«La leyenda urbana que más se puede asemejar con lo que le sucedió es la que dice que su fallecimiento fue motivado por una lesión durante un partido de fútbol»
Uno de los requisitos para convertirse en una leyenda consiste en morir joven. Bob Marley, a sus 36 años, logró convertirse en leyenda. Pero como sucede con las muertes prematuras de las estrellas de la música, su fallecimiento está rodeado de incógnitas y mitos absurdos. ¿Qué causó la muerte a Marley? ¿La marihuana? ¿Los intereses políticos? ¿La CIA? ¿O el fútbol? Héctor Sánchez nos lo cuenta.
Texto: HÉCTOR SÁNCHEZ.
El fútbol fue una de las mayores pasiones de Bob Marley. Siempre le encantó este deporte: “El fútbol es todo un talento en sí mismo. Todo un mundo. Un universo entero. Me gusta porque necesitas destreza para practicarlo. ¡Libertad! El fútbol es libertad”, afirmó el cantante. Sin embargo, su afición por el fútbol le pasó factura. En 1975, mientras practicaba este deporte en Trench Town (Jamaica), un jugador con zapatillas de tacos pisó a Marley en el pie derecho y el dedo gordo se le amorató. Dos años después, durante la gira europea del álbum “Exodus” (1977), el líder de los Wailers se encontraba en París jugando otro partido improvisado de su deporte favorito cuando sufrió un pequeño accidente, otra vez en el dedo gordo del pie derecho; así lo recordó el propio Marley: “Comencé a sentir dolor en el pie y me extrañé de que el dolor no cesase. Marqué un gol y abandoné el campo. Cuando me quité el zapato vi que había perdido una uña”. La vieja herida se volvió a abrir; sin embargo, no le dio la mínima importancia y se negó a cancelar su gira por un simple dedo del pie.
Como la lesión no quedó curada, el 7 de julio de 1977 por fin el músico se convenció de que era importante que un doctor le echara un vistazo al problemático dedo. En Londres, le diagnosticaron un melanoma y los médicos le recomendaron amputar el dedo del pie, a lo que Marley se negó en redondo: “No pueden cortarme el dedo, ¿sabes? Tengo que hacer algo realmente malo para que me corten el dedo. Sería como si… hicieras algo malo y te pegaran y tuvieras que perder un dedo entero”. ¿Cómo iba a permitir que alguien alterara el cuerpo que Jah le había otorgado? Su filosofía rastafari no se lo permitía y eso quedaba patente en el libro “Levítico” 21:5: “No se rapará la cabeza, ni se cortará los bordes de la barba, ni se hará incisiones en su cuerpo”. Así que, un mes después y tras cancelar la gira de “Exodus”, el doctor William Bacon, en el Hospital Cedars of Lebanon de Miami (Florida), llevó a cabo una alternativa a la amputación realizando un injerto de piel en el dedo para salir del paso.
El siguiente susto que se llevó el cantante tuvo lugar en septiembre de 1980. Bob Marley estaba corriendo junto con su compañero Danny Sims y el futbolista Alan “Skill” Cole por Central Park cuando, de repente, su cuello se puso rígido, no pudo hablar, y se desplomó. Le trasladaron al médico en secreto y un examen determinó que el cáncer se le había extendido mediante metástasis a los pulmones y al estómago y se le había formado un tumor en el cerebro, que fue el causante del colapso. A Marley se le dieron pocas semanas de vida, pero aún así, al siempre comprometido líder de los Wailers le quedaron fuerzas para ofrecer un último concierto el 23 de septiembre en el teatro Stanley de Pittsburgh (Pensilvania).
Bob Marley fue ingresado en el Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York, donde se sometió a un tratamiento de radioterapia. El cáncer se estaba expandiendo por todo el cuerpo. Desanimado y desmoralizado, Marley estuvo vagando por diferentes hospitales de Miami y México hasta que en noviembre de 1980 se trasladó a un centro de Rottach-Ergern, en Baviera (Alemania), para ser atendido por el polémico doctor Josef Issels. El médico alemán, de setenta y dos años y con pasado nazi, tenía un método alternativo basado en remedios naturales, ejercicio y trasfusiones de sangre. Issels logró que el cantante aguantara con vida otros seis meses más, pero ante la ineficacia del método, Bob Marley abandonó Alemania rumbo a Jamaica para morir en su tierra natal. Pero no le dio tiempo. El cáncer venció la batalla y Marley falleció el 11 de mayo de 1981 en el Hospital Cedars of Lebanon en Miami a los treinta y seis años. Así fue como el Rey del Reggae se convirtió en leyenda.
