“Pese a no jugar en casa, Vetusta supo echar mano de sus temas más épicos y ofrecer un concierto dinámico con presencia de canciones de sus tres discos hasta la fecha”
La segunda edición del festival reunió en la playa de Cullera (Valencia) desde el jueves hasta el domingo algunos de los nombres más representativos de la música techno, EDM (Electronic Dance Music) o “remember” a nivel nacional e internacional. La música independiente made in Spain también tuvo su representación de mano de grupos como Vetusta Morla, Lori Meyers o Arizona Baby.
Medusa Sunbeach Festival
14 y 15 de agosto de 2015
Cullera, Valencia
Texto: MARÍA MARTÍN CONSUEGRA.
Las interminables colas de jóvenes –muchos de ellos menores de edad con autorizaciones firmadas por sus padres– esperando a canjear su entrada por una pulsera a las puertas del recinto dibujaba ya, a las 17:00 horas del viernes, la estampa de lo que sería la tónica dominante de la II edición del Medusa Sunbeach Festival. El evento celebrado en la playa de Cullera (Valencia) congregó algunos de los nombres más representativos de la música techno y lo que se ha denominado EDM (Electronic Dance Music). También contentó a los más nostálgicos que tuvieron oportunidad de recordar en el escenario “Remember” las sesiones de djs como La Luna, Dj Marta, Poogie Bear, Miguel Serna o Javi Boss. En medio de todo este parque temático dedicado a la cultura rave –no faltaron los coches de choque, ni los espacios reservados para hacerse piercings– la música independiente made in Spain también tuvo su lugar. Bandas como Vetusta Morla, Arizona Baby, Lori Meyers o Zahara pasaron por un escenario proporcionalmente más pequeño que el dedicado al resto de estilos. Lo cierto es que el público del Medusa tampoco demandó uno mucho más grande.
“A esta gente tendrían que cerrarle las fronteras de su país y no dejarles pinchar aquí. Eso no es electrónica”, explicaba Luis, de 36 años, mientras observaba atento la sesión de Steve Aoki, que coincidió con la de Carl Cox en la “Hawkers techno area” de al lado. No era muy complicado encontrar ese tipo de opiniones entre algún sector del público, sin embargo, los hechos aplastaban cualquier tipo de argumento en contra del trabajo del dj californiano en el escenario Ron Barceló. Muchos, muchísimos miles de jóvenes vibraron con los ritmos repetitivos y las letras pegadizas de este dj famoso, entre otras cosas, por lanzar tartas a las caras de sus fans. Y es que las cifras de asistentes a esta segunda edición del festival han sobrepasado cualquier previsión superando las 67.000 personas en tres días. Muchas de ellas se dejaron caer en esta apertura por todo lo alto.
Muy alejada de la actitud transgresora y punk de sonidos como Kraftwerk, Depeche Mode, Liaisons Dangereuses o incluso Mike Oldfield, la segunda edición del Medusa ha estado marcada, eso sí, por increíbles juegos de luces, pantallas, confetis y, en algunas ocasiones también pirotecnia. Algunas de las propuestas más aplaudidas de entre los más de noventa artistas que han pasado por el festival fueron Dimitri Vegas & Like Mike, Diplo, Danny Ávila o el productor holandés de electro house Sander van Doorn.
SanSan Indie Area
Fue en este escenario, en el SanSan Indie Area, donde algunos de los grupos ¿volvieron? a sus orígenes, en el sentido más estricto del concepto de música alternativa, esa que no llega a una gran masa. Si por algo se caracterizaron los conciertos ofrecidos en ese espacio es por el poco público que congregaron en comparación con los macroconciertos a los que nos tienen acostumbrados bandas como Vetusta Morla o Lori Meyers. Algo que, obviamente, no determina la calidad de una propuesta musical, pero sí es curioso reseñar. En ese sentido, saludos como “Gracias por elegir este escenario” o “Viva el rock”, entonados por Vetusta Morla y Lori Meyers, respectivamente, cobraron más sentido que nunca en la noche del viernes y del sábado.
