“Adam Stephens y Tyson Vogel se plantaron ante la audiencia barcelonesa con ganas de gustar y de hacer olvidar las continuas e injustas (porque no vienen a cuento) comparaciones con The Black Keys”
La gira española de los californianos Adam Stephens y Tyson Vogel pasó por Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao. En su directo en la Ciudad Condal estuvo Eduardo Izquierdo.
Two Gallants
Sala Bikini, Barcelona
15 de diciembre de 2015
Texto y foto: EDUARDO IZQUIERDO.
Aproximadamente tres cuartos de sala esperaban la visita del dúo de San Francisco, quizá la banda que más y mejor ha sabido entender lo que significa la evolución del indie estadounidense. Demostrando que la palabreja de marras no tiene porqué significar necesariamente llevar a cuesta una serie de parámetros que todos damos por habituales, Adam Stephens y Tyson Vogel se plantaron ante la audiencia barcelonesa con ganas de gustar y de hacer olvidar las continuas e injustas (porque no vienen a cuento) comparaciones con The Black Keys. De hecho, defiendo y defenderé que la carrera de estos dos tipos es más compacta y regular que la de Auerbach y Patrick Carney, aunque eso son otras guerras en las que ahora no vamos a entrar.
Parapetados en la excusa de la presentación de su último disco, “We are undone”, con más de medio año de existencia, por cierto, los dos galanes se escondieron tras una iluminación semioscura que no permitía ver sus caras en un intento de que la concentración máxima fuera hacia su música. Y lo consiguieron. Quizá porque Stephens sigue siendo un espléndido vocalista que además se sale de los parámetros habituales, o porque Vogel es el complemento perfecto por sus excepcionales coros y su particular manera de entender el papel de un batería. O quizá porque sus discos se nutren de canciones enormes. Pero el caso es que el grupo consiguió que los asistentes volvieran a salir con la sensación de que habían visto un show de esos que no se olvidan, aspecto difícil ante la avalancha de oferta que se nos viene encima en estas fechas. ¿Que quieren un momento a destacar? La interpretación de la bellísima ‘Broken eyes’ de “The bloom and the blight” (2012) puede servir. Supremos.