El número del 22 de noviembre de la edición americana de “Rolling Stone” incluía un “Especial sobre música latina” que contenía una lista con los “los mejores álbumes de rock latino de todos los tiempos”, que acabó provocando un escándalo.
Para Diego A. Manrique, en “El País”, “era una misión suicida el intentar resumir unas tradiciones rockeras tan heterogéneas y tan ricas en 10 discos”. Pero lo más importante, desde España, es “la ausencia del rock español (y portugués, ya que estamos) en la dichosa lista”.
Esta es la lista:
(1) Café Tacuba, Re, 1994
(2) Los Fabulosos Cadillacs, Fabulosos calaveras, 1997
(3) Julieta Venegas, Bueninvento, 2000
(4) Babasónicos, Infame, 2003
(5) Soda Stereo, Sueño estéreo, 1995
(6) Aterciopelados, Río, 2008
(7) Karnak, Karnak, 1995
(8) Manu Chao, Clandestino, 1998
(9) Os Mutantes, Os Mutantes, 1968
(10) Santana, Abraxas, 1970
“No siempre fue así”, recuerda Manrique. “durante los albores de la disco music, los grupos de la movida proporcionaron aliento al pop mexicano … El fenómeno de Héroes del Silencio se reprodujo en las Américas (y Enrique Bunbury reside ahora en Los Ángeles). Los insurgentes hispanos del punk rock ofrecieron inspiración a cien mil proyectos latinos. Y no me hagan hablar del descomunal éxito de Hombres G al otro lado del Atlántico. El indie nacional, lamento decir, solo desembarca por allí de vez en cuando, sin grandes efectos”.
El camino abierto por los baladistas de los años sesenta, que “se trabajaban los mercados americanos”, solo fue aprovechado por “algunos cantautores listos, como Joaquín Sabina … Los grupos fueron más renuentes ”.
Con la mundialización de la industria musical, “los productos anglosajones disfrutan de prioridad y rara vez hay ‘intercambio cultural’ con la periferia”. Y “a diferencia de otras naciones europeas, España no tiene una oficina estatal dedicada a la promoción de su propia música”.
Desde aquí puedes acceder al artículo de Diego A. Manrique “El rock español es hoy invisible”.