La segunda investigación llevada a cabo por la muerte de Amy Winehouse ha confirmado los resultados de la primera: murió a causa de una intoxicación alcohólica. La cantante británica tenía un nivel de alcohol en la sangre cinco veces superior al permitido para conducir. Winehouse ingirió una gran cantidad de alcohol tras un periodo de abstinencia.
La primera investigación por la muerte de Winehouse fue desestimada por un defecto de forma, y que el juez instructor Andrew Reid contó con la colaboración de su mujer, de nacionalidad australiana, que no cumplía con los requisitos legales para ejercer en Reino Unido.
