“Vestidos de blanco, con un toque hippie en un escenario muy campestres, Crystal Fighters repartían incienso en forma de humo al tiempo que cerraban el festival con sus animadas y bailables, ‘Solar system’ ‘I love London’, ‘Yo and I’, ‘Love natural’ o ‘At home’”
Crystal Fighters, Suede, Foals, Natalia Lafourcade y bandas patrias como Supersubmarina, Izal y L.A. se encargaron de suplir el hueco que dejó el compositor londinense en la quinta edición del festival madrileño. Allí estuvo Eva Rodríguez.
Dcode Festival
12 de septiembre de 2015
Campus de la Universidad Complutense de Madrid
Texto y fotos: EVA RODRÍGUEZ.
Este era el quinto año del Dcode en Madrid y empezaba con un reto: remontar la ausencia del cabeza de cartel Sam Smith. El ganador de cuatro premios Grammy anunciaba la cancelación del que sería el primer y único concierto en España debido a problemas de salud, según el comunicado que publicaba el mismo sábado en redes sociales el propio Dcode. “Os prometo que volveré tan pronto como sea humanamente posible para compensaros y cantar con todo mi corazón. Me siento fatal por no poder estar con vosotros esta noche”, acababa el texto enviado por el cantante y compositor británico.
Este percance no impidió que decayeran las ganas de fiesta festivalera en la capital. Miles de personas llenaron el recinto del campus de la Universidad Complutense de Madrid, que colgaba el cartel de todo vendido (del total de 26.000 entradas puestas a la venta). Para muchos esta era la última cita musical al aire libre del verano y se notaba en el ambiente.
El tiempo acompañó para que desde horas muy tempranas –el festival abría sus puertas a las once de la mañana– se dejaran ver los primeros asistentes y bastantes familias con niños, aprovechando que los menores contaban con espacio propio en los talleres de Dcode Kids y podían entrar gratis hasta los diez años antes de las seis de la tarde.
Natalia Lafourcade y el cuarteto Hinds (que llegaron dos horas tarde por problemas con su vuelo) comenzaron a calentar los motores del público, que se atrevió a gastar las energías desde la tarde y echar el resto hasta la madrugada, tras cerca de dieciocho horas de conciertos. Ya caída la noche, el encargado de ocupar el horario central de Smith fue L.A. con un directo siempre contundente, seguido del guitarreo cañero de The Vaccines.
Otros de los cabeza de cartel patrios como Supersubmarina e Izal dejaron algunas de las imágenes para el recuerdo de la noche, con miles de personas congregadas para verlos en directo. Su poder de convocatoria no tiene discusión.
Con ‘Algo que sirva como luz’ comenzaban los de Jaén su hora de concierto, en la que dejaron claro por qué sus seguidores acaban con afonía tras sus actuaciones. Se las saben todas y no tienen problema en desgañitarse para demostrarlo.
Por su parte, los de Mikel Izal mezclaron el repertorio con títulos de sus primeros discos y temas del que será el tercero, “Copacabana”. Precisamente con la canción que da nombre al álbum comenzaron un recital en el que también tuvieron tiempo de recordar su paso por Dcode en 2013. Otros de los temas de lo nuevo fueron ‘Hacia el norte’ (que ya tocaran en su concierto épico del Barclaycard Center) y ‘Lo seres que me llenan’, inédito sobre las tablas.
Brett Anderson, de los veteranos Suede, llegó para llevarse al público a su terreno y enganchó a todo el auditorio con su energía, alargando el horario del concierto hasta pasada la una de la madrugada con los temas ‘The beautiful ones’ y ‘She’s in fashion’, coreados hasta la extenuación. El cantante de 47 años demostró que tiene planta, experiencia y actitud para levantar del césped con su música hasta a los que llevaban desde primera hora saltando por todo el recinto.
Y llegó el momento de uno de los grupos más ansiados de la noche, Foals. El quinteto inglés, que presentaba en Madrid su nuevo disco, abrió el concierto con el tema ‘Snake oil’. No faltaron las populares ‘My number’ o ‘Spanish Sahara’, que mantuvo al público bajo su ritmo hipnótico. La vasta audiencia, y el propio cantante, se vinieron arriba en ‘What went done’, donde las miles de personas que seguían atestando el recinto saltaron y cantaron contagiadas por lo que se esperaba iba a ser la fiebre Foals, y se quedó un poco con regusto a “esperaba algo más”.
Vestidos de blanco, con un toque hippie en un escenario muy campestres, Crystal Fighters repartían incienso en forma de humo al tiempo que cerraban el festival con sus animadas y bailables, ‘Solar system’ ‘I love London’, ‘Yo and I’, ‘Love natural’ o ‘At home’.
El público tenía pocas ganas de irse a casa después del subidón bailongo de la banda londinense, pero pasadas las cuatro de la mañana empezaron a desfilar para buscar suerte entre autobuses, taxis e incluso hubo quien se aventuró hasta el distrito de Moncloa para hacer uso de Bicimadrid. La imagen insólita de una Avenida Complutense llena de gente un sábado de madrugada se despidió así, hasta el año que viene.