Nacho Vegas: Desaparezca en un verano fatal

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«Desaparezca aquí» debemos comenzar a considerarlo como su disco clave, por encima de otras obras quizá tan buenas pero no tan reveladoras y bien diseñadas»

 

«Desaparezca aquí» y el disco junto a Christina Rosenvinge, «Verano fatal», acaban de ser reeditados en unas cuidadísimas ediciones en vinilo. Ocasión que aprovecha Juanjo Ordás para analizarlos.

 

 

Texto: JUANJO ORDÁS.

 

 

Cuando un artista abandona una discográfica, esta tiene dos opciones: Cuidar el patrimonio que se les ha legado –en caso de merezca la pena– o mal gestionarlo e incluso olvidarlo. Los dos últimos casos explican la inexistencia de cajas integrales dedicadas a tantos nombres míticos del pop y el rock español. No obstante, ese no es el caso de Nacho Vegas y Limbo Starr, pues desde que el asturiano abandonara el sello este se ha ocupado de mantener de actualidad lo que aún a día de hoy es el grueso de su obra gracias a reediciones de gran calidad. Desde el divorcio, Vegas únicamente ha editado un largo, «La zona sucia», disco que dejó un sabor agridulce a aquel capaz de celebrar el talento de Nacho. Ahí había buenas canciones pero la fórmula comenzaba a agotarse, una fórmula que comenzó a utilizar con «Desaparezca aquí» (2005), su tercer disco, que ahora Limbo Starr recupera en doble vinilo ampliado por tres caras B que permiten una mayor panorámica y que, no en vano, provienen de las mismas sesiones de grabación.

«Desaparezca aquí» ponía orden en el universo del músico, llegaba después de un aceptable debut y del excelso y desbordante doble álbum «Cajas de música difíciles de parar». Ahora se cumplen siete años de la puesta a la venta del álbum y el mejor Nacho Vegas sigue estando ahí, en un «Desaparezca aquí» que debemos comenzar a considerar como su disco clave, por encima de otras obras quizá tan buenas pero no tan reveladoras y bien diseñadas. Y es que los trazos en este álbum son más definidos, porque como músico y letrista comienza a condensar ideas con mayor rigurosidad. Arreglos meditados encajan con una producción que nunca dice no al zumbido del amplificador. Vamos a llamarlo rock de autor en una obra en la que la palabra «rock» tiene tanto peso como la palabra «autor». «Desaparezca aquí» es una historia sobre la redención, sobre las ganas de desaparecer aunque no necesariamente de morir, sobre el deseo de vivir para fulminarse, también sobre la necesidad de sobrevivir a esa fulminación. Las guitarras toman forma, las canciones se estructuran y aligeran si necesario. Vegas se da cuenta de que, a su manera, puede emocionar como nadie cuando canta.

Es curioso que se pueda trazar una línea entre «Desaparezca aquí» y el epé «Verano fatal» (2007), compartido con Christina Rosenvinge, también reeditado en estas fechas por Limbo Starr y ampliado por dos bonus tracks en directo grabados en Madrid. Entre ambos trabajos media «El tiempo de las cerezas», álbum grabado junto a Enrique Bunbury y quizá el mejor producido de todos los de Vegas, pero el sonido de «Verano fatal» se asemeja al de «Desaparezca aquí», incluso dos de sus temas más importante toman como modelo dos del álbum comentado: ‘Me he perdido’ ponía al día el concepto del himno ‘Nuevos planes, idénticas estrategias’ desde una óptica folk y más luminosa, y ‘Verano fatal’ se inspiraba en el oscuro rock de ‘Ella me confundió con otra persona’. No se trata de refritos creativos, sino de dos enormes canciones basadas en ejercicios previos. Solo ellas ya son una buena razón para hacerse con «Verano fatal» aunque lo cierto es que, al igual que en el álbum junto a Enrique, Rosenvinge y Vegas no consiguieron una mezcla indisoluble de sus carácteres, aunque sí una pequeña colección de bonitas piezas entre las que también hay que mencionar ‘Humo’, con Christina a la voz.

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