«El autor se zambulle en la genealogía del videoclip, en sus antecedentes, en su prehistoria, en la conexión entre el videoarte y los vídeos musicales, el origen de la MTV, el lenguaje del videoclip en los ochenta y en los noventa, los principales realizadores de ambas décadas»
F. Javier Panera
«Música para tus ojos. Artes visuales y estética del videoclip, una historia de intercambios»
FESTIVAL DE CINE DE ASTORGA
Texto: JOSEMI VALLE.
Javier Panera nos ofrece una aproximación a la historia del videoclip musical, esa herramienta que anuda cortometraje con música en aras de la divulgación de un disco. De ahí que el título de la obra sea plenamente fidedigno, una definición poética del propio videoclip: «Música para tus ojos». El subtítulo del ensayo aclara con más nitidez aún lo que uno se va a encontrar en el interior de sus cultivadas páginas: «artes visuales y estética del videoclip: una historia de intercambios». El autor nos ofrece un recorrido muy ilustrado en el que inevitablemente cartografía el videoclip desde su perspectiva académica de profesor de Crítica de Arte y Últimas Tendencias Artísticas de la Universidad de Salamanca.
Uno se enfrenta a lectura de este ensayo preguntándose si el videoclip instrumentaliza la canción, le cercena su capacidad ensoñadora, y se dedica a empaquetarla en un formato que busca tanto la divulgación como la venta. O bien se trata de una manifestación artística con autonomía y lenguaje propios, emancipada del mero utilitarismo comercial, abierta a una promiscuidad permanente y enriquecedora con otras manifestaciones y postulados artísticos.
El autor otorga una visión del videoclip que va más allá de una hibridación de lenguajes. No es la mera interpretación de la canción acompañada de un ejército de imágenes con funciones gregarias. Tampoco es una micronarración que se desentiende de la música. Se trata de un artefacto simbiótico, una experiencia autónoma, un resultado que no podría darse si no se aúnan el lenguaje visual y el lenguaje musical. El teórico Michel Chion plantea que la percepción de un medio sobre el otro los transforma mutuamente: no se ve lo mismo cuando se oye, no se oye lo mismo cuando se ve. Este es el eje vector del estudio.
A partir de aquí el autor se zambulle en la genealogía del videoclip, en sus antecedentes, en su prehistoria, en la conexión entre el videoarte y los vídeos musicales, el origen de la MTV, el lenguaje del videoclip en los ochenta y en los noventa, los principales realizadores de ambas décadas. Incluso en el último capítulo pronostica horizontes para las próximas décadas del siglo XXI. El autor ilustra permanentemente la conexión del videoclip con el cine y las artes visuales puesto que esta forma artística ha canibalizado casi todo lo que se ha encontrado en el camino: cine, moda, performance, videoarte, pintura, cómic, imagen digital. Del mismo modo que el videoclip se ha alimentado de toda esta panoplia de géneros, ahora esos géneros encuentran en el videoclip una forma de nutrirse y expandirse. Trabajo de enorme profundidad, documentado y escrito desde la pasión del rock. En cada página resulta hermoso ver cómo dialoga críticamente el rigor académico con la cultura pop. Interesantísimo.
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Anterior entrega de libros: “Padres ausentes”, de Pablo Muñoz.
