«Mis amigos agradecieron que me dedicara a la crítica, porque imagino que estaban hasta el gorro dándoles la brasa recomendándoles discos y demás, me temo que era insufrible. Fue empezar a escribir y dejarles en paz»
J.F. León comenzó escribiendo en el fanzine «Subterfuge», de ahí pasó a «Ruta 66», «Tentaciones», «Guitarrista», «Acordes»… Ahora sigue en «Ruta 66», en «EFE EME» y en la web de Heineken. Colabora los martes en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero, emisora en la que tiene el programa «Rock’n’Roll Animal» (se puede escuchar en internet).
Fecha y lugar de nacimiento.
Ya lo dijo Cervantes: “En un lugar de la Mancha…”, pero no, no es Albacete, que con el empuje de los (sobrevalorados) chicos de «Muchachada nui» nos están comiendo la tostada a los de Ciudad Real.
¿Qué música sonaba en tu casa cuando eras niño?
Desgraciadamente ninguna, no había tocadiscos, ni siquiera un mísero radiocasete. A mi madre le gustaba el Dúo Dinámico y también decía que los Beatles, pero nunca le escuché cantar ninguna de sus canciones. En el coche creo que había dos cintas: una de Los Tres Sudamericanos y otra de bandas sonoras. Luego llegó a casa mi tía, que escuchaba a Serrat, Jarcha y Víctor Jara, algo que escandalizaba a mis abuelos, pero que no me influyó en modo alguno.
¿Cuál fue el primer disco que compraste?
En el viaje fin de curso de sexto los hijos de un profesor no pararon de poner a los Beatles en el autobús y me atraparon completamente. Al llegar a casa me compré casi al azar “A collection of Beatles oldies”; luego lo que fui encontrando: los dos volúmenes recopilatorios “”Rock’n’Roll Music” y por último el “Abbey Road”. En octavo me pasó algo parecido con AC/DC y Barón Rojo.
¿Y el último?
El último la verdad es que no sé, estoy constantemente comprando por internet, es demasiado cómodo y es un verdadero vicio. Entre los últimos que me han llegado está Larry Williams, reediciones de los tres primeros de Hendrix, unos cuantos libros de Guralnick y un DVD con un concierto de Blind Faith.
Selecciona tres discos internacionales esenciales de tu colección.
No son mis tres discos favoritos, pero por lo que significaron en su momento y por las puertas que me abrieron cada uno de ellos: AC/DC, «Back in black»; Jimi Hendrix, “Electric ladyland”; y The Jayhawks, «Tomorrow the green grass».
Selecciona tres discos nacionales esenciales de esa misma colección.
Atendiendo al mismo criterio: Barón Rojo «Volumen brutal»; Sex Museum «Independence»; y The Winnerys “Daily urban times”.
Un disco doble al que no le sobra nada.
Difícil, porque siempre he defendido que no existe el doble perfecto y que cualquiera de ellos sería mejor si lo hubieran dejado en sencillo. Pero supongo que el más se aproxima a esa premisa –es decir, no necesariamente mejores canciones, pero sí menos relleno– es el «Exile on Main St.».
Un grupo o cantante a quien rescatarías del olvido.
¡Muchos! A los iniciados les enchufaría Demian, Buffalo, The Left Banke, Honeybus… Y al gran público les metería Waylon Jennings, James Carr, Doris Duke y Elmore James en vena.
¿Cuál fue el primer concierto al que asististe?
El primer artista internacional fue Gary Moore, en 1987.
¿Y el mejor concierto que has visto?
Bufff… ¿Jane’s Addiction en 1991? ¿Black Crowes en 1992? ¿Faith No More o Iggy Pop en 1994? ¿Hellacopters en 1998? ¿The BellRays en 2002? ¿Josh Rouse en 2003? ¿The Soundtrack Of Our Lives o Sex Museum cada vez que les he visto? Creo que es mucho más difícil elegir un concierto que un disco, porque los primeros se van desvaneciendo en la memoria, mientras que al disco siempre puedes volver para repasarlo.
Elige y razona tu elección:
Serrat/Aute.
