«Detestados a principios de los noventa y retornados a la popularidad cuando las grandes estrellas de la música popular decidieron que podían citarles como influencias sin quedar de idiotas»
Está convencido Juanjo Ordás de que a Duran Duran la imagen no le dejó brillar como el gran grupo que era, y nos recuerda sus mejores discos.
Una sección de JUANJO ORDÁS.
La semana pasada hablábamos de la asociación entre Duran Duran y John Frusciante, una que nos hace frotarnos las manos. Si fue John el protagonista de hace siete días, hoy lo son Duran Duran. ¿Y qué decir de Duran Duran? Son la gran banda de pop de los ochenta. Detestados a principios de los noventa y retornados a la popularidad cuando las grandes estrellas de la música popular decidieron que podían citarles como influencias sin quedar de idiotas. Duran Duran no han tenido la importancia de otros compañeros de generación ingleses en el devenir de la música pop, pero grabaron obras maestras. Sí, como suenan. Obras maestras. Su disco de debut es un trabajo muy bien confeccionado. Sonarían artificiales pero era lo que tocaba y curiosamente hoy día esa artificialidad es el pan nuestro de cada día de la música pop, pero “Duran duran” estaba muy bien cosido.
Lo que les perjudicó de cara a la generación alternativa fue su imagen. Eran el hedonismo de la MTV, ningún fan de REM o Nirvana iba a permitirles acceso a su habitación, tampoco ningún seguidor de Aermosmith o Guns n’ Roses les iba a dejar entrar en el walkman por flojos. Pero el tiempo ha jugado a su favor, se adaptaron bien a la acidez con “The wedding album”, hicieron un muy buen juego de manos con el disco de versiones “Thank you” y sus últimos trabajos son más que notables.
Además, no han dejado de poner el día su sonido: Una escucha al disco en directo “A diamond in the mind” se torna adictiva, con los hits de toda la vida pidiendo paso al presente. Este es, precisamente, el disco perfecto para acercarse a ellos hoy día. Porque suena actual y el gancho de sus viejas canciones sigue ahí. Vamos, que puedes hacerlas sonar sin que los vecinos piensen que eres un viejo de gustos jurásicos.
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Anterior entrega de Corriente alterna: John Frusciante, uno de los grandes.