«Para quien no conozca a The Cramps, este es un buen disco para iniciarse y para los mitómanos y coleccionistas, constituye un excelente ‘gadget’ para añadir a su colección»
The Cramps
«File under sacred music. Early singles 1978-1981»
MUNSTER.
Texto: ÀLEX ORÓ.
No vamos a descubrir ahora la importancia de The Cramps para la historia del rock. Es una de esas bandas que tiene fans inquebrantables por su alocada e inclasificable visión del rock and roll clásico pasado por el túrmix del punk. Para sus detractores, la banda de Lux Interior, Poison Ivy y compañía no es más que una monumental tomadura de pelo. El que suscribe se siente más cercano al primer grupo que al segundo y por eso me parece destacable esta recopilación de los primeros singles de la banda que Munster ha editado en dos formatos: cedé sencillo y box-set con diez singles de vinilo.
Para que sirva de carta de presentación el primer corte incluido en esta recopilación es el ‘Surfin bird’ de The Trashmen, uno de los temas más gamberros de la década de los sesenta y, seguramente, de toda la historia de la música popular. Es sin duda, una canción que implica una declaración de principios, la base de lo que sería el sonido de The Cramps a lo largo de toda su trayectoria. En esas primeras grabaciones del cuarteto, su productor, Alex Chilton, supo extraer y canalizar la explosiva energía de la banda, una energía imprescindible para ofrecer esa sísmica visión del rock clásico. Sólo hay que escuchar las versiones de ‘Fever’ y el resto de versiones que aparecen en estos singles sin desmerecer, naturalmente, el material original de la banda.
Para quien no conozca a The Cramps, este es un buen disco para iniciarse y para los mitómanos y coleccionistas, constituye un excelente “gadget” para añadir a su colección, ya que alguno de los singles de vinilo incluidos en el box-set no fueron editados como tales en su día. Es el caso del siete pulgadas que incluye ‘Rockin’ bones’ y ‘Vodoo idol’. En vinilo o en cedé, treinta y pico años después de la edición de este material, The Cramps siguen sonando tan bestias e iconoclastas como entonces y eso es una de las mejores cosas que se puede decir de un grupo.
