Según el testamento que David Bowie redactó en 2004, sus cenizas serán esparcidas en la isla de Bali siguiendo el rito budista. Y en caso de no ser posible, dice el testamento, podrán ser esparcidas en otro lugar, siempre que sea en una ceremonia budista.
En el testamento también se establece que unos 100 millones de dólares (aproximadamente 92 millones de euros) serán repartidos entre su familia. Su mujer, Iman, recibirá la mitad de esa cifra, mientras que el otro cincuenta por ciento, repartido en partes iguales, es legada a sus dos hijos, Duncan y Alexandria Jones. Esta última también recibe una casa en Nueva York. La asistente personal de Bowie, Corrine Schwab, recibe dos millones de dólares y la antigua niñera de sus hijos, Marion Skene, obtiene un millón de dólares.