«De él se ha dicho que tiene tres clases de canciones: las que compone mientras bebe, las que compone borracho y las que compone en plena resaca»
Kevin Ayers
«Whatevershebringswesing»
HARVEST/EMI, 1971
Una sección de LUIS LAPUENTE.
«Junto a Ray Davies, Peter Gabriel, Syd Barrett y algún otro más, Kevin Ayers forma parte de la galería de británicos excéntricos del rock, apegados sentimentalmente a la forma de vida y la mitología de su país, pero fascinados por las culturas de otros continentes. La Inglaterra victoriana de Lewis Carroll reaparece en los ‘flashbacks’ del ácido con sus aspectos más benévolos y pintorescos». Son palabras de Diego A. Manrique, referidas a Kevin Ayers y rescatadas del primer número (mayo 1975) de la llorada revista «Ozono». Entonces, Kevin Ayers acababa de publicar uno de sus discos más deliciosamente menores, «Sweet deceiver» y ya contaba con un brillante pasado (fue, entre otras cosas, miembro fundador de Soft Machine) y con un espléndido catálogo que lo acreditaban como uno de los más fascinantes intérpretes británicos de principios de los setenta.
A la espera de que alguien se decida a preparar una antología como es debido de aquellos discos irrepetibles (desde «Joy of a toy» hasta el primoroso recopilatorio «Odd ditties»), habrá que empezar recomendado el que muchos consideramos su obra maestra (junto a la mencionada antología de singles y rarezas «Odd ditties»), el sensacional «Whatevershebringswsing», tercero de una serie absolutamente obligatoria para los amantes del llamado sonido Canterbury y del rock británico diletante, perezoso, indolente y patafísico, a mayor gloria de Ray davies y Brian Eno: «Joy of a toy» (1969), «Shooting at the Moon» (1970), «Whatevershebringswsing» (1971), «Bananamour» (1973), «The confessions of Dr. Dream» (1974) y «June 1 1974» (1974), además de sus colaterales «Odd ditties» (1976) y «Linguistic leprosy» (1974), este último acreditado a Lady June.
Muy pocos reconocen en Kevin Ayers al músico y vocalista fascinante que es, quién sabe si por su rabiosa vocación bohemia, por su irrefrenable afición etílica o por su indudable tendencia al disparate juguetón. De él se ha dicho que tiene tres clases de canciones: las que compone mientras bebe, las que compone borracho y las que compone en plena resaca. Supongo que en «Whatevershebringswsing» (un título y una portada delirantes) se encuentra lo mejor de cada grupo. Inquietantes estampas pop con vocación de banda sonora de «Alicia en el país de las maravillas», como ‘There is loving / Among us / There is loving’. Piezas lúgubres, recicladas de alguna escena del «Jardín de las delicias» de El Bosco, como ‘Song from the bottom of a well’. Miniaturas melódicas apenas contrapunteadas por unos coros lánguidos y unos punteos en penumbra, como la sensacional ‘Whatever she brings we sing’. Trallazos irresistibles de rock and roll hippy, en corto y por derecho, como ‘Stranger in blue suede shoes’, uno de sus temas más celebrados. Disparos de cabaret decadente y vacilón, como ‘Champagne cowboy blues’, y paisajes dulzones, como el instrumental ‘Lullaby’.
Todo un tratado de buen gusto melódico, sofisticado sentido del humor y sabiduría pop firmado por uno de mis dandis favoritos, el único e inimitable Kevin Ayers.
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Anterior entrega de Lo que hay que tener: “Doo wop desirables volume one”.