“Las aguas de Battiato han pasado por la electrónica, rock, progresivo, ópera, melódico, pop, experimental, folclore, clásica… Su alma no conoce límites o no quiere conocerlos, y lo que parece una locura: el tiempo le da la razón”
El músico siciliano recaló en el Circo Price de Madrid para presentar su último disco y repasar sus grandes clásicos en español e italiano ante más de dos mil personas. Entre el público estuvo Chema Domínguez.
Franco Battiato
6 de septiembre de 2015
Teatro Circo Price, Madrid.
Texto: CHEMA DOMÍNGUEZ.
Fotos: RODRIGO HARO.
Nunca disfrutas dos veces del mismo concierto de Franco Battiato. Este genio ataviado como el más sencillo de los profesores esconde a sus setenta años una capacidad de movimiento asombrosa, hasta en el plano físico pareció no afectarle su reciente rotura de fémur, esa que le obligó a suspender su concierto en Madrid el pasado mayo. Sobre el escenario del madrileño Teatro Circo Price, Battiato liberó suficiente energía para alargar casi dos horas el entusiasmo de un publicó entregadísimo, que acabó celebrando por todo lo alto dos bises con los clásicos atemporales del siciliano ‘La estación de los amores’, ‘Voglio vederti danzari’ o ‘Centro di gravitá permanente’.
La alternancia entre el italiano y el castellano fue otro de los aciertos de Battiato, agradecidísimo por la atención, los coros y los aplausos que el auditorio le brindó constantemente, un auditorio que rebosó el Price. Un lleno asombroso en estos tiempos tan peligrosos para la cultura; afortunadamente el público de Battiato sabe que tan importante es la música como poder respirar. Y los textos, sublimes. Bien es cierto que la adaptación al español por parte de Manu Ferrón y J para ‘Un irresistible reclamo’ («Ábrete Sésamo», 2013) tiene más de sublimación inversa respecto al buen hacer de Aurora Tagle, Carlos Toro o El Último de la Fila con ‘Y te vengo a buscar’, ‘Cuccurucucú’ o ‘Pobre patria’, respectivamente.
Las aguas de Battiato han pasado por la electrónica, rock, progresivo, ópera, melódico, pop, experimental, folclore, clásica… Su alma no conoce límites o no quiere conocerlos, y lo que parece una locura: el tiempo le da la razón. Sus últimos trabajos sintetizan muy bien toda su andadura: «Apriti Sesamo» (2012), «Del suo veloce volo» (2013), junto a Antony, cabeza de Antony and The Johnsons, y Alice y el reciente «Joe patti’s experimental group» (2014) junto a Pino Pinaxa. Sobre el escenario, eligió el cuarteto de cuerda clásico, piano y teclado, junto al inestimable buen hacer de Pinaxa, precisamente, en la mezcla del directo y los ritmos computerizados.
Battiato y el público que le adora saben hablar y escuchar, algo poco frecuente ahora donde prima el mundo de cada uno sobre los demás, y la incapacidad de ponerse en el lugar del otro. Por eso, ‘Nomadi’ hizo volar a todos, incluido a Battiato, cuya alfombra parecía elevarse también. Y hubo tiempo para todo, el latido más sentimental y protector afloró con ‘La cura’ y ‘Te lo leggo negli occhi’, mientras que el tiempo y la existencia estaban en ‘Niente E’come sembra’ y ‘Passacaglia’. Por cierto, que no he citado aún otro de los regalos de Franco Battiato: Mannarino, Alessandro Mannarino. Telonero la pasada velada y un cantautor excepcional, elástico, interesante, divertido… Si les apetece descubrirle, ya saben. Aquí sí podemos fiarnos de la recomendación.
Como en las mejores reuniones de amigos, esas que el tiempo idealiza y la realidad mejora, ‘Centro di gravitá permanente’ fue el punto feliz y final hasta la próxima. Todos de pie, jaleando y reconociendo la magia del encuentro, vibrando en la misma frecuencia, Battiato no pudo menos que alucinar al comprobar que el arreglo que había preparado para cerrar la pieza, justo en ese momento en el que termina el texto con «over and over again», fue continuado por el público, que improvisó con su propio arreglo: los coros que seguían en la grabación original. «¡Eccezionale!», acertó a decir un Battiato tocado por la entrega de su público.
