“Hay momentos sublimes, esos directos demoledores, y otros espeluznantes en la espiral neurótica de esa Nina (Simone) que abandona su país rumbo a Liberia, víctima de palizas, machada por el estrellato, y a la que rescatan de la miseria un puñado de amigos”
Esta semana Julio Valdeón Blanco trae un «gusano» cien por cien cinematográfico, que abarca desde el documental de la cruda vida de Nina Simone hasta el biopic de Hank Williams, pasando por el proyecto sobre la figura de Doug Sahm, que necesita presupuesto para salir a flote.
Una sección de JULIO VALDEÓN BLANCO.
–30 de junio
Qué mejor que entretener la espera del bebé (mi chica sale de cuentas en una semana) que con la historia (real) de una cantante y pianista maniacodepresiva, emperatriz de la lucha por los derechos civiles, amiga de James Baldwin, feroz y neurótica, maltratada y maltratadora, o sea, Nina Simone. «What happend, miss Simone», el documental de Liz Garbus, producido por Netflix, es la historia terrible de la niña pobre que aspiraba a ser la primera concertista clásica de raza negra de EEUU y tuvo que conformarse con descargar peces de fuego a base de soul, jazz, pop y lo que se le pusiera por delante. Hay momentos sublimes, esos directos demoledores, y otros espeluznantes en la espiral neurótica de esa Nina que abandona su país rumbo a Liberia, víctima de palizas, machada por el estrellato, y a la que rescatan de la miseria un puñado de amigos. Incluso en sus últimos días, medio zumbada y grogui, fue grande. Tremendo documental.
–2 de julio
27 de noviembre, ese día llega al cine «I saw the light», el biopic de Hank Williams. Williams, para mí, va ligado a un viaje, el que hace siglos hicimos de Tucson a Sonoita, de Monument Valley a Arches National Park, con ‘I’m so lonesome I could cry’ y ‘Lovesick blues’ descamisados en la radio del coche. Tom Hiddelston (Francis Scott Fitzgerald en la estimable «Midnight in Paris» de Woody Allen) interpreta al mito. No espero demasiado de la película. Nunca lo hago cuando se trata de contar la obra y milagros de un cantante, pero cabe el consuelo de que no hay redención posible en esta historia, la más triste posible, como tampoco puedes cambalachear con los lamentos del genio que palmó infartado, ciego de whisky y pastillas, en el asiento trasero de un Cadillac. Inventó la muerte en el rock and roll incluso antes de que el género naciera.
–4 de julio
Gusano cien por cien cinematográfico: el documental «Sir Doug & the Genuine Texas Cosmic Groove», estrenado en el festival de SXSW, necesita 75.000 dólares para postproducción y licencias. Doug Sahm, con el quinteto, en solitario o acompañado por amigos como Bob Dylan y Flaco Jiménez, fue una de las dinamos imprescindibles de la música tejana. Entre el Tex-Mex y la Invasión Británica, San Francisco y la música vaquera, epitomiza como nadie la caldera mestiza y vibrante de la estrella solitaria. Si alguien merece reconocimiento fue el expansivo, aventurero y visceral Sahm, demoledor en aquellos Texas Tornados que tan felices nos hicieron. Normal que entre sus admiradores figuren Lucinda Williams, Steve Earle, Alejandro Escovedo, Calexico, Joe Ely, Kacey Musgraves, Los Lobos, Raúl Malo, T Bone Burnett y Billy Gibbons.
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