«Nueve canciones que son un ejercicio de nostalgia mal entendida, con un repertorio irregular traducido a un lenguaje decididamente poprockero, con algún teclado que recupera su sonido primigenio y poco más»
Vídeo
“Dosmilonce”
COMBOI RECORDS
Texto: CHEMA DOMINGUEZ.
Vídeo logró con «Videoterapia» (1983), su primer larga duración, aunar éxito artístico y comercial con ‘La noche no es para mí’ y ‘Víctimas del desamor’ como singles principales. Casal aparecía como coproductor. Vídeo era en ese momento una de las ilusiones hechas realidad del tecno pop patrio, originales y vanguardistas, con melodías y letras de vocación mayoritaria. Un año después, aparecía «Código secreto» que contaba con un presupuesto mayor, total apoyo mediático y la producción general en las manos de Tino Casal. Patinazo. Por las circunstancias que fueran, presión de la compañía, irregular campaña de promoción, competencia desleal de las multis, que ya habían implantado muy bien su estrategia comercial de «la publicidad justifica los medios» o porque su tiempo había pasado. Lo que se quiera pensar. Pero lo cierto es que tampoco había repertorio para sostener el disco. Quizá un EP, un single o un tiempo de espera para administrar la resaca hubiera sido ideal. Pero no hagamos historia de la no historia. Afortunadamente, recuperaron el talento que nunca dejaron de tener y se marcaron en 1986 «Relatos de diez mundos», su mejor LP junto al primero y uno de los más destacados de aquel año y década. Vicente Chust se empleó como cantante y compartir esa labor con Pepa Villalba dio excelentes resultados. No digo más, escúchenlo. Como ya empezaban a correr malos tiempos para la lírica, el éxito no llegó y la compañía, ya desinflada, se desinfló más. Antes de acabar la década, la parte recuperadora de Twins, que ya logró éxito con Danza Invisible y Los Secretos en esa labor, fichó a Vídeo. En 1989 llegó «Una brisa de amor», donde se distanciaban de los sonidos que fueron seña de identidad de la banda valenciana, demostrando que en un formato más acústico, pop, rock y con unas gotas de funk también brillan las grandes canciones como «Alunia». Después, el vacío.
Y llega «Dosmilonce» con José Manuel Moles y Vicente Chust como únicos miembros originales del grupo que fuera sexteto, y con el recambio de Nita en la voz principal. El CD lo integran nueve canciones que son un ejercicio de nostalgia mal entendida, con un repertorio irregular traducido a un lenguaje decididamente poprockero, con algún teclado que recupera su sonido primigenio y poco más. Técnicamente no se les puede reprochar nada, pero la música no es solo matemática y poco o nada queda de aquella valentía que hizo de Vídeo uno de los grupos más interesantes de su generación. Son muchas las preguntas que surgen, ¿no era posible una reunión de la banda más completa? ¿Por qué solo versiones, ‘Embrujada’ de Casal incluida? ¿Por qué tanto tiempo de espera? Y algunas más.
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Anterior entrega del disco del día: Pat Metheny.
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