«No hay nada más bonito que la gente acoja una melodía y permita que entre en el panteón de la música popular. Como compositor es algo imposible de planear, sobre todo en estos tiempos»
De niño, a Jack White se le quedó grabado el nombre del movimiento Seven Nation Army. Cuando creció, se dio cuenta de que ese nombre no existía y solo había sido un malentendido, pero le gustó tanto que lo utilizaría para la canción más popular de los White Stripes, un tema que acabaría siendo coreado en los estadios de fútbol, muchas veces sin saber de dónde viene.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
En plena Revolución industrial, el pastor metodista William Booth, junto a su esposa, Catherine Booth, fundó en 1865 un movimiento evangélico con la intención de llevar el mensaje a pobres, alcohólicos, drogadictos y demás personas excluidas de la sociedad británica. Con el paso del tiempo, después de varios nombres previos y tras estructurarse de forma casi militar, Booth decidió denominar al movimiento como el Ejército de Salvación (The Salvation Army). Más adelante, en el siglo XX, cada vez que el pequeño John Anthony Gillis escuchaba el nombre de “The Salvation Army”, lo que él oía era “Seven Nation Army”; tendría que crecer para darse cuenta que aquella “armada de siete naciones” no era más que un malentendido. Ya convertido en Jack White, el músico pensó que detrás de aquel error de pronunciación infantil había un posible título de canción.
Ahora que tenía un título, necesitaba el contenido. Después de sus tres primeros álbumes, la popularidad de los White Stripes iba en aumento, algo que estaba muy bien pero que, al mismo tiempo, era un arma de doble filo. Con la canción, Jack White quería criticar los chismorreos que surgían en torno a ellos y quejarse del precio de la fama: “(El protagonista del tema) se siente tan mal que abandona la ciudad, pero se siente tan solo que vuelve. La canción trata sobre los cotilleos. Es sobre mí, Meg y la gente con la que estamos saliendo”.
Sin embargo, antes de escribir la letra, Jack tenía preparada la parte que haría más conocida a la canción. Durante una prueba de sonido para un concierto en Melbourne, Jack White jugaba con su guitarra y consiguió un sonido pegadizo: “Hay un empleado aquí, en Third Man Records, que se llama Ben Swank, y estaba con nosotros de gira en Australia cuando escribí la canción durante la prueba de sonido. Yo la estaba tocando para Meg y él pasó y le dije: ‘Swank, escucha este riff’. Y dijo: ‘Está bien’”. Pero ese riff no solo “estaba bien”, estaba muy bien. White había conseguido un ritmo genial, un riff tan bueno que él imaginaba que podría servir para una canción que abriera una película de James Bond. Pero como pensó que nunca le pedirían que compusiera un tema para el agente 007, decidió emplearlo para los White Stripes. Irónicamente, habría que esperar a 2008 para que Jack White compusiera una canción para la vigesimosegunda película de Bond, “Quantum of Solace” (Marc Forster). ‘Another way to die’, interpretada por Jack junto a Alicia Keys, no es de los mejores temas de la saga del espía más seductor con licencia para matar. ¿Qué hubiera sucedido si White se hubiera reservado aquel riff para entonces? Pues que los White Stripes hubieran perdido la oportunidad de grabar su canción más popular.
El riff de ‘Seven nation army’ parece interpretado por un bajo, pero el dúo no solía emplear este instrumento. En realidad, este efecto está producido por una guitarra semiacústica del estilo de los años cincuenta mediante un pedal que bajaba una octava. El tema está incluido en el cuarto álbum del grupo, “Elephant”, publicado en 2003. Un trabajo que contaba con hasta seis portadas diferentes dependiendo de si era una edición en cedé, en elepé, estadounidense o británica. Tanto la canción como el disco, excepto ‘I just don’t know what to do with myself’, fueron grabados en los estudios Toe-Rag, que contaban con una reliquia anterior a los sesenta como equipo de grabación, una joya analógica de ocho pistas. Para despejar dudas, la cubierta del álbum dejaba claro que el trabajo se había grabado de manera casi artesanal: “No se ha empleado ningún ordenador durante la composición, la grabación, la mezcla o la masterización de este disco”. El disco comenzaba con ‘Seven nation army’, que también sirvió como primer single, sin embargo, el sello discográfico prefería que el single fuera ‘There’s no home for you here’. Fue la insistencia de Jack el motivo por el que ‘Seven nation army’, con ‘Good to me’ como Cara B, se convirtió en el primer sencillo.
Con el paso del tiempo, ‘Seven nation army’ ha ganado un significado que nada tiene que ver con la canción, al convertirse en un himno futbolero. Se considera que los primeros en utilizarla fueron los hinchas de Brujas. El 22 de octubre de 2003, unos aficionados del equipo belga escucharon la canción en un bar de Milán antes del comienzo del partido y se quedaron con la melodía. El modesto equipo belga, el Club Brujas, se enfrentaba al A. C. Milan y estos aficionados celebraron su inesperada victoria ante el gigante italiano por un gol a cero coreando la canción que habían escuchado antes del partido. Los belgas se volvieron a casa satisfechos con el resultado y con un himno no oficial nuevo. El 15 de febrero de 2006, el club A. S. Roma viajó hasta Brujas y el equipo italiano no solo ganó a los belgas por dos goles a uno, sino que además se quedó también con la canción que entonaban los aficionados de Brujas. Al capitán del equipo italiano, Francesco Totti, le gustó cómo sonaba aquella melodía, aunque no sabía que era un tema de los White Stripes: “No había escuchado la canción antes de entrar en el campo de Brujas. Desde entonces, no puedo quitarme de la cabeza el ‘po po po po po poo pooo’. Sonaba fantástico y la multitud estaba metida de lleno en ella. Después me fui corriendo a comprar uno de los álbumes de la banda”. Aunque, al igual que el jugador, muchos de los que tarareaban la canción a pleno pulmón no tenían ni idea de quiénes eran dúo de Detroit, a Jack White le entusiasmó el nuevo significado del tema: “Me honra que los italianos hayan adoptado esta canción como suya… No hay nada más bonito que la gente acoja una melodía y permita que entre en el panteón de la música popular. Como compositor es algo imposible de planear, sobre todo en estos tiempos. Me encanta que la mayoría de las personas que la corean no tengan ni idea de dónde viene. Eso es la música popular”.
Pero aparte de ser un tema machacado por hordas de fanáticos enfervorecidos con ganas de goles que, muchas veces, no serían capaces ni de decir el título, ‘Seven nation army’ también tuvo otro significado espontáneo durante la Primavera Árabe en Egipto, como declaró la periodista egipcia Mona Elthahawy: “Cada vez que oigo los versos iniciales, ‘I’m gonna fight them off, a seven nation army couldn’t hold me back’ (‘Voy a luchar contra ellos, una armada de siete naciones no podrá pararme’), me lleva a Egipto, donde la gente… Nunca he visto nada igual. Literalmente, nada puede pararles. Mubarak corta internet, corta el sistema de ferrocarril, corta prácticamente todo el país y aun así no se paran. Es hermoso”.
Ya sea como un improvisado himno futbolero o como una arenga a favor de la libertad, con ‘Seven nation army’ los White Stripes consiguieron el que, posiblemente, es el riff más conocido de la primera década del siglo XXI.
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