Serrat, sin duda. No me gusta Aute.
Sabina/Calamaro.
En realidad ninguno de los dos, me quedaría con algunas canciones sueltas de ambos. Pero con lo que he dicho antes sobre los álbumes dobles… ¡Imaginad lo que puedo llegar a pensar de “El salmón”!
Nacha Pop/Los Planetas.
Me caen bien, pero nunca me gustaron Los Planetas, nunca entendí su grandeza y, si me apuráis, tampoco sus canciones. Nacha Pop fueron de lo más potable de la sobrevalorada Movida y suyos son algunos de los himnos fundamentales del pop en castellano.
Nacho Vegas/Quique González.
Creo que Nacho Vegas tiene más talento, pero me quedo con Quique porque conecto más con sus raíces musicales, aunque siempre me acabo preguntando por qué hay en sus conciertos más fans de Ismael Serrano que de Steve Earle.
La Mala/La Bien Querida.
¡Pasapalabra!
Jacques Brel/Serge Gainsbourg.
Siempre me gustó más Gainsbourg, me llegan más sus canciones, sus melodías.
Frank Sinatra/Elvis Presley.
Dos enormes intérpretes, pero me quedo con la versatilidad del Rey, con su sentido del espectáculo, incluso con sus excesos, aunque Frankie tampoco se quedaba atrás. Es una perogrullada, pero sin Elvis la historia del rock habría sido otra, no sé si mejor o peor, pero sí diferente.
Marvin Gaye/Bruce Springsteen.
Empate técnico. Son dos auténticos maestros, cada uno en lo suyo, y varios de sus discos están entre los favoritos de mi colección. La escucha de «What’s going on» y “Born to run” debería ser obligatoria en los colegios.
Tom Waits/Lou Reed.
Ambos están sobrados de talento, pero me gusta más lo que hace Tom Waits actualmente, porque Lou Reed anda muy perdido. Si hablamos de su carrera me quedo con la de Lou Reed sin dudarlo ni un solo segundo. La Velvet Underground y algunos de sus primeros discos en solitario le auparon directamente a la aristocracia del rock.
Michael Jackson/Prince.
Siempre me ha parecido que Prince está sobrevalorado, si se dejara caer desde su ego moriría sin remedio. De Jackson me encanta su etapa en la Motown, también me parece muy interesante la reinvención que llevó a cabo con los Jacksons e, indiscutiblemente, en sus primeros trabajos en solitario había canciones realmente brillantes. Ojo, de ahí a bautizarle “Rey del Pop” hay un buen trecho, porque entonces ¿qué son Lennon y McCartney, Brian Wilson, Phil Spector…?
The Rolling Stones/The Velvet Underground.
La Velvet fue una gran banda, pero es que después de los Beatles los Stones son los más grandes. Tienen discos incontestables y sin ellos, probablemente, no se habría hecho justicia a los grandes del blues. Pero no puedo evitar pensar que bien podrían haberlo dejado a mediados de los setenta, porque lo que hicieron desde que entró Ron Wood en la banda, a excepción de un puñado de canciones, fue absolutamente superfluo. Eso sí, creo que su supervivencia ha sido una bendición, porque ha ayudado a agrandar la historia del rock, a todos los niveles.
Bob Dylan/John Lennon.
De John Lennon me gusta casi todo, de Dylan no puedo decir lo mismo, además me cae mal, bastante mal. Además crecí con los Beatles y sus canciones me llevan acompañando desde niño, y de bien nacidos es ser agradecidos.
Neil Young/Elvis Costello.
Probablemente sea simplemente una cuestión de gustos, pero sin restar mérito al gafapasta –que se encuentra en un estado de forma magnífico–, algunos de los álbumes de Neil Young son auténticos discos de cabecera para mí. ¿Y qué decir de Buffalo Springfield y sus colaboraciones con CS&N?
Youssou N’Dour/Fela Kuti.
Quizá tenga más talento Youssou, pero conecto mejor con el sonido de Fela Kuti, fundamental para tender el puente sonoro de regreso a África desde el otro lado del charco.
¿Por qué decidiste dedicarte a la crítica musical?
