«Tómenlo en su justa medida, atiendan a estos aspectos con precaución y lo que resta será una lectura provechosa, divertida también»
Javier Adolfo Iglesias
«Juan & John. El profesor y Lennon en Almería para siempre»
CÍRCULO ROJO
Texto: CÉSAR PRIETO.
Este libro, de largo y aclarador subtítulo, representa un acercamiento al universo beatle fuera de los cauces habituales. En un principio, siendo un libro de investigación, no se trata de alguien cercano al cuarteto, ni de una traducción, sino de un periodista que hace valer su condición de fan; en segundo lugar, no está editado en ninguna de las editoriales que recogen estos temas, sino por una empresa que –con toda la dignidad del mundo– se dedica a la autoedición y por último elucubra –suavemente, no tengan miedo– sobre aspectos que conectan ciertos episodios de la vida de Lennon con cuestiones digamos que rozando lo sobrenatural. Tómenlo en su justa medida, atiendan a estos aspectos con precaución y lo que resta será una lectura provechosa, divertida también.
La cuestión es conocida, John Lennon pasó unas semanas en Almería el año 1966 para asistir al rodaje de “Cómo gané la guerra”, de Richard Lester. Sobre este hecho es sobre lo que indaga el autor en un trabajo de campo en el que busca el testimonio de la gente que tuvo contacto con el músico, desde la familia que le acogió en pensión hasta el niño que aparece en una fotografía inédita, pasando por los camareros que lo atendieron en una noche de bares. Incluso dedica días de la investigación a descubrir la cama en donde durmió Lennon. Gentes que se enredan en un fondo coral en que ni ellos mismos saben qué papel cumplen, una visión costumbrista de la Almería en los años sesenta, quizás trasladable a cualquier otra ciudad de provincias de la época.
Pero también, de forma fluida, van apareciendo más decorados, una movilización de mayor calado que en ocasiones se revuelve en consecuencias que parecen claras y a veces se desborda en imaginativas teorías que el autor mismo declara pálpitos sin argumentos. Veamos, está la historia de ese profesor de inglés de Cartagena, Juan Carrión, que cogió los folios en donde estaban apuntadas las letras del cuarteto, se embarcó en un autocar dirección Almería para buscar a su autor y pedirle aclaración sobre determinados pasajes que no lograba transcribir. Así, a la brava. El periodista logra encontrar a Carrión, con lo cual puede documentar cada uno de sus pasos y logra recoger la correspondencia que mantuvo con Lennon. El que de ahí deduzca que la aparición de las letras en el “Sargent Peppers”o la icónica imagen de las gafas derivan del contacto con el profesor cartagenero, se deja a la fascinación imaginativa del lector. En todo caso es un personaje estimulante, suscriptor del “Melody Maker” desde el primer momento para estar más al día de la música que exponía en sus clases u oyente de Radio Luxemburgo para llevarlas casi como inéditas a sus alumnos. Su historia ya había sido reflejada en la película de David Trueba “Vivir es fácil con los ojos cerrados”.
Otro foco de investigación es la génesis del ‘Stramberry fields forever”, cuyo single John envía como regalo al profesor. Son las mejores páginas; en ellas, se reafirma que la canción fue escrita en Almería –entrevistas y bootlegs así lo demuestran– y el obsesivo trabajo de Iglesias logra descubrir el lugar, una mansión a punto de ser derribada a la que llega tras una intuición. La pista le lleva a deducir que el edificio y su jardín, parecido al orfanato que le da nombre a la canción, fueron los que despertaron los recuerdos infantiles con los que trabaja en la letra. Llega hasta a apuntar –vía entrevista a Cynthia Lennon– que era una casa encantada esa de Santa Isabel en la que se emplazaron los últimos días junto a Ringo, que había ido a visitarlos.
Una obra, como digo, cuanto menos extraña, con algunos seguros aciertos, cierto suspense, una prosa que se agradece escueta, periodística, algún ameno varapalo a los popes del culto beatle y dos o tres apuntes para completar la cronología del cuarteto. Necesario para los fans, muy divertido –excepto ciertas repeticiones descartables– para el resto de público.
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