«Gurrumul vendió en 2009 más de medio millón de copias de su primer disco y llegó al número 1 de las listas oficiales de World Music, pero su música no es tan compleja como para todo eso»
Gurrumul
«Rrakala»
NAÏVE
Texto: GERNOT DUDDA.
Geoffrey “Gurrumul” Yunupingu está de vuelta. Esa voz que es la más pura expresión del alma humana cuando, cosa rara, es cándida y sensible y se maravilla de esos detalles simples de la vida que son imperceptibles para los mortales que van con prisa por el mundo. Gurrumul vendió en 2009 más de medio millón de copias de su primer disco y llegó al número 1 de las listas oficiales de World Music, pero su música no es tan compleja como para todo eso. Desde una perspectiva “occidental”, muchas de estas canciones podrían ser cantadas por unos Simon & Garfunkel en plenitud de sus más mágicas virtudes vocales. Folk en su verdadera acepción.
Ciego de nacimiento y miembro de los Gumatj en la isla australiana de Elcho, al norte del Trópico de Capricornio, Gurrumul desarrolló durante toda su vida una poderosa conexión con la música que le permitió situar en el universo su identidad aborígena y explicar de una forma mucho más trascendental el sentido de la existencia. Canciones que hablan de la vida y la muerte, de lugares insospechados, de árboles que susurran, de una riqueza mental multicolor. Y todo con esa extraordinaria simbiosis que mantiene entre su voz y su guitarra acústica, dos elementos con una fuerza indivisible.
“Rrakala” no incluye muchas novedades respecto de su primer trabajo porque no las necesita (a no ser ese piano tocado por el propio Gurrumul en unos cuantos cortes). Incluye 12 canciones en las que su voz lo llena todo y donde los medios tiempos tan logrados permiten pensar que quienes han estado detrás de él produciendo han sido muy cuidadosos en los arreglos de aquellos temas en los que participan más instrumentos. Hay detrás un extraordinario trabajo de banda, una retaguardia tan sutil como fundamental. Como en ‘Warwu’, con una duración inusual que nos lleva a la épica de un Springsteen en las piezas de mayor calibre emocional de, por ejemplo, ‘The river’. O en ‘Bakitju’, donde, aparte de su melismática voz, Gurrumul se revela con una tremenda facilidad para la melodía, con la consecuencia que esto tiene de imparable conmoción emocional. Hay una frase de una periodista australiana que lo dice todo: “Gurrumul cambia incluso la manera en que respiramos”.
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Anterior disco del día: Airbag.
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