Operación Rescate: Roque Narvaja

Autor:

«En ‘Quién…’ hay ese aire folkie que recuerda a Gieco, y una pátina de la nueva trova, ese aire entre libertario e internacionalista que lo hace muy especial y muy reivindicable»

Roque Narvaja
«Quién…»
TROVA, 1978

 

Texto: DARÍO VICO.


Según muchos cronistas del rock argentino, Roque Narvaja hizo en dos ocasiones el trayecto correcto con el propósito equivocado. Con dos discos bastante prometedores a sus espaldas, editados a principios de los setenta en Argentina, Roque llega a España con un cartel de dignísimo discípulo de León Gieco, pero por una u otra razón nunca llegará a integrarse –como era de suponer– entre la pujante canción de autor local. Su éxito como autor de memorables baladas rockeras y medios tiempos para efe emes enrolladas –’Santa Lucía’ y ‘Jugando a vivir’ son suyas– le acabarán colocando en el territorio de la renovada canción romántica, pero la transición de Jaime Morey a Narvaja, con La Movida de por medio, no fue tan fácil como se suponía. Su posterior regreso a Argentina fue demasiado tardío y demasiado nostálgico.

Sin embargo, y aparte de los dos estupendos, aunque un tanto ñoñificados, «Balance provisional» y «Un amante de cartón», Narvaja se dejó por aquí un disco bastante curioso, «Quién…», un buen ejemplo de la escuela cordobesa, ahora que tan asimilada está por estos pagos la rioplatense.

Narvaja pasó una pequeña travesía del desierto en sus primeros años madrileños que desembocó en la grabación de este disco para Trova, efímero sello regido por un exiliado cubano, que también tenía en catálogo a la televisiva Mayra Gómez Kemp. A pesar de grabar en una indie de la época, la grabación es bastante lujosa, con una veintena de músicos implicados y un sonido que en ciertos momentos emula el de las grandes producciones de Serrat en la época «Mediterráneo». Pero en «Quién…» hay ese aire folkie que recuerda al ya mentado Gieco, y una pátina de la nueva trova, ese aire entre libertario –no en vano, es argentino, y radicado en un momento muy especial de nuestro país– e internacionalista –la influencia cubana– que lo hace muy especial y muy reivindicable. Curiosamente, algunas canciones –’Trabajador latinoamericano’, ‘Entre el compromiso y la locura’– parecen escritas antes de ayer, aunque quizás por alguien bastante más inocentón de lo que se estila.

Anterior entrega de Operación rescate: Toharia.

Artículos relacionados