Y como leyenda, los mitos sobre su muerte comenzaron a florecer. La leyenda urbana que más se puede asemejar con lo que le sucedió es la que dice que su fallecimiento fue motivado por una lesión durante un partido de fútbol. Sin embargo, esta lesión, en lugar de ser la causante, fue el síntoma del cáncer.
Existe una teoría conspiratoria, aplicada a muchos otros artistas, según la cual fue la CIA la encargada de acabar con la vida del líder de los Wailers. La CIA veía una amenaza en las ideas revolucionaras que el músico predicaba y debía silenciarlo. Para ello recurrió a diversas fórmulas, como pudo ser el envenenamiento. En un artículo de febrero de 2002, la revista “High Times” publicó un reportaje titulado “Chanting Down Babylon: The CIA & The Death of Bob Marley”, en el que revelaban que en 1976, Carl Colby, hijo del antiguo director de la CIA, William Colby, regaló un par de botas al cantante y que cuando éste se las calzó se pinchó en el pie ya que en el interior había pegado un trozo de alambre de cobre. La revista se planteó si dicho alambre había sido tratado químicamente con sustancias cancerígenas.
La CIA también pudo estar detrás del intento de asesinato que el músico de reggae sufrió la noche del 3 de diciembre de 1976. Media docena de pistoleros asaltaron la casa de Marley y se liaron a tiros contra los presentes. Bob recibió un disparo de una bala que le atravesó el pecho, por debajo del corazón, y se le incrustó en el codo izquierdo; su mujer, Rita, sufrió un disparo en la cabeza; y la peor parte se la llevó el mánager, Don Taylor, después de recibir cinco balazos, ya que estaba justo delante del cantante. Afortunadamente, nadie murió.
Nunca quedó del todo claro, pero con este atentado se pretendía que Bob Marley no actuara en el concierto “Smile Jamaica”. Además, ya antes había recibido amenazas. Dicha actuación era un concierto gratuito en el Parque de los Héroes Nacionales de Kingston organizado por el Ministerio de Cultura jamaicano y el primer ministro Michael Manley, líder del PNP (Partido Nacional Popular). Se pretendía que fuera un acto pacifista y Marley dejó claro que no quería que la actuación fuera un acto político: “No me interesa la política. Es un negocio del demonio”, afirmó el cantante. No obstante, Michael Manley aprovechó para anunciar que las elecciones tendrían lugar once días después del concierto. Inmediatamente, el músico fue acusado de colaborar con el PNP. Se sospechó que los pistoleros que le atacaron dos días antes del concierto podían estar relacionados con el partido rival, el JLP (Partido Laborista de Jamaica), y asimismo, estos estarían en colaboración con la CIA. Durante la actuación en el “Smile Jamaica”, el 5 de diciembre de 1976, Bob Marley se levantó la camisa y enseñó al público sus heridas. El día 16, Manley arrasó en las elecciones.
Dejando de lado la política, existe otro mito extendido que relaciona la muerte del músico con su habitual consumo de marihuana. Erróneamente, todavía es bastante común que se asocie el fin de Marley con una sobredosis de marihuana. O más exagerado todavía, también se piensa que murió debido a que sus porros estaban liados en papel de periódico y la tinta no se sentaba nada bien. Esta teoría es absurda, pero más absurda todavía es la leyenda urbana que asegura que cuando Bob Marley murió, se encontraron infinidad de distintas especies de piojos en su pelo. Aparte de ser un comentario de muy mal gusto, ni siquiera pudo ser posible ya que el Rey del Reggae perdió sus icónicas rastas como consecuencia del tratamiento contra el cáncer.
Bob Marley ya lo dijo en ‘Rasta Man Chant’, canción incluida en el álbum “Burnin’” (1973): “Una mañana brillante, cuando mi trabajo haya concluido / volaré de vuelta a casa”. Por ello, el 11 de mayo de 1981, el hombre que pasó del tercer mundo al firmamento de las estrellas de la música, el embajador del movimiento rastafari y quien extendió la cultura jamaicana por el resto del mundo consideró que su trabajo ya había concluido y se apagó.
Nos veremos en La Cara Oculta del Rock…
–
Anterior entrega de La cara oculta del rock: Phil Collins, la venganza está en el aire.
–