«No fue hasta que los Lemonheads publicaron su versión cuando me di cuenta de la melodía tan maravillosa y pegadiza que tiene. He redescubierto la versión de Kiss y me gusta tanto como la de los Lemonheads. A veces no puedo quitármela de la cabeza»
En ‘Plaster caster’, Kiss relataron la historia de Cynthia Albritton, la groupie con buena mano para el modelado que se hizo famosa por esculpir en yeso penes de rockeros: Jimi Hendreix fue su primer modelo.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
Cynthia Albritton era una muchacha nacida en Chicago que trataba de forjarse un futuro como estudiante en el instituto South Shore de Illinois. Ser joven en la década de los sesenta suponía estar rodeada de estímulos tan excitantes como el rock y el amor libre, y Cynthia no tardó en descubrir que no había nada más atractivo que un hombre subido a un escenario empuñando una guitarra. Pero intentar acercarse a un músico no era tarea sencilla. A menudo se encontraban protegidos por una muralla que no estaba formada por guardaespaldas precisamente, sino por algo más violento: una marabunta de féminas desatadas dispuestas a hacer de todo para conseguir acabar en la cama del rockero de turno. La competencia era muy dura, así que Cynthia, que era virgen y demasiado tímida como para atreverse a tratar con hombres, necesitaba buscar una estrategia con la que diferenciarse y llamar la atención.
Todo cambió el día en que su profesor de Arte encargó una tarea a los alumnos: fabricar con yeso “algo sólido que pudiera mantener su forma”. El espectáculo de Dick Clark, “Caravans of stars”, llevó hasta Chicago a Paul Revere & The Raiders, así que Cynthia, acompañada por su amiga Pest, decidió echarle valor y colarse en el camerino. La joven tenía claro cuál tenía que ser aquel objeto sólido de yeso que presentara en clase, así que les preguntó a los músicos si podía hacer un molde de sus partes más íntimas. Aunque Cynthia regresó a casa sin su escultura, no todo fue una decepción: esa misma noche perdió la virginidad y esa misma noche nacieron lo que ella denominó como las Plaster Casters de Chicago.
Cynthia estaba encantada con su ocurrencia para llamar la atención de los músicos: “Habíamos encontrado la artimaña perfecta, algo que podía diferenciarnos de todas las demás quinceañeras y groupies”. Sin embargo, aún no había encontrado el material idóneo para esculpir sus obras. Probaba con cera y con arcilla, pero aquello no daba resultado. Aunque todavía no había conseguido engatusar a ningún músico como conejillo de indias, por las calles de Chicago se comenzó a correr la voz de que dos maniacas sexuales se dedicaban a hacer esculturas de los penes de los músicos. El hecho de que acabaran llevando camisetas con su propio nombre y logotipo ayudó a que se institucionalizaran. Pest dejó aquella aventura por un hombre y fue sustituida por otra amiga de Cynthia, Dianne, justo cuando las Plaster Casters lograrían su golpe de efecto. En febrero de 1968, la Jimi Hendrix Experiencie tenía en su agenda prevista una parada en Chicago. Aquella era la oportunidad perfecta. Cynthia tenía que ponerse, nunca mejor dicho, manos a la obra para encontrar el mejor material para realizar los moldes. Y lo encontró. Después de que dos colegas se prestaran como voluntarios para el experimento, una pasta empleada por los dentistas para realizar moldes de dentaduras superó la prueba.
El día del concierto, la chica abordó a Jimi Hendrix y le expuso sus intenciones. El guitarrista ni lo dudó: “Oh, sí. Ya he oído hablar de ti. Sube a la habitación”. Hendrix se convirtió en el primer músico en pasar por las manos de Cynthia Plaster Caster y la muchacha se llevó una sorpresa cuando el músico se bajó los pantalones: “¡Tenía el instrumento más grande que había visto en la vida!”. Mientras Dianne le estimulaba oralmente, ya que la pasta estaba fría y eso disminuía la erección, Cynthia esculpía el molde y tomaba notas. A pesar de la situación, Noel Redding, el bajista de la banda, describió aquel panorama como “más clínico que erótico”. Como explicó Cynthia, el experimento resultó desagradable incluso para Hendrix: “En realidad, no es que fuera muy sexy. Jimi fue uno de los primeros moldes que realicé, y no le lubricamos suficientemente el pubis. Se le quedaron muchos pelos pegados al yeso, y sólo había una manera de quitarlos, que era arrancarlos de uno en uno”. El siguiente en aportar su miembro al arte fue Noel Redding: “Mi ofrenda consistió en una extraña actuación en plan sacacorchos”. El batería, Mitch Mitchell, declinó la oferta.
