“El libro más ecléctico del año, la única historia del rock español que puede con todos los géneros y sale ganando”
Gabriel Abril
“¡Grité una noche! Antología de los discos en directo del pop-rock espanyol (1964 -2014)”
MILENIO, 2015
Texto: CÉSAR PRIETO.
Imaginen un libro en el que puedan convivir un grupo de punk escatológico y una artista que revitalice la copla, unos simpáticos humoristas que hacen canciones, unos duros ejecutores de trash metal y un grupo de folk segoviano. ¿Es posible? ¿De qué se trata? ¿Una voluminosa historia de la música española? Pues no, una antología de discos en directo que de una u otra manera han aparecido en nuestro país. Del garito más infecto a un campo de futbol repleto, el trabajo de cuatro años del gijonés Gabriel Abril ha conseguido reunir casi trescientas fichas que despliegan el arte gráfico, las canciones y un comentario que va de un mero párrafo a una página entera y que añade el resto de discos en directo –si los hay– del grupo (o solista) en cuestión.
Desde luego, aparecen los grandes shows: Lluis Llach, Miguel Ríos o Loquillo han marcado hitos y han representado centros de atención para diversas generaciones, pero una representación que quiera abarcar el espectro completo como esta ha de atender a figuras menores e incluso desconocidas como Jorge –que es feliz poseedor de uno de los primeros, en el 67–, largos recorridos como los de Jaime Anglada o Abuelo Jones –nacidos en el 71 y aún en activo–, selectos para minorías como Melopea o el cantautor Paco Damas o incluso raros entes de pop religioso como Migueli. Mi recomendación entre los olvidados, Tara, un torrente de mujer que en 1971 graba con una voz que nada ha de envidiar a la de Janis Joplin, y de golpe se retira del mundo de la canción. Todos poseen su directo.
Por supuesto que no es una obra de lectura lineal, uno puede picotear entre géneros, estilos o épocas y hacer su selección, puesto que entre los datos aparecen el año de aparición (no siempre coincidente con el de grabación) y el sello; pero la revisión del crítico, página a página, permite realizar varias constataciones. La primera es que dominan los heavies y el rock radical vasco, la dureza parece desarrollarse con normalidad en discos que recogen conciertos. La segunda es que abundan los grupos del norte de la península en una proporción brutalmente abrumadora respecto a los del sur, vascos y asturianos a la cabeza. La tercera, que todos los grupos que surgieron a principios de los 80 tienen su correspondiente directo a finales de los 80. La última, que ningún grupo de la generación indie –ni de las posteriores– grabó ningún disco desde el escenario; la única que no aporta absolutamente nada, o porque los sellos están más preocupados por la orfebrería del estudio o porque en sus directos falta el músculo que les dé pegada o las tablas que los lleven a superar lo ya editado.
Un par de prólogos definen a priori el asunto. Igor Paskual habla de las virtudes de este tipo de discos y de su asentamiento en España y el autor ensaya una pequeña historia y clasificación, acompañada de un impecable colorido en el material gráfico que continúa en cada una de las páginas. Ahí lo tienen, el libro más ecléctico del año, la única historia del rock español que puede con todos los géneros y sale ganando.
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Anterior crítica de libros: “Johnny Cash. Apocalipsis y redención”
