«Esta selección pretende aportar una visión de conjunto de lo que supuso en lo musical de vanguardia una de las etapas más creativas vividas por la capital catalana y que se conoció como el rock o música progresivos»
Varios
«Barcelona progressiva»
PICAP
Texto: JAVIER DE CASTRO.
La discográfica catalana PICAP continúa con su activa política de arqueología musical, tras lanzamientos como el recopilatorio «Música Layetana. Zeleste», o reediciones de álbumes legendarios de solistas y grupos de la década de los setenta como Oriol Tramvia, Gato Pérez, la Orquestra Mirasol, Màquina!, Toti Soler, la Companyia Elèctrica Drama, Esqueixada Sniff, La Rondalla de la Costa, Rocky Muntanyola, Secta Sònica, Blay Tritono, Iceberg, Música Urbana, Barcelona Traction o Mirasol Colores, publicaciones la mayoría de las cuales ya han pasado por esta sección de comentario crítico. Coordinado y anotado como en lanzamientos anteriores por el escritor Àlex Gómez-Font, uno de los máximos especialistas en música moderna barcelonesa de esos años, esta selección pretende aportar una visión de conjunto de lo que supuso en lo musical de vanguardia una de las etapas más creativas vividas por la capital catalana y que se conoció como el rock o música “progresivos”. El progresivo, al menos el que se generó en España, fue una comunión de estilos donde tuvieron cabida y convivieron desde el rock a la psicodelia, pasando por el blues, el jazz, el soul, el folk, la música clásica pasada por filtros eléctricos, el flamenco o cualquier otra modalidad genérica que el intrépido músico se atreviese a amalgamar. Lo que si fueron categorías unificadoras de aquella tendencia interpretativa, y que esta síntesis pretende ilustrar, fue el ir contracorriente del mainstream y la excelsa calidad y técnica de los músicos o cantantes que la protagonizaron, muchos de los cuales siguen aún en activo, y por algo será…
Así, el coquetón estuche incluye en formato de CD dos discos más un librito de cuarenta páginas con información en tres idiomas (catalán, español e inglés) y una magnífica colección de fotografías y la reproducción a todo color de unas cuantas carátulas de discos (álbumes o sencillos) de todos los artistas y formaciones objeto de la recopilación. Los veintiún cortes escogidos, excelentes todos (hay, de verdad, mucho y bueno donde escoger) pertenecen a nombres obvios e imprescindibles del progresivo como Màquina!, Tapiman, Toti Soler, Fusioon, Om, Max Sunyer, Estratagema, Mi Generación, Vértice, Jordi Sabatés, Fussion, Ia & Batiste, Pau Riba o Agua de Regaliz, junto a otros, quizá menos conocidos del gran público pero igualmente valiosos, como Jarka, Vértice, Estratagema, Crac, Rock On The Rocks, Dos + Un o Lucky Guri & Peter Roar. Destaca también la presencia reveladora de una jovencísima Maria del Mar Bonet, en esa época de búsqueda continua de nuevos caminos expresivos para todo aquel que pretendiese ser original, alejándose lo más posible de los cánones al uso.
Aunque durante tanto tiempo se haya dado por buena la teoría de que nuestro progresivo ibérico –catalán, andaluz o de donde fuera de la península–, mimetizando a su hermano mayor anglosajón se cantaba exclusivamente en la lengua de Su Graciosa Majestad, este volumen que aquí comentamos es la prueba fehaciente de que en catalán o en castellano también se lanzaron obras de indudable calidad y valor artístico, calificables también de música progresiva o vanguardista por su indiscutible modernidad y atractivos sonoros. Así mismo por sus protagonistas, como ya se ha apuntado, músicos de enorme calidad y talento, provenientes algunos de experiencias grupales anteriores del beat y folk de los sesenta y otros surgidos precisamente en esos años de abundante experimentación, y que en algún caso tenían formación musical académica de primer rango. Aquella música fue minoritaria SÍ; se vendió poco o casi nada SÍ; todo eso es la pura realidad pero lo que resulta indudable e incuestionable, sin embargo, es que, escuchada hoy en día y con la perspectiva crítica que aporta el transcurrir de los años, podemos afirmar con rotundidad que en su mayoría ha superado con nota alta la prueba del tiempo.
En fin, destacar finalmente que esta música progresiva que durante tanto tiempo había constituido pasto de coleccionistas furibundos capaces de pagar verdaderas barbaridades por tal o cual referencia original, se ha puesto al alcance de un segmento mayor de público interesado gracias, afortunadamente, a reediciones como ésta, como las que hemos citado al principio de esta reseña de la propia PICAP o a otras de sellos revivalistas como Wah-Wah Records o Guerssen, especializadas ambas en majestuosas ediciones facsimilares en vinilo. A seguir el ejemplo pues, las grandes corporaciones disqueras que mantienen muertos de risa en sus catálogos, aún, centenares de long plays magníficos que valdría la pena recuperar y dar a conocer a las nuevos generaciones, como muestra de la música magnífica que durante generaciones se ha estado pariendo en este santo país.
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