«Se añora algo de mayor encanto y con capacidad para enganchar, justo todo lo que le sobraba, y a kilos, a ‘Cuando el sol nos dé calambre’. Alis, no hay duda, puede ofrecer mucho más de lo contenido en esta oscura decena de canciones»
Alis
«Material de disección»
BMG
Texto: JUAN PUCHADES.
Con su anterior trabajo, el cegador «Cuando el sol nos dé calamabre», el jienense Pachi Alis ofreció una colección perfecta de canciones nervudas, vigorosas y radiantes. Así que apetecía encontrarse con esta nueva entrega, la cuarta ya, pero una vez comienza a rodar, te quedas un tanto decepcionado; y cuando el disco deja de girar, la sensación de desconcierto es completa.
Una atenta segunda escucha no mejora mucho las cosas. Una producción opaca (firmada por Alis junto a Suso Saiz), a medio gas, y unas canciones planas, faltas de garra, con letras huecas, cero emocionantes (¡parece que estemos ante dos escritores distintos!) conducen al oyente irremediablemente al tedio, a la completa indiferencia. ¿Dónde quedaron las fanfarrias Beatle? ¿Dónde la caliente acústica? ¿Qué fue de la energía? Es cierto que ahí está el gran melodista (‘Viaje en Zepelin’), pero parece atenazado, contenido por no se sabe qué razón. También permanecen pequeños y muy buenos detalles dejados caer por aquí y por allá, pero están como perdidos en un colchón sonoro gris y poco confortable. Y quedan las excelentes maneras vocales de Alis, sin embargo cuesta sentirse atraído por un disco que, por momentos (sobre todo en su primer tercio), parece remitir a Bowie, en otros recuerda incluso a Iván Ferreiro (‘Material de disección’, uno de los momentos álgidos, junto a ‘Irritable’), pero en el que se echa en falta que aflore libre la personalidad del propio autor, que intuíamos explosiva y pletórica de ingenio. Cómo se añora algo de mayor encanto y con capacidad para enganchar, justo todo lo que le sobraba, y a kilos, a «Cuando el sol nos dé calambre». Alis, no hay duda, puede ofrecer mucho más de lo contenido en esta oscura decena de canciones.
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