«Su escritura surgió como un reto, como un divertimento que, pese a ello, llevó cinco años de redacción, mientras ambos creadores iban intercambiándose cartas: uno escribía un capítulo y se lo pasaba al otro»
Andrea Camilleri & Carlo Lucarelli
«Por la boca muere el pez»
PAPEL DE LIAR
Texto: JUAN PUCHADES.
Dos de los más destacados autores italianos del género negro unen fuerzas en este «Por la boca muere el pez», en el que el maestro Andrea Camilleri pone a su comisario Salvo Montalbano a ayudar a la inspectora Grazia Negro, creación de Carlo Lucarelli. Su escritura surgió como un reto, como un divertimento que, pese a ello, llevó cinco años de redacción, mientras ambos creadores iban intercambiándose cartas: uno escribía un capítulo y se lo pasaba al otro, que debía seguir la narración a su aire, aunque transcurrieran meses, sin que el otro supiera la continuación; casi como una partida de ajedrez en la distancia. De este modo, la breve novela resultante –que ha sido un enorme éxito en Italia, vendiendo más de 300.000 ejemplares– es una rareza que se sale de las coordenas habituales en las obras de Montalbano (que de ambos protagonistas es el que conocemos en España al traducirse con puntualidad sus títulos): aquí el comisario pisa poco la calle pero es que la propia estructura del relato, al igual que su realización, se plantea como un intercambio de misivas e informes por parte de cada uno de los protagonistas, con el pulso de los relatos negros.
Precisamente, en su estructura epistolar se halla su mayor acierto: el lector se mete en los pensamientos de cada uno de los protagonistas, que urden ideas incluso infantiles para que los servicios secretos italianos no descubran la investigación que Negro se lleva entre manos y en la que Montalbano le va ayudando en la distancia, hasta el explosivo encuentro final entre ambos. Pero mejor no desvelar una trama, un tanto disparatada, que arranca con la aparición, en Bolonia, de un cadáver calzado con un único zapato y con tres peces rojos muertos a su lado.
Tremendamente ágil, «Por la boca muere el pez» se lee del tirón y se disfruta enormemente, en gran medida por ese fino humor, casi como de broma, que atraviesa la narración de principio a fin.
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Anterior entrega de Libros: “El médico de Esquilache”, de Pedro Corral.