejó en herencia un único álbum. Almodóvar solo quería divertirse mientras rodaba las películas que cambiaron nuestra manera de ver cine. McNamara era un talento salvaje, incontrolable, pero desbordante por su enormidad y su pureza. De haber sido más manejable quizá se hubiese convertido en una “rock star” despampanante, pero quién quería entonces a un Fabio McNamara manejable…
Ese único álbum, “¡Cómo está el servicio… de señoras!” (1983) se publicó más de un año después de que se formara aquella tormenta perfecta a principios de 1982, momento al cual pertenece “Laberinto de pasiones”, la película que dio pie a la creación del dúo. ‘Gran ganga’ y ‘Suck it to me’, que aparecieron como single y maxi single coincidiendo con el estreno de la película, fueron un gran descubrimiento para quienes no estábamos en Madrid. Almodóvar & McNamara eran irreverentes, cáusticos, hacían abiertamente visible, como ningún otro artista pop local hasta entonces, una sexualidad prohibida y marginada, exhibiéndola con naturalidad, convirtiéndola en algo festivo y aceptable, siempre y cuando la mentalidad del oyente fuese abierta, claro. ‘Gran ganga’ era una especie de pasodoble tecno que hacía alusión al argumento de “Laberinto de pasiones”. ‘Suck it to me’ era un rap delirante en el que la pareja se permitía todo tipo de improvisaciones, más abundantes en la versión maxi, en la que se interpretan fragmentos de ‘Sacerdotisas de Baal’, canción de Dinarama inédita por aquel entonces, y donde Fabio desbarra a gusto adaptando a su manera los diálogos de un popular anuncio de Pilé 43.
La reedición del álbum en vinilo publicada por Lemuria es mucho más que un, por otro lado, necesario rescate. Es la síntesis de esa historia breve pero intensa e inolvidable que fueron Almodóvar & McNamara, cristalizada en una obra que, 33 años después, se sigue disfrutando por encima de cualquier imperfección, porque lo que querían decir sigue vigente, quien sabe si incluso más ahora que los tiempos han cambiado tanto que la incorrección política se nos antoja a veces un crimen. Los responsables de la reedición, aportan material indispensable para entender un acontecimiento tan visual como lo fue el dúo –las fotografías del generoso libreto y los vídeos de dos actuaciones en directo recopilados en un DVD– reconstruyen un episodio que tuvo enjundia artística. Almodóvar & McNamara no eran solo canciones, eran sus actuaciones, sus fotos, sus entrevistas. Eran un concepto en sí mismo que unas veces funcionaba mejor que otras, pero que cuando lo hacía bien, tenía el efecto deseado.
Podía ser un pasatiempo lleno de bromas y chistes privados, pero el álbum contiene momentos brillantes de todo tipo. ‘Voy a ser mamá’ era pop “a lo Paloma San Basilio”, según decía el propio Pedro, un concepto convenientemente pervertido, al igual que lo está el género de la ranchera por culpa de ‘Moquito a moco’. ‘Máquinas de Nueva York’ y ‘SatanaS.A’. ofrecían tecnopop pasado de rosca, dotadas de letras que elevan las canciones. ‘Susan get down’ es un tema funky de estribillo hilarante; y ‘Me voy a Usera’, un ejercicio de estilo heavy que transcribía al pop la visión almodovariana del lumpen. Pero la gran joya oculta del disco es ‘Rock de la farmacia’, una pieza de rock interpretada en solitario por Fabio en la que exhibe su potencial como performer. No se puede ser más demoledor en menos tiempo, no se puede interiorizar mejor al Bowie de “Aladdin Sane”, a New York Dolls y a Sex Pistols. Cuando se habla de punk en España nunca se menciona esta canción y eso es una enorme injusticia.
El doble vinilo de “¡Cómo está el servicio…!” incluye también maquetas, una remezcla y algunos temas en directo. Que uno de ellas sea el ‘Groenlandia’ de Zombies interpretada por Bernardo Bonezzi en compañía del dúo y Berlanga durante su comparecencia en “La edad de oro” no es un capricho. Bonezzi fue el pilar musical de Almodóvar & McNamara, el compositor y productor que dio forma a las ocurrencias de Pedro y Fabio. Y también era parte del comando hedonista compuesto por Sigfrido Martín Begué, Berlanga, Pedro y Fabio, de cuyas reuniones nocturnas brotaron muchas ideas que acabarían convertidas en canciones. “¡Cómo está el servicio…!” es el retrato de un momento breve pero fundamental en unos años clave, pero también es un disco disfrutable y plausible más allá de la nostalgia y de los análisis históricos.