“Es rock duro, pero no mucho más duro que los Stones, de hecho situarlo más allá de esa etiqueta es inadecuado”
Van Halen
“Van Halen”
WARNER 1978
Texto: JUANJO ORDÁS.
Los fans de Van Halen se dividen a lo largo y ancho del mundo en dos tipos, aquellos que los prefieren con David Lee Roth de cantante y quienes los prefieren con Sammy Hagar frente al micrófono. Da igual que ambas etapas te parezcan interesantes, pasa como con el asunto Beatles-Stones, te gustarán mucho ambos pero llega un momento en el que tienes que elegir. Con Van Halen es lo mismo aunque más fácil: la primera etapa con David Lee Roth a las voces es infinitamente superior a la posterior con Hagar. Punto.
Van Halen debutaron en 1978 con el disco al que dieron nombre, cuando el exceso cultural iba a ser sustituido por la exhuberancia de bandas que seguían el sendero abierto a golpe de machete y neuronas por los precursores del «rock and roll way of life» de los sesenta y principios de los setenta. La parte intelectual que se podía encontrar en Stones, Beatles y en agrupaciones más duras como Led Zeppelin y Black Sabbath –que también la tienen– sería reemplazada en los ochenta por la vacuidad más nihilista en lo que se refiere al rock duro. La música de guitarras fuertes comenzó a ser en gran parte sinónimo de falta de discurso, pero hubo bandas que sin llegar a rubricar grandes enunciados supieron hacer de su entretenimiento un arte del que formaba parte un vocabulario inteligente con juegos de palabras, descriptivo de la vida en la gran ciudad. Aerosmith llegaron primero y Van Halen después.
Su base era la guitarra de Eddie Van Halen y la voz de David Lee Roth, la renovación del rock bluesero por parte del primero y la reinterpretación del papel del cantante de rock por parte del segundo, comportándose como un divo de vodevil, como un dibujo animado lascivo capaz de piruetas y giros vocales con una personalidad nueva. ¿Quién sonaba como David Lee Roth antes que él? Nadie. ¿Quién se atrevió a emularle después de que saltara al estrellato? Nadie.
El homónimo debút de la banda está grabado prácticamente en directo, hay algunos recordings de voces y guitarras adicionales pero el armazón es el justito, sin pomposidad. Es rock duro, pero no mucho más duro que los Stones, de hecho situarlo más allá de esa etiqueta es inadecuado. Incluso el término “duro” unido a “rock” es hasta excesivo. El explosivo solo de guitara titulado ‘Eruption’ con el que Eddie Van Halen reformulaba la guitarra eléctrica, la radiante versión de ‘You really got me’ o las pirotécnicas ‘Running with the devil’ y ‘Ain’t talking about love’ con los solos más hermosos que el ser humano es capaz de tocar macizan una obra sin desperdicio, sin pomposidad ni artifio, aquí el fuego es auténtico, quema y prende el alma de adolescentes y adultos.
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Anterior entrega de Operación rescate: “Warning”, de Green Day.