Que Jimi Hendrix apadrinara a las Plaster Casters fue una publicidad muy efectiva, como recordó la líder del grupo: “De repente, Dianne y yo nos encontramos en el centro de atención de los medios de comunicación, más interesados en penes que en la motivación del rock and roll”. El boca a boca hizo el resto e incluso circuló la leyenda urbana que aseguraba que las Plaster Casters eran capaces de provocar orgasmos mediante el moldeado. Es entonces cuando Frank Zappa, animado por Eric Clapton, entró en escena y propuso a la muchacha que se mudara a Los Ángeles. El socio del transgresor músico, Herb Cohen, comenzó a financiar la obra de Cynthia hasta tal punto que acabaría quedándose con la colección de esculturas una vez que ella abandonara la ciudad californiana. Después de la consecuente demanda judicial, Cynthia Plaster Caster recuperó su obra.
Son muchos los músicos que pasaron por las manos de esta peculiar escultora. Richard Cole, mánager de Led Zeppelin, Dennis Thompson y Wayne Kramer, batería y guitarrista de MC5, Eddie Brigati, vocalista de los Young Rascals, y Zal Yanovsky, guitarrista de Lovin’ Spoonful, son solo unos ejemplos de los 75 hombres que prestaron sus intimidades en beneficio del arte. Otros como Eric Burdon, de los Animals, y Pete Shelley, de los Buzzcocks, también sirvieron como modelos, pero el resultado no fue el esperado tras la rotura del molde. A partir del año 2000, Cynthia amplió su espectro y empezó a moldear también pechos de mujeres, siendo Suzi Gardner, de L7, la encargada de inaugurar esta categoría.
A pesar de haberse acostado con más 4.600 mujeres, o al menos, eso dice él, Gene Simmons, que quizá sea más fantasma que demonio, nunca se llevó a la cama a la groupie más famosa y creativa. Aunque ninguno de los miembros de Kiss tuvieron su miembro de yeso, inmortalizaron a Cynthia Albritton en una canción: ‘Plaster caster’. Los neoyorkinos no fueron los únicos en escribir un tema sobre ella, el cantautor Jim Croce también se basaría en ella para ‘Five short minutes’. La canción de Kiss fue incluida en el álbum “Love gun” (1977), el último grabado con la formación original. Aunque Peter Criss aparecía en los créditos de los dos siguientes trabajos, “Dynasty” (1979) y “Unmasked” (1980), el que tocaba la batería en realidad era el músico de sesión Anton Fig.
¿Y qué pensó la propia protagonista de la canción? A pesar de que estaba dedicada a ella, en un principio no le terminó de convencer: “Creo que Gene escribió la canción para hacer creer a la gente que él había sido esculpido y, quizá, para darme una sutil pista de que estaba disponible. No fui a comprar el álbum inmediatamente porque odio la idea darle dinero a una banda que no me gustaba. Finalmente me rendí y lo compré para mi libro de recuerdos. Cuando escuché la canción por primera vez no me gustó nada… Estaba disgustada porque la letra no era verdad. No podía fijarme en la melodía. No fue hasta que los Lemonheads publicaron su versión cuando me di cuenta de la melodía tan maravillosa y pegadiza que tiene. He redescubierto la versión de Kiss y me gusta tanto como la de los Lemonheads. De hecho, a veces no puedo quitármela de la cabeza. Es una sensación muy extraña”.
Al igual que Cynthia Plaster Caster, Simmons también presume de tener también otra colección peculiar: las polaroids de los secretos que sus conquistas esconden entre sus piernas. Hay colecciones para todos los gustos. En la actualidad, aquella groupie que se hizo con un nombre propio en el mundo del rock está muy orgullosa de incursión en el mundo del arte: “A día de hoy, me encuentro en la situación improbable de ser una fan con fans. ¡Una inversión total de los roles!”.
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