«Madrid asume un riesgo importante para presentar un trabajo conceptual de grandes dimensiones, de esos que ya no se hacen. En 17 canciones, narra con consistencia y belleza impúdica la historia de un amor apasionado y profundamente triste»
Carlos Madrid
“Oh, Beatrice (El álbum de fotos de la nieve)”
LA VIEJITA MÚSICA/LA CASA CON RUEDAS
Texto: UMBERTO PÉREZ.
El final de un amor como punto de partida de un viaje sin retorno, de un viaje trágico sostenido en los recuerdos. De eso se trata “Oh, Beatrice (El álbum de fotos de la nieve)”, el segundo trabajo en la vida discográfica del cartagenero Carlos Madrid, quien en 2009 diera muestras de ser un cantautor agudo y detallado en “Campeones de invierno”, su disco de debut. Dos años después, Madrid asume un riesgo importante para presentar un trabajo conceptual de grandes dimensiones, de esos que ya no se hacen. En 17 canciones –apenas una hora de duración–, narra con consistencia y belleza impúdica la historia de un amor apasionado y profundamente triste.
Con un título que, inevitablemente, remite a la legendaria historia de ese amor platónico entre Dante Alighieri y Beatrice Portinari; y una tapa, con la Virgen de Guadalupe enmarcada en una polaroid, que revela devoción; Carlos Madrid aprovecha de forma acertada las acepciones más populares de la palabra álbum para materializar su nueva obra. Es así que, inspirado en su Beatriz particular –a la que evoca y nombra en cada una de las canciones del disco, a excepción ‘Réquiem’, una lúgubre pieza introductoria que no tiene letra–, el cantautor (re)construye y pone de manifiesto el amor y el daño ocasionados en canciones que parecen postales, o viceversa, gracias a una narración precisa y preciosa, abundante en detalles, a tal punto que casi se puede ver, y tocar.
Para conseguir este propósito, Carlos Madrid ha vuelto a encargar la producción del disco a Miguel Ángel Ruiz y ha dejado a un lado los arreglos rockeros para decantarse por una instrumentación sencilla que, en repetidas ocasiones, recuerda al John Lennon –Plastic Ono Band–, con el piano de Carlos como columna vertebral y soporte de canciones de sonoridad tierna pero de un dramatismo que desborda lo patético; temas como ‘Las tiendas en Nápoles’, elegida para presentar el disco, ‘Pequeño etcétera’, ‘Las leyes del frío’, ‘Ya sólo habla de amor’ y ‘Un año pésimo’, entre otras, revelan a Madrid como un gran escritor de canciones, con pulso propio y, ojalá, un futuro brillante.
En definitiva, y a pesar de todo lo que llega a doler, “Oh, Beatrice (El álbum de fotos de la nieve)”, editado por La Viejita Música (el sello creado por Manolo Tarancón y Fabián) en colaboración con La Casa con Ruedas, es un disco de amor, como en su momento lo fueran “Songs for beginners” de Graham Nash, “Love is hell” de Ryan Adams o “For Emma, for ever ago” de Bon Iver. Discos de amor dedicados al amor y consecuencias del mismo.
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