¿Sinceramente? Para tener acceso a más material. Me gastaba una pasta en discos y conciertos mientras iba formando mi opinión, además devoraba todas las revistas que había en el kiosco y, si bien no me consideraba a la altura de la media, vi que había gente que lo hacía bastante mal y estaba allí, sin complejos. ¿Por qué no iba a hacerlo yo entonces? Mis amigos lo agradecieron, porque imagino que estaban hasta el gorro dándoles la brasa recomendándoles discos y demás, me temo que era insufrible. Fue empezar a escribir y dejarles en paz, en serio.
¿Quién fue tu maestro periodístico?
Envidio a amigos como Eduardo Ranedo que asegura que él comenzó a leer el «Ruta 66» desde el número cero, yo tardé algo más en llegar. Yo empecé por las revistas y programas de radio de heavy y de ahí lo natural fue pasar al «Popular 1», me encantaba el entusiasmo que César Martín imprimía a la revista. Pero si hablamos de maestros creo que sin duda lo fueron Jaime Gonzalo, Ignacio Julià y, por supuesto, Diego Manrique, algunos de sus artículos fueron para mí auténticas clases magistrales y su lectura me hacen replantearme cada vez si tiene sentido que siga escribiendo. También me contagió Kolega su estilo desenfadado y he aprendido mucho de compañeros como Luis Lapuente, Fernando Gegúndez, Roger Estrada, Manuel Beteta, Fernando Navarro, Héctor García… Seguro que me dejo a alguien en el tintero, ¡y no veas cómo me jode!
Un equipo de fútbol.
Atlético de Madrid, ¡siempre! Me da igual que no ganemos, aunque reconozco que últimamente disfruto casi tanto de los éxitos del Barça. Estoy enamorado de su juego y de esa impecable política de cantera, mucho más cercana al deporte en sí que los chapuceros fichajes a golpe de talonario con unos millones, por cierto, obtenidos a partir de una recalificación ilegal. En cualquier caso he de aclarar que no generé esta repulsa hasta que Florentino llegó al poder. En cualquier caso, lo mío es el basket.
Un político.
Si estoy de buen rollo Martin Luther King, pero si ando de mala leche prefiero a Malcolm X.
Una ciudad para vivir.
Estoy bien en Madrid, pero no me importaría vivir una buena temporada en Barcelona, San Francisco, Nueva York (si no fuera tan cara), Chicago (si no fuera tan fría), París (si no hubiera parisinos)… También me fascina Buenos Aires, es una ciudad que engancha.
El disco que detestas y que despierta alabanzas entre tus compañeros.
No entiendo la grandeza de Arcade Fire.
¿Vinilo, CD o mp3?
Con el corazón diría que el vinilo, pero mi elevado grado de pragmatismo me lleva a inclinarme sin duda por el compacto, aunque hay discos sueltos que no me resisto a adquirir también en vinilo. El mp3 es comodísimo y el iPod es un invento brutal, pero solo me sirve como compañía constante y para chequear material, porque si algo me gusta tengo que comprarlo, tocarlo, poseerlo.
La película que nunca te cansas de volver a ver.
La saga de “El Padrino”, “El corazón del ángel”, “Jackie Brown”, “Delicatessen”, “La Profecía”, la filmografía (casi íntegra) de los Coen…
El libro que nunca te cansas de releer.
“Por favor, mátame. Historia oral del punk”, un libro fascinante que te traslada directamente al lugar de los hechos, y su fantástico spin-off “Combustión espontánea”, de Jaime Gonzalo.
Una serie de televisión.
“Los Sopranos”, sí, lo sé, es una obviedad, pero es que es simplemente brutal y ya la he visto completa tres veces. Soy de los que piensan que se hacen mejores series que películas actualmente: “Boardwalk empire”, “Breaking bad”, “Mad men”, “Dexter”, “The wire”…
Si estuviera en tus manos elegir la música que suena en los supermercados, ¿qué discos seleccionarías?
El “Master of puppets” de Metallica y el “Ace of spades” de Motörhead, compraría más deprisa y seguro que habría menos gente estorbando por los pasillos.
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