Los de Tres Cantos tuvieron que combatir problemas de sonido que les impidieron hacer uso del teclado en algún momento, algo que Guille Galván solventó a base de guitarrazos. Pese a no jugar en casa, Vetusta supo echar mano de sus temas más épicos y ofrecer un concierto dinámico con presencia de canciones de sus tres discos hasta la fecha. Un repertorio que, como aseguraba horas antes David García (El Indio), batería de la banda, se ha visto salpicado del espíritu de “La Deriva”, el último disco de los madrileños: “Hemos querido dar a las canciones de ‘Un día en el mundo’ un toque diferente para acercarlas a una manera de interpretarlas más cercana a la ‘La deriva’. El sonido del grupo ha evolucionado y es normal que esas canciones también lo hagan”, comentaba, y añadía que “de cara a los festivales en los que hay un ambiente más festivo y solemos tocar más tarde, optamos por interpretar canciones más épicas. Hay momentos sosegados también, pero prevalecen los otros”.
La propuesta, como viene siendo habitual en los conciertos de esta gira, se acompañó de un gran despliegue de luces y pantallas a los que El Indio se refería así: “Es algo importante y a nuestras alturas casi imprescindible porque hemos llegado a un punto en el que podemos tocar en escenarios medianos o grandes o muy grandes, y este tipo de recursos son muy importantes para que alguien que esté en primera fila disfrute del espectáculo igual que alguien que está mucho más lejos. Pero claro, tienes que poder o querer permitírtelo, y en grupos más pequeños pues es comprensible que eso no se pueda contemplar porque no es viable”, explicaba el batería.
Otros que tiraron de luces y proyecciones un día después fueron los componentes de Lori Meyers. Los granadinos, junto a Delorean y Arizona Baby, fueron el plato fuerte de los conciertos del sábado. El concierto de Lori Meyers dejó momentos para el recuerdo como el inicio con armónica de ‘Mi realidad’ o el despliegue de sintes y punteos con el que se despachó la banda. Compaginaron temas de discos emblemáticos como ‘Hostal pimodán’ , ‘Viaje de estudios’ o ‘Cronolánea’ con otras canciones más nuevas como ‘Mi realidad’ o ‘¿Aha han vuelto?’, de “Cuando el destino nos alcance”. Anunciaron, además, que “seguramente” haya nuevo disco para el año que viene.
Antes de los granadinos, el carisma de Arizona Baby se dejó ver sobre el escenario Sansan. El trío de Valladolid animó el ambiente con temas de su último disco “Secret Fires” como ‘Real lies’ o ‘It helps if you sing’. Especialmente coreada fue la parte de “allí estaré” de ‘Shiralee’. Memorable también Javi Vielba desafiando al público a “hacer más ruido que los de la carpa hardcore”. De carisma va sobrada también Zahara, que el viernes presentó las canciones de su último disco “Santa”. La de Úbeda, acompañada por un dream team formado por nombres como Martí Pernau (Mucho), Víctor Cabezuelo (Rufus T. Firefly) o Ramiro Nieto (The Right Ons), consiguió hacer bailar al público que a esas horas ya había visto pasar por el escenario a Napoleón Solo. Aunque temas de su último disco como ‘Caída libre’, ‘La gracia’, ‘Cras’ o ‘El deshielo’ (fusionada con “Leñador y mujer América”) fueron los protagonistas de la noche, también hubo tiempo para canciones de “La pareja tóxica”. ‘Camino a L.A’ sonó especialmente oscura. Muy bailable resultó ‘Me lo merezco’, perteneciente a su ya lejano primer disco, que fue interpretada como si de una canción de “Santa” se tratara. Zahara volvió a aparecer en el escenario horas después, en este caso invitada por Niños Mutantes, junto a los que interpretó ‘No puedo más’.
La zona indie también contó con sus propios Djs. Los Planetas Dj set, Musicazul, Amable Dj, OchoyMedio Djs o Sideburns Dj se encargaron de los platos del escenario SanSan en una segunda edición del Medusa Sunbeach que ha mezclado estilos y públicos dispares en un mismo recinto. ¿Genialidad o atrevimiento? Quedémonos con esa apuesta por la música en vivo, que siempre es una buena noticia.