«Una vez escuchadas las tres canciones del disco del batería de Polar, puedo afirmar que están a años luz de cualquier cantautor de la galaxia. Son, simplemente, emocionantes»
Llum
«I must be love»
JABALINA
Texto: CÉSAR PRIETO.
Aparece la nueva entrega de la colección de singles de amor del sello Jabalina y con ella un deslumbramiento. Si Klaus & Kinski actúan con corrección desde su vertiente abolerada, el de Llum es un caso aparte, enorme en cuerpo y alma. Llum es el nombre como artista de Jesús Sáez, batería de los recién desaparecidos Polar, que llevaba ya tiempo con la idea de hacerse él propiamente cantautor. A la manera de Josh Rouse –que participa en ‘Shooting stars’– o de José González, por poner dos ejemplos. Por poner dos entre miles.
Pues bien, una vez escuchadas las tres canciones del disco puedo afirmar que están a años luz de cualquier cantautor de la galaxia. Son, simplemente, emocionantes. Vayamos por partes. Y a las canciones. La cara A cuenta con ‘I must be love’ y desde el primer fraseo ya se adivina cual es la concepción del amor de Llum: la del crooner, dolida elegancia que no hubiera desentonado en la voz de Al Martino o Bing Crosby. O bailada por Gene Kelly, callejera y feliz, blanco y negro silbado. Una tonada llena de ligereza que se hubieran rifado en el Hollywood de los primeros cincuenta.
Vamos a la cara B. El inicio es ‘Shooting stars”, un medio valsecito más brumoso, con ternuras de otoño y lleno de arreglos de orfebrería. Pero es que la canción que cierra el disco –‘History of lovers’– ataca directamente a la piel del alma. Medida en cada fraseo, llena de texturas clásicas y regulada en la combinación de voces masculina y femenina –Jesús sabe rodearse de espléndidos colaboradores–, la canción deja la piel de gallina y el espíritu limpio. Y es tan bonita que mete miedo. En su primera entrega Llum ya ha dejado establecido su “Something stupid” personal. Agárrense para el LP que está preparando.
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