“Uno puede escuchar ‘Fin de un viaje infinito’ y ‘Reconstrucción’, ver el potente deuvedé grabado en Madrid, quedarse anonadado y seguir sin comprender cómo pudo Xoel López grabar canciones tan perfectas en ese corto espacio de tiempo”
Efe Eme continúa la semana especial dedicada a Xoel López con una mirada al pasado: la que realiza Juanjo Ordás a la etapa que pasó el músico gallego en Deluxe.
Texto: JUANJO ORDÁS.
El cambio de idioma siempre es determinante cuando un artista español abandona el inglés para abrazar el castellano. No es casualidad que las mejores obras de Love of Lesbian y Sidonie hayan llegado tras dicho giro lingüístico. Con Deluxe pasó exactamente lo mismo: fue empezar a componer en castellano y las grandes canciones comenzar a llegar. Tanto que hay que considerar «Fin de un viaje infinito» y «Reconstrucción» dos obras fundamentales de la música popular española. No es exageración, esos discos tienen todo.
Tras finiquitar el nombre comunal y lanzarse como el artista solista que siempre fue, Xoel López dejó vacío un trono que de haberlo deseado podría haber seguido ocupando, poseyendo a día de hoy el mismo poder de convocatoria de Vetusta Morla. Porque los últimos discos de Xoel como Deluxe ya tenían esos estribillos de estadio rock tan necesarios para llegar a las masas, así como una autenticidad a prueba de bombas. Sabías que las canciones de Xoel, con toda su alegrías y tristezas, eran de verdad, una verdad concéntrica que nacía de la conjunción de múltiples puntos cardinales: una voz valiente y emotiva, unas letras sinceras en equilibrio entre la poesía y la prosa a pie de calle, una producción perfecta a cargo del gran Juan de Dios, esa tentación pop de ser accesible en lucha con el rock de guitarras macizas… incluso se encargó de abrazar la esencia de la canción española y latina, algo fácilmente apreciable en canciones como ‘Este último encuentro’ y ‘Quemas’, que dejaban ver ligeramente hacia dónde iba a moverse Xoel en el futuro.
Hoy día uno puede escuchar «Fin de un viaje infinito» y «Reconstrucción», ver el potente deuvedé grabado en Madrid, quedarse anonadado y seguir sin comprender cómo pudo Xoel López grabar canciones tan perfectas en ese corto espacio de tiempo.
Personalmente, no puedo evitar ver esos tres lanzamientos como un todo necesario para seguir teniendo fe en el género humano. El sencillo ‘Que no’, aún en la época angloparlante fue el prólogo; «Los jóvenes mueren antes de tiempo» el primer capítulo, aún haciendo toma de contacto, dejando todo listo para «Fin de un viaje infinito» y «Reconstrucción». Aunque ni siquiera pudimos ver crecer esta hermosura, se plantó delante de nosotros.
Por supuesto, lo que le siguió estuvo a la altura, pero ya era Xoel López, no Deluxe. Creo que cualquiera puede llegar al éxtasis escuchando canciones como ‘Rostro de actriz’, ‘Adiós corazón’ o ‘Amor universal’, es casi una obligación. ¿Cómo puede caber tanta desolación y esperanza en una sola canción?