«Es tal la admiración que despierta ‘Gipsy rock’ que, generalmente, pasamos por alto los otros tres LPs que grabaron Las Grecas, y aunque es cierto que luego la sorpresa ya fue menor y se fue perdiendo fuerza rock, mantuvieron un muy alto nivel de calidad»
Las Grecas
«Todas sus grabaciones (1974-1977)
RAMA LAMA
Texto: JUAN PUCHADES.
Aunque Las Grecas surgieron por voluntad propia, cuando llegó el momento de grabar se transformaron en la arcilla que moldeó a su gusto el productor José Luis de Carlos. Él definió el sonido, buscó a los compositores, seleccionó a los arreglistas (hasta tres genios en el primer disco: Eddy Guerín, Pepe Nieto y Johnny Galvao) y a los instrumentistas, él, en suma, es el único responsable del sonido que caracterizó al dúo formado por Carmela y Tina Muñoz. En tal labor contó con la ayuda del guitarrista portugués Johnny Galvao, quien, con su guitarra y arreglos, trazó un sonido inédito por aquellos días: echando mano de los elementos formales de la rumba flamenca y catalana, ambos le imprimieron fuerza de rock con guitarras y baterías casi heavys, yendo un paso más allá de dónde había llegado Peret en temas como la versión rumbero-rockera de ‘Río Manzanares’ que el de Mataró había publicado un año antes. Más allá también de las fusiones guitarreras con las que Los Amaya llevaban investigando desde comienzos de la década.
‘Te estoy amando locamente’, el single que avanzó el primer LP, arreglado por Pepe Nieto, fue un éxito brutal, que puso a Las Grecas en el mapa del pop español en 1974 y que sirvió para lanzar ese prodigioso primer disco grande, «Gipsy rock», que nunca falta, ni debe hacerlo, en cualquier lista que quiera recoger lo mejor del rock español. Y poco importa que esto fuera un producto de laboratorio, ello no le resta ni un ápice de calidad a una obra original por todos sus rincones, pensada hasta el milímetro, que supo sumar elementos del rock progresivo, condensarlos y facturarlos para todos los públicos, que logró que los riffs herederos de Hendrix se tornaran comerciales y convivieran con la rumba y los aires flamencos y árabes. Pero injusto sería quedarnos solo en ese exitoso single, pues temas como el experimental ‘Bella Kali’ dan la justa medida de por dónde va este LP que contiene versiones incandescentes de ‘Te amo, te amo, te amo’ (Roberto Carlos electrificado al máximo), ‘Achilipú’ (aunque es imposible superar la demoledora y perfecta versión original de Dolores Vargas), incluso una ‘La zarzamora’ bailonga. Allí están, además, esas dos voces, dura la de Tina, dulce la de Carmela, cantando continuamente juntas, fundiéndose en una.
Es tal la admiración que despierta «Gipsy rock» que, generalmente, pasamos por alto los otros tres LPs que grabaron Las Grecas, y aunque es cierto que luego la sorpresa ya fue menor y se fue perdiendo fuerza rock, mantuvieron un muy alto nivel de calidad. Por ello, este álbum que ha lanzado Rama Lama con la discografía completa de las hermanas nos permite aproximarnos a ellos cabalmente. Así, se puede descubrir que en el segundo, «Mucho más» (1975), ya solo con Johnny Galvao dirigiendo los arreglos –como seguiría sucediendo en los dos sucesivos–, siguen pisando en terrenos rock, algo menos estridente e introduciendo flauta en algunos cortes, lo que le da un toque a lo Jethro Tull pero que también resultaba muy novedoso en el pop español de la época. «Mucho más» dejó algunos grandes temas: ‘Yo no quiero pensar’, ‘Sueños’ (escrita por Carmela), ‘Negros son tus ojos’ (de Manolo Sanlucar firmando como Évoras). A destacar también la versión, genial y electrizante de ‘Leonor’, de los Turtles, aquí titulada ‘Soy la que sufre por tu amor’, un tema que hoy todavía puede poner a bailar a cualquiera. Incluso se incluye una canción firmada por Enrique Morente, ‘Amor mío’.
En «Tercer álbum» (así se tituló), de 1976, un año después de que José Luis de Carlos grabara a Los Chorbos, poniendo en marcha lo que se conoció como Sonido Caño Roto, éste se cuela al bajar los fuegos rock para buscar algo más de seda soul y llevar al dúo hacia la disco music (hoy, por extensión entendemos por Sonido Caño Roto los discos de Las Grecas, de Los Chorbos y de El Luis). Y pese a que la producción se presenta algo más edulcorada (llevada a cabo en Londres, y según las notas que incluye Fernando Márquez en el libreto de esta edición, con la posible presencia de músicos de Black Sabbath), sigue habiendo mucha buena música para disfrutar, con las hermanas adentrándose en registros distintos a los habituales (‘No sé qué hacer’) y dejando temas tan interesantes como ‘Ilusionada’ (de Paco Cepero), ‘Sarai’ (cantada con emoción flamenca por Tina en solitario), ‘Desengaño’ (de Johnny Galvao), ‘Solitario’ (del rockero argentino afincado en Madrid B.B. Muñoz), la balada ‘Siempre te tendré’ (también de Cepero, y cantada solo por Carmela), el rock ‘Después’ (de Herrero y Armenteros) y, de nuevo, una gran lectura de los Turtles, ‘Happy together’ (‘Los dos tan felices’).
El último disco de Las Grecas fue «Casta viva», de 1977, grabado con las hermanas comenzando a distanciarse mientras florecían los problemas que las llevarían a la disolución. Un disco continuista del anterior, con menos dosis de disco music, algo más melódico, que se abre con la fantástica ‘Tic-tac’ –con una Tina en solitario soberbia, mostrando su maravillosa voz de arena–, pero en el que falla la selección del repertorio, en el que destaca la versión del ‘Dame veneno’ de Los Chunguitos, menos densa que la de sus creadores originales, y del ‘Nadie te quiere ya’ que Fernando Arbex había escrito para Los Brincos y que aquí adquiere tintes morunos.
Muy probablemente, tras este LP, Las Grecas habrían necesitado reformular su propuesta, buscar nuevas vías musicales, pero eso nunca fue posible: Tina ya vivía su propia guerra interna contra sus desequilibrios mentales y el dúo terminó disolviéndose entre disputas y problemas con mánagers codiciosos. Una